Una empresa con altibajos.
Fontaneda comenzó siendo una modesta y pequeña confitería en la localidad palentina de Aguilar de Campoo, donde Eugenio Fontaneda hacía chocolates artesanos, galletas en hornos de leña y bizcochos a mano. Allí se fue forjando entre harinas y hornos Rafael Fontaneda, hijo del fundador e impulsor de la marca que la llevó a lo más altos gracias a su producto estrella: la galleta María. Su forma redondeada y su color dorado se extendieron con rapidez por los hogares de toda España, haciendo las delicias de miles de niños -y no tan niños- en desayunos y meriendas.
Fontaneda comenzó siendo una modesta y pequeña confitería en la localidad palentina de Aguilar de Campoo, donde Eugenio Fontaneda hacía chocolates artesanos, galletas en hornos de leña y bizcochos a mano. Allí se fue forjando entre harinas y hornos Rafael Fontaneda, hijo del fundador e impulsor de la marca que la llevó a lo más altos gracias a su producto estrella: la galleta María. Su forma redondeada y su color dorado se extendieron con rapidez por los hogares de toda España, haciendo las delicias de miles de niños -y no tan niños- en desayunos y meriendas.