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HERRERA DE PISUERGA: Sí, Segovia es un regalo de la Naturaleza y de la Historia....

PARAJES EN EL RECUERDO
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En años pasados, hasta que se hizo el Parque de Recreo, era muy habitual ir a los Depósitos a pasar el rato.
A veces se trataba de grupos de chiguitos que, se divertían correteando entre los chopos y subiendo y bajando a
los depósitos propiamente dicho. Si hacía calor, siempre había algún chaval que bañaba corito en el charco que ha-
bía detrás de un depósito; el agua estaba limpia. Era una forma disfrutar de la naturaleza, sin alejarse del pueblo
ya que la casa del capataz, estaba a "un paso". Más tarde, cuando apareció el Parque, la gente paseaba por el nuevo
lugar de esparcimiento que, verdaderamente fué un éxito. Recuerdo sus sauces llorones con ramas desmayadas hacia
el suelo y la enorme rosaleda que, invadía el ambiente de una fragancia éxquisita. Fueron unos años muy agradables
para la chavalería de entonces; ir al Parque pasando primero por la Ermita. Visita obligada, donde los niños disfru
-tábamos dejando unas monedas en el Cepillo metálico que había en la verja. ¡Bonitos recuerdos de la infancia!

Qué buena referencia, Ángel, de dos espacios de recreo, los Depósitos y el Parque, ¡cuántos recuerdos! Se podrían sumar miles de escenas y anécdotas grabadas en la memoria.
Relacionado con la zona de los depósitos, creo recordar que había tierras cercanas que daban muy buenos garbanzos.
Del Parque, siempre he recordado y repetido de memoria el mensaje del cartel: "Siendo este parque propiedad de todos los ciudadanos a todos interesa su conservación; por eso, lo pone bajo vuestro cuidado y vigilancia, el alcalde." Muchas veces lo he citado como modelo de mensaje de ciudadanía, educativo, democrático (y se escribió en los años 50 del siglo XX) Muy distinto a carteles de "Prohibido..., o, bajo multa..." que se siguen colocando en tiempos actuales en muchos lugares.

Me parece muy bien que comentes el contenido del cartel que se puso a la entrada del Parque. Creo que todos nos
dimos cuenta de que, lo que ponía en aquella chapa, era lo correcto y había que aceptarlo y respetarlo. ¿Aún sigue?
Fué un acierto de Eusebio Salvador, de grato recuerdo para los herrerenses. Buen domingo.

No hace mucho había un cartel con el mismo mensaje, me pareció que sustituía al original; me alegré al ver que se conservaba.
Por cierto, Ángel, ¿Dónde vives?

Hola, María Jesús:
Salí de Herrera en el 69, y vivo en Andoain; cerca de San Sebastián.

Ayer hablé con tu hermana Rosario y me informó; seguiremos en comunicación, me alegra mucho haber contactado contigo, seguiremos con fotos y mensajes.
¿Tenéis alguna foto de la librería? Es una de las imágenes que siguen muy presentes. ¿Cómo no recordar los cuentos de cuando empezamos a leer? Como algunas colecciones se están reproduciendo actualmente, nos hacen seguir soñando y reviviendo emociones.
Un fuerte abrazo desde Segovia.

María Jesús, supongo que mi hermana ya te habrá contado que, también élla vivió en Andoain, hasta que mi cuñado se
jubiló.
Si vives en Segovia no podrás quejarte, pues es una ciudad muy bonita; su Acueducto y Alcazar son de fama mundi-
al y son conocidos en todo el mundo. En una ocasión, visité también su Catedral y no está nada mal. He leído que
Andrés de Monasterio -que hizo la imaginería del retablo de Santa Ana- también tiene obras en la Catedral de Se-
govia. Luego, tienes el "templo del cochinillo asado", total que no te falta de nada. ¡Ah! Desgraciadamente no tengo
fotos de la Librería. ¡Qué le vamos a hacer! Saludos.

Sí, Segovia es un regalo de la Naturaleza y de la Historia. Y aunque me siento ciudadana del mundo, soy consciente de que lo somos desde unas raíces concretas que se aman y pienso que con el paso de los años ese cariño agradecido y también envuelto en cierta nostalgia se revive con fuerza; por eso, estos contactos son muy buenos. Y la gratitud también compromete gustosamente a desear lo mejor para Herrera y todos los herrerenses extendidos por "la aldea global", y hacer lo que se pueda en bien de la tierra que nos alimentó con muchos bienes. Un abrazo, Mª Jesús
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Tienes mucha razón, las raices son la base de nuestra existencia y donde quiera que estemos, si no olvidamos nues-
tros orígenes, siempre tendremos entidad. Cuando un árbol pierde sus raices, muere. El sentir orgullo del "terruño",
nos mantiene felices y vivos. Saludos.