Muy cierto! El
río Burejo es la perfecta imagen de nuestra querida tierra: humilde, pero generoso; variado y cambiante según la
estación del año; acogedor, límpido y útil. Ojalá todos pudiéramos ser conscientes que la
naturaleza ha sido generosa con nosotros, regalándonos un entorno idílico y apacible como la
Montaña palentina y la Ojeda, y corresponder a ello como se debe. Saludos!