EL BOCADILLO DE QUESO. Habia un
joven albañil que cada dia se llevaba un bocadillo para
comer en el trabajo. Cuando llegaba la hora de desayunar, sacaba el bocadillo de su envoltorio y, dia tras dia, sus compañeros eran testigos de la misma desilusion. El muchacho, al ver que el bocadillo era de queso, empezaba a lanzar todo tipo de improperios: que si estaba aburrido de comer siempre lo mismo, que el queso le sentaba mal, que le daba alergia...
Un dia, uno de sus compañeros, harto de escuchar siempre
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