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HERRERA DE PISUERGA: Muy buena la anécdota, Lydia....

REcordando a Aquilino y a mi padre.
Un domingo en el metro de Madrid con mi padre. Esperando en el andén, de repente, se levanta corriendo y grita: ¡Coño, Aquilino! Todo el mundo le mira. En el andén de enfrente, Aquilino, perplejo, grita a su vez: ¡Fito, coño! Todo el mundo se echa a reír y mi padre y Aquilino, se ponen a charlar de todo lo que se les ocurrió sobre Herrera. Fue un número. Nosotros, nos partíamos de risa y un señor preguntó: ¿qué es lo que pasa? Nada, le replicó otro, dos paletos que se han encontrado en el metro de Madrid. Ellos siguieron ajenos a todo, hasta que llegó el tren de Aquilino y se acabó la conversación.
El grito de " ¡Coño, Aquilino! y ¡Fito, coño! fue tema de conversación y risa durante bastante tiempo en mi casa. Anécdotas de herrerenses en Madrid.

Muy buena la anécdota, Lydia.
El otro día en la cena, mi hermana contó la siguiente:
Llavábamos ya unos años viviendo en Barcelona, cuando se encontró mi padre en las Ramblas a un conocido que le saludó efusivamente. A mi padre le sonaba mucho pero no conseguía identificarlo. Cuando el hombre le preguntó por sus hijos, mi padre para corresponder le contestó, -" los míos bien, ¿y los tuyos?
A lo que el otro, muerto de risa, le espetó: -" ¡Coño, Arsenio, que sigo siendo cura!
Era Don Paco ("Paquillo") vestido de paisano.