dejó dinero suficiente para que continuase mis estudios en aquel seminario, los continué hasta el
primero de Derecho Canónigo, después de haber estudiado antes cinco años de Sagrada
Teología. Al morir el Sr. Deán, antes citado, me hizo dueño del medallón de reliquias, que
tenían diploma en que constaba su autenticidad, y durante el tiempo que fui seminarista y
después de sacerdote, también pendían de mi cuello, como en vida del Excmo. Sr. Díaz Gómara
, expliqué e hice
historia de las reliquias-
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