HERRERA DE PISUERGA: EL CANAL DE CASTILLA...

EL CANAL DE CASTILLA

El Canal de Castilla es una de las obras de ingeniería civil (hidráulica) más importantes de las realizadas entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX. Recorre parte de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid en la comunidad autónoma de Castilla y León (España) y fue construido para facilitar el transporte del trigo de Castilla hacia los puertos del norte y de allí a otros mercados. Sin embargo, la llegada del ferrocarril pronto le hizo quedar obsoleto.

Originalmente concebido como una red de cuatro canales que unirían Segovia con Reinosa, solo se llegaron a construir tres ramales (Norte, Sur y de Campos). Con una anchura que varía entre 11 y 22 metros, el canal discurre a lo largo de 207 kilómetros, atravesando 38 términos municipales, y uniendo las localidades de Alar del Rey (Palencia), donde tiene su nacimiento, con las de Valladolid y de Medina de Rioseco, situadas respectivamente al final de los ramales Sur y de Campos (el Canal tiene forma de Y invertida). Tiene un desnivel total de 150 metros.
El canal de Castilla, el proyecto más importante de ingeniería civil de la España Ilustrada, su objetivo principal fue servir como vía de comunicación y transporte que solucionase el problema de aislamiento que sufría la meseta castellana, debido a relieve complicado y una deficiente red viaria, que hacía casi imposible el transporte de los productos agrarios de la región.

A mediados del siglo XVIII, el rey Fernando VI y su ministro, el Marqués de la Ensenada, empezaron a pensar en un plan para potenciar la economía de España, y entonces el Marqués sugiere a Fernando VI la construcción de una red de caminos y canales de transporte pensados para Castilla, al ser, por entonces, la principal productora de cereales. Dos años después, Antonio de Ulloa, prestigioso ingeniero presenta el Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León inspirado en anteriores trabajos del francés Carlos Lemaur.

Las obras del canal comenzaron el 16 de julio de 1753 en Calahorra de Ribas, bajo la dirección de Antonio de Ulloa y el ingeniero jefe Carlos Lemaur, en el tramo conocido como Ramal de Campos. Al año de haberse iniciado se paralizan, habiéndose construido hasta entonces 25 km, desde Calahorra de Ribas. Más tarde, en 1759, las obras se reanudan, pero esta vez se inician en el estrecho de Nogales, cerca de Alar del Rey, fue así como comenzaron la construcción del Ramal del Norte, siendo finalizadas las obras de este ramal en agosto de 1791, cuando las aguas del Norte se unen con las del Ramal Campos en el lugar de Calahorra de Ribas.

Al año siguiente de la finalización del Ramal Norte se inicia la navegación en Alar del Rey, a la vez que se comienzan las obras del Ramal Sur hacía Valladolid. La Guerra de la Independencia y la posterior crisis política, económica y social ocasionaron grandes destrozos en lo ya construido, y obligaron a paralizar las obras en Soto Alburez en el año 1804.

El rey Fernando VII, viendo que el Erario Público no era capaz de seguir financiando el coste de la obra, dicta en septiembre de 1828, una Real Orden para que el proyecto pudiera ser realizado por una empresa privada. De esta forma, en 1831 el Estado concede a la Compañía del Canal de Castilla la explotación del Canal durante 80 años, una vez terminadas las obras. A cambio se compromete a finalizar las obras en siete años. De nuevo la guerra impide el cumplimiento de los plazos establecidos, por lo que es necesario un nuevo contrato mediante el cual se acorta el plazo de explotación a 70 años, y se amplía el plazo para realizar las obras. Una vez privatizada su construcción en 1835 se finaliza el Ramal del Sur con la llegada de las aguas al río Pisuerga a Valladolid, y en 1849 se ve finalizado el Ramal de Campos bajo el reinado de Isabel II.

Así el 14 de diciembre de 1849 comienza la explotación del Canal de Castilla por la Compañía del Canal de Castilla y un periodo de 70 años, revertirá de nuevo al Estado, que lo administra desde entonces, dependiendo de la Confederación Hidrográfica del Duero. Aunque la navegación comenzó a finales del siglo XVIII, la época de mayor esplendor tuvo lugar entre los años 1850-1860, cuando las barcas que surcaban el Canal superaban las 350. Pero fue a partir de la apertura de la línea férrea Valladolid-Alar del Rey, con un trazado casi paralelo al del Canal de Castilla, cuando se limita y cede su utilización como vía de transporte y comunicación.

No obstante su cauce sigue proporcionando otros usos derivados de la fuerza motriz, generando un desarrollo económico e industrial en las localidades por las que discurre y propiciando que nazcan fábricas de papel, harinas, cueros, molinos, armas e incluso astilleros.
La provincia de Palencia es la que más kilómetros de canal tiene (ramal Norte). Algunos kilómetros al norte de la capital palentina el canal se divide en dos grandes ramales que se dirigen uno a Medina de Rioseco (ramal de Campos) y otro a Valladolid (ramal Sur).

A su paso por la ciudad de Palencia, a la que se acerca mediante un ramalillo terminado en una dársena para facilitar las tareas de carga y descarga, el Canal de Castilla se sitúa a escasa distancia de dos de sus puntos más emblemáticos: Calahorra de Ribas, donde se cruza con el río Carrión, del que pasa a tomar las aguas, y el Serrón, en Grijota, donde el canal se bifurca en los ramales de Campos y del Sur. Precisamente en Calahorra de Ribas se puede leer un monumental hito erigido para conmemorar la unión de los ríos Carrión y Pisuerga en agosto de 1791:

En el Reinado del Señor Don Carlos IV y de su esposa Dña Luisa María (sic) a expensas del Real Erario, siendo Ministro de él el Excmo Señor Conde de Lerena, bajo cuyas órdenes dirigió la obra el Coronel Juan de Homar, Caballero de Calatrava". Era el Conde de Lerena, Don Pedro López de Lerena y Cuenca, Ministro de Hacienda en aquellos años.