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HERRERA DE PISUERGA: A tope:...

curiosa historia del señor ballesteros que yo no conocia y se situaba en estos soportales.
Entonces había allí una tienda de telas a la cual se accedía (si no recuerdo mal) por una pequeña rampa de madera, esta tienda era atendida por una señora ya entrada en edad y en carnes, creo que se movía con dificultad por lo que quizás puso la rampa de madera para mejor acceso, intento recordar su nombre, pero ya no llego a tanto.

Hola EMILIO:
Al hilo de lo que comentas sobre la tienda que existió en estos soportales, fue una mercería regentada por la señora Casilda Franco Zurita, esposa de Santiago Lobejon, y hermana de Dñª. Lorenza (la maestra), de Josefina, Mariuca, Macario y de la esposa de Nicasio.
En cuanto al señor Benigno (el ballestero), el sitio de situarse con sus ballestas mas habitual, era en el que ya nos ha apuntado previamente Herrerita, (esquina del ayuntamiento parte de atras). Saludos.

Creo recordar y sino es así espero me corrijáis, Casilda Franco antes de estar en la tienda que comentáis la de la foto, tuvo otra arriba de la plaza, hoy una casa apuntalada a punto de caerse, al lado del aparcamiento, pero aquella tienda era una guardicioneria, era oscura y lúgubre, tenia una campana en la puerta y cuando entrabas sonaba y así avisaba de tu llegada, salia la señora Casilda para atenderte, algunas veces lo hacia una empleada que tenia en su casa, porque la vivienda estaba a continuación de la tienda, los niños de aquella época la visitábamos porque vendía membrillos, era muy curiosa la compra, porque no los pesaba, con el dinerillo que teníamos le pedíamos un membrillo de un real... o de dos reales y hasta de 20 céntimos, la tienda olía a cuero pero en el tiempo de membrillos olía ricamente a membrillo. Un recuerdo agradable gracias a el foro, agradezco a todos los foreros que escribís, que me hagáis sacar de mi interior estos agradables recuerdos en infancia. Un saludo para todos y para Angel que sea valiente y octimista, que saldrá adelante

A tope:
Asi es toyi, aquella guarnicionería, tenía de todo un poco, era oscura y tenía
una empleada, que era como de la casa; un poco "gordita" y muy amable.
Santiago Lobejón, también le gustaba pintar al óleo. ¿Tenía una tenería ¿