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HORTIGUELA: CAMBIO CLIMÁTICO...

CAMBIO CLIMÁTICO
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La bomba climática ya está aquí
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Á. M. Diario de Burgos. Domingo 13 de Diciembre 2015.

La temperatura media del mes de noviembre en Burgos ha aumentado 1,5 grados en 15 años • El otoño se está "desplazando" como consecuencia del calentamiento global • Esa incidencia en las estaciones afectará a los ciclos de insectos y cultivos

Una reunión global sin ausencias, casi 200 países representados y un problema común: la alteración artificial, progresiva y nociva de la climatología terrestre. El resultado, un acuerdo vinculante que sin embargo podría ser papel mojado si quienes firman más de la mitad del daño irreparable causado a la atmósfera terrestre no se lo toman en serio. Ya saben, los sospechosos habituales: EEUU, China, Rusia... Eso ha sido la Cumbre del Clima de París celebrada en las últimas semanas.
Mientras en la capital francesa los amos del mundo se fotografiaban cual estrellas del rock, en ciudades como Madrid y Oviedo se tomaban medidas drásticas para contener la emisión de gases y partículas contaminantes por la superación de los niveles de alerta establecidos por las autoridades sanitarias. Así que puede en el Pekín haya que vestirse de Darth Vader para salir a la calle, pero aquí, en España, el problema también es real. ¿Y en Burgos? ¿Afecta el cambio climático a este territorio mesetario? ¿Está cambiando algo? ¿Existen riesgos para la salud? ¿Y para la economía local y provincial? ¿Respiramos aire limpio?
Buscamos esas respuestas en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos. Allí nos responden Verónica Tricio Gómez, doctora del área de Física Aplicada especializada en contaminación atmosférica; Ramón Viloria, doctor del mismo área especializado en Meteorología y Micrometeorología, y Carlos Rad, químico investigador y profesor de Edafología (estudio del suelo).
Viloria aclara que «siempre es arriesgado llevar a una zona concreta un fenómeno global», pero advierte que «la temperatura media del planeta ha subido y lo ha hecho especialmente en el hemisferio Norte». «En el Norte se emiten más gases de efecto invernadero y la proporción de tierras-mares es mayor. La estadística es global, y por eso hay que cogerla con cuidado, pero que el cambio climático es un hecho en el hemisferio Norte, y por tanto también en Burgos, está fuera de toda duda para la comunidad científica, es algo demostrado. Otra cosa más compleja es tratar de buscar efectos locales», añade.
el otoño
‘se mueve’.
De hecho, Viloria formó parte del grupo de profesores que el año pasado presentó un estudio en Alemania a partir de las mediciones recogidas desde 1997 en una estación meteorológica de Villafría, «lo que nos da una serie histórica que, a efectos climáticos, comienza a ser relevante». ¿Y qué dice esa serie? «Hay una subida de las temperaturas máximas y una bajada de las mínimas. Los otoños son claramente más cálidos y los inviernos han sido más fríos, lo que cuadra con los modelos internacionales para el cambio climático. Demuestra que habrá una mayor abundancia de extremos climáticos; de hecho, ya la está habiendo. Uno de los efectos más llamativos es que hay un retraso clarísimo en la entrada del otoño. La temperatura media del mes de noviembre ha subido 1,5 grados en 15 años, así que hay un desplazamiento de ciertas estaciones».
La profesora Tricio apuntala las afirmaciones de su compañero y acepta que «las situaciones extremas de anomalías serán más acusadas» conforme lo sea el cambio climático y se alteren los ciclos ‘naturales’ de los ecosistemas. Puede que eso no nos achicharre a los burgaleses, pero habrá sectores económicos que se van a tener que adaptar. Por ejemplo, el vinícola.
«Cuando hablamos de plantas delicadas como los viñedos sí podría existir una incidencia económica. Son plantas que requieren unas condiciones climáticas muy concretas y esas condiciones pueden cambiar. Por eso los productores están previendo esas consecuencias y compran zonas más alejadas de la Ribera», ejemplifica.
Rad también suscribe la predicción y justifica sus razones. «La viticultura es el único cultivo de alta rentabilidad que tenemos, porque el cereal no lo vendes bajo una denominación de origen. El cambio climático será dramático, en este sentido, para territorios como Castilla La Mancha, donde están empezando a vendimiar en agosto. Pero eso tiene un problema: la uva acumula azúcar y el azúcar significa grados, pero si acumula el azúcar sin haber madurado no tendrá los metabolismos secundarios que dan la calidad al vino. Para nosotros, a medio plazo, esto podría ser una zona de oportunidad, pero a largo plazo los productores tendrán que moverse», prevé.
Será ahí, en nuestro estratégico sector agrícola, donde primero se manifiesten los problemas, pero no vendrán únicamente en forma de peores vinos. Además habrá plagas inéditas en estas coordenadas. «El incremento de la temperatura supone que estamos empezando a ver plagas que antes no se daban. Es el caso de algunos hongos de los cereales, pero también de otros cultivos como el maíz. El maíz de Castilla y León es ‘natural’, pero en Aragón y Cataluña se cultiva masivamente maíz transgénico por la incidencia del taladro. El taladro es un lepidóptero que pone los huevos dentro del tallo del maíz. Las larvas se desarrollan ahí y se comen el interior. Sin embargo, el transgénico incorpora una proteína que la larva no digiere y muere», continúa el químico.
La productividad de otros cultivos, como el girasol, también podría verse dañada. «Los insectos polinizadores tienen un ciclo vital que coincide con el ciclo de la planta. Si el ciclo del insecto se adelanta la polinización no se producirá y la producción será menor». Y sí, tampoco sería extraño que nos tengamos que preparar para insectos vectores (transmisores) de enfermedades como la malaria que vayan ‘conquistando’ territorio en el Norte «hasta llegar a nuestras zonas».
el aire lo paga.
Las predicciones, como es obvio, se basan en modelos, en previsiones, en estimaciones que no siempre obedecen a evidencias empíricas. Sin embargo, «en los últimos 15 años se han registrado los 10 más cálidos desde que tenemos registros a nivel global», advierte Viloria, así que poco a poco se va evidenciando que, por desgracia, se están cumpliendo. Además, son palmarios otros efectos más inmediatos y nocivos para la salud humana que se han manifestado en la contaminación atmosférica y han obligado a restringir el tráfico en algunas ciudades españolas.

Fuente. Diario de Burgos de hoy.
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