OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

HERRERA DE PISUERGA: ... Antes aguantábamos mucho más. De entrada en pocas...

... Antes aguantábamos mucho más. De entrada en pocas casas había calefacción, el transvase de la cocina a la cama o viceversa era rápido y duro. Jugábamos, prácticamente todo el día en la calle, las eras estaban frías y duras (heladas), el balón se convertía en una piedra, había que trabajar un remanso para conseguir suelo barroso para poder clavar el "pincho". En la escuela, cuando llegó la modernidad, pusieron estufas de butano, una por aula que se encendía cuando empezaban las clases y para calentar esas grandes aulas era misión imposible, además casualmente siempre estaban cerca de la mesa del maestro. En el Colegio de los Salesianos, preciosa constricción digna del Caribe, solo pensaron en el sol para dar luz, los ladrillos que se veían por fuera eran los mismos que se veían por dentro y había internos que casi no salían de allí.
La Iglesia, hasta que no se reformó y pintó, no tenía calefacción. Los monaguillos agradecíamos la túnica, el roquete y la esclavina, el resto de temperatura lo ponía la fe.
A todo esto le acompañaban esos inviernos largos y fríos, aquellas heladas, aquellas nieblas, aquellas nevadas de verdad, que algunos legamos a pasar con pantalón corto (siempre por su vestuario las chicas fueron más valientes).
La mejor solución era salir de casa, echar a correr y ya estabas caliente.
Ahora tenemos remedios para el frío y el calor, previsiones meteorológicas, ropas ligeras de abrigo. Antes costaba darse la vuelta en la cama y en inviernos todos llevábamos unos kilos de ropa encima.
¡Y todos hemos sobrevivido!.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Tienes razón, Félix. Antes éramos más duros. Yo recuerdo que mi abuela, algunas veces hacia recuento de codos y rodillas de todos los nietos. Siempre teníamos costras de viejas heridas y raspones. Echábamos competiciones entre nosotros, (tú tienes más, etc..) Cuando nos caíamos o teníamos algún percance con sangre, nos dábamos "salivilla" y a correr. A veces, teníamos la malsana costumbre de quitarnos esas costras antes de tiempo y... otra vez a esperar a que se curasen! Sobre el frío, ya hemos hablado ... (ver texto completo)