Durante los últimos veinticinco años, el día 27 de julio, después de celebradas las
fiestas de Santiago el 25 y
Santa Ana el 26, los habitantes de Rinconada celebran una merienda campestre en este lugar. La carne asada, la ensalada, la
sombra de los
pinos, la plenitud del
verano, la espectacularidad del
paisaje hacen de este día y de esta
comida de convivencia en un paraje tan privilegiado uno de los días de mayor alegría y jolgorio para los hombres de Rinconada. Se intentó que las mujeres también
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