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HERRERA DE PISUERGA: Sí, Ángel; con la nieve hemos disfrutado mucho de pequeños;...

La nieve, también nos trae viejos recuerdos de grandes nevadas. Aquellas pequeñas pistas de patinaje que, hacíamos para divertirnos y
aguantar buenas caídas, pero lo pasábamos bien. Las batallas de bolas de nieve, aúnque hacían daño si te daban, era un juego habitual
propio de niños.Íbamos bien abrigados con los Pasamontañas; prenda que ya pasó a la historia. La Plaza, hermosa como siempre.

Sí, Ángel; con la nieve hemos disfrutado mucho de pequeños; con su blancura la nieve consigue siempre vestir de hermosura los paisajes, para contemplarlos - tras los cristales, bien calentitos- y revivir aquellas alegrías de infancia con guantes, pasamontañas, capuchas, bufandas y cariño de familia.
Con la llegada de las nieves aprendimos muchas cosas: las chiguitas y chiguitos, a tirar bolas a personas mayores, a escondidas; las jovencitas, a sortear o aguantar los bolazos de los "chicos", a coger chupiteles de los tejados, a resbalar sobre algún charco o pilón helado y en ocasiones embarrarnos de lo lindo y alguno darse un buen remojón en agua helada;.. a algunos nos enseñaron hasta el modo de cazar pájaros en una hornera o cocina de verano o un pajar.
Vimos de pequeños cómo los mayores limpiaban la aceras de sus casas correspondientes, colaboraban a abrir el camino de su calle si era necesario, especialmente en pueblos muy pequeños.
Algunos han puesto de manifiesto el distinto comportamiento cívico que han tenido los vecinos en pueblos y ciudades; por supuesto, sin generalizar.
Y me he preguntado: ¿Hemos perdido algunos la memoria demasiado?
Nuestras abuelas y madres nos enseñaron, siempre que nevaba o hacía muy mal tiempo, a compadecerse de los que "andaban por los caminos..., los vagabundos que, con suerte, podían encontrar cobijo en los pajares.
Sí, desde pequeños aprendimos que la nieve es blanca, "muy blanca" y negra, "muy negra".
Las nevadas recientes han sido recibidas con especial alegría, tras los sustos que vienen dando las sequías. Esperemos que se afronte y se acierte en la necesaria "política del uso del agua"
Has mencionado los pasamontañas, he añadido las capuchas: ¡qué bien los tejían nuestras abuelas, tías, madres. Pongo madres en tercer lugar porque estas estaban demasiado ocupadas en otros menesteres y pocas tenían tiempo de tejer cuando éramos pequeños, ¿cierto?
Un abrazo