Hola a todos:
Me da la impresiónde de que el foro está un poco "atascado", como si quedara un
poco de resaca, desués de las vacaciones. Y como aún tenemos reciente el Festival
Cangrejero de éste año, voy a hacer un pequeño homenaje, al hombre que se sacó de
la "manga" esta Fiesta, que hoy nos llena de orgullo. Se trata de Luis Salvador
Merino, que además era un buen poeta.
Y como poeta, voy a tratarle en este foro. Cuando se tiró lo poco que quedaba
del añorado Castillo, para edificar la Plaza de Toros, le produjo tanta pena, que
añorando las viejas piedras, escribió este precioso Soneto.
El Castillo
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Yo vi desde mi huerta en la ribera,
rodar con polvo y ruido tus sillares,
cien barrenos quebraron tus pilares,
removiendo de tí, la entraña entera.
¡Oh tú, Castillo! Mirador de Herrera,
techo amigo de gentes sin hogares,
Feriales y Mercados, y alamares
de torerillos pobres, cuando era
la Plaza construida de madera,
hoy cemento sin piedra cincelada,
redondea tu airosa silueta.
Dentro, un duende callado
a la espera de emociones,
templa pases al aire, de muleta.
------------
No tengo permiso de sus hijos, para publicar ésto. Espero de su compresión, sepan
perdonar mi "osadía". Es un recuerdo cariñoso a su padre.
Me da la impresiónde de que el foro está un poco "atascado", como si quedara un
poco de resaca, desués de las vacaciones. Y como aún tenemos reciente el Festival
Cangrejero de éste año, voy a hacer un pequeño homenaje, al hombre que se sacó de
la "manga" esta Fiesta, que hoy nos llena de orgullo. Se trata de Luis Salvador
Merino, que además era un buen poeta.
Y como poeta, voy a tratarle en este foro. Cuando se tiró lo poco que quedaba
del añorado Castillo, para edificar la Plaza de Toros, le produjo tanta pena, que
añorando las viejas piedras, escribió este precioso Soneto.
El Castillo
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Yo vi desde mi huerta en la ribera,
rodar con polvo y ruido tus sillares,
cien barrenos quebraron tus pilares,
removiendo de tí, la entraña entera.
¡Oh tú, Castillo! Mirador de Herrera,
techo amigo de gentes sin hogares,
Feriales y Mercados, y alamares
de torerillos pobres, cuando era
la Plaza construida de madera,
hoy cemento sin piedra cincelada,
redondea tu airosa silueta.
Dentro, un duende callado
a la espera de emociones,
templa pases al aire, de muleta.
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No tengo permiso de sus hijos, para publicar ésto. Espero de su compresión, sepan
perdonar mi "osadía". Es un recuerdo cariñoso a su padre.
