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GREDILLA DE SEDANO: No tengo el gusto de conocerte, pero eres un pozo de...

Saludos a tod@s

El Circulo Románico sigue investigando en la “Escuela Mena-Villadiego”

Las iglesias que han abierto este verano en la comarca de Las Loras
* Moradillo de Sedano
* Rebolledo de la Torre
* Escalada
* Gredilla de Sedano

Horario: martes a domingo, de 11:00 a 14:00 y tardes de 17:00 a 20:00.

El guardián de la preciosa iglesia de Moradillo de Sedano pide medio euro por visitante, algo que me parece justo. Por cierto, en el comienzo de la rampa que sube hay una señal de prohibido el paso a vehículos que confunde.

Saludos a tod@s
Desiderio, no sé si estas siguiendo en el foro del Circulo Románico el interesante tema “El extraño caso de Gredilla de Sedano”.

Según los investigadores del románico, en esta iglesia trabajo el segundo maestro de Silos y estan estudiando las comparaciones teologicas.

El tímpano representa la “Buena Nueva”
Tenemos de izquierda a derecha a San Pablo, arcángel Gabriel, la ¿Virgen?, San José, San Pedro y dos ángeles arriba.
Primero: No es habitual en el románico que María presida un tímpano.
Segundo: Es rara la presencia de San José que en el románico solo se representaba en escenas de la infancia de Jesús.
Tercero: No está el Niño Jesús.
Ahora la gran pregunta: Si cambiamos la cabeza y ponemos la ¿original? de Jesús, que representaría?

Antes, cuando nadie se planteaba -la cosa no estaba para esas reflexiones-, por qué la cabeza del Pantocrator decapitado había sido sustituida posteriormente por una cabeza de Virgen coronada, auxiliadora de la augusta figura masculina, la iglesia convocaba a sus fieles una vez por semana, el domingo, para la misa. Acudían todos. Las abuelas, siempre de negro, cambiaban el delantal un poco parduzco, el pañuelo polvoriento y la toquilla de lana por una pieza de sustitución nueva que sólo ellas sabían que era diferente. Las zapatillas, en invierno, se alojaban en las inevitables almadreñas que permitían vadear los charcos y distanciarse del barro los centímetros precisos para no acabar enfangadas. A la iglesia se llegaba puntual. Las mujeres delante, cerca del cura que, cuando se acercaba con su sotana negra, parecía de la misma cofradía que las abuelas. Las chicas con los carrillos coloradotes por el aire fino del páramo y los hombres siempre detrás, a sus anchas, fisgando posiblemente a las féminas. Algunos, no sé muy bien por qué, y esto ocurría en toda la geografía, se quedaban en la puerta o en la calle, sobre todo en verano, incluso fumando como si tal cosa. Pero lo más relevante de esta distribución era el coro y sus ocupantes. Subían los hombres jóvenes que cantaban a voces ¡y qué voces! en un idioma extraño, que pensábamos que era latín, pero constituía una mezcla extravagante que los siglos habían ido conformando y que a más de un cura joven, recién llegado, le proporcionaba una risa floja, a duras penas contenida. Parecía que aquello iba a ser eterno, inamovible, pero nada lo es, ni siquiera el Cristo románico de piedra que mantiene su mano en un mudra clásico, mientras reina sobre los hombros la cabeza de una mujer.

Estimada Asun: son maravillosas y muy certeras estas bellas descripciones (y la escatológica del 30/8/2011, porque no podemos superar nuestra condición animal que nos insistió el gran Maestro). Igual en el Tozo. Aunque yo no recuerdo que nadie se quedase fuera de la iglesia en Hoyos. Incluso el rojeras José Gutiérrez -encarcelado cuando lo del 36 por ser republicano declarado, claro está-, se acercaba a misa. No así el más aún rojeras hermano suyo.
En Hoyos solían cantar, en los días de gran solemnidad, algunos casados y ciertos mozos, debajo del coro, claro. El coro era patrimonio del mocerío varón; el cura los tenía a la vista cuando predicaba o se volvía.
La pena es que esos cantares, como fueren y lo que dijeren -a nadie le importaba eso, sino el hecho de que se cantaba y daba empaque y más misterio aún- se han perdido irremisiblemente. Sería un ejercicio formidable que alguien pudiese recopilar algunos.
Estoy convencido plenamente de que las gentes de Las Loras (incluyo a Sedano y su entorno) eran poco religiosos pero muy mistéricos; falta saber por qué. Es característico que en el Tozo quien venció al dragón no fue San Jorge sino un Rui Díaz de vivar en su primera juventud.
Es significativa esa risa floja de los curas -algunos al menos- cuando eran testigos de estas cosas; o cuando tenían que bendecir el ganado con las estolas colgando de una cuerda y rozando a los poderosos bueyes tudancos. ¿Y qué podían hacer?. Al menos demostraban complicidad y cierta cocnnivencia.

No tengo el gusto de conocerte, pero eres un pozo de conocimientos. Supongo que, una vez a caballo, es mejor Rui Díaz, un mozo que es más como de casa, que San Jorge que impone un poco por lo “mistérico” que comentas. Curioso, realmente. Pero lo que deja perplejo es eso de la estola colgando de una cuerda. Explícalo un poco mejor, porfa. Me imagino una especie de caña de pescar con la estola en el extremo intentando tocar el belfo vacuno a golpe de agua bendita, pero no acabo de reproducir la escena... (y muy bueno lo de los bueyes "tudancos")
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Sí, Asun. Esto era lo que ocurría en varios pueblos de la parte occidental de Las Loras. Hay una foto de ello en uno de los pueblos de esta zona publicada en estos foros que lo confirma perfectamente. Es cuestión de buscarla. Y el cura, relativamente mayor, que está en una pose como diciendo: "que así sea; no puedo hacer otra cosa". Se colocaban dos palos, se tendía una cuerda, generalmente se hacía en las eras; y, seguidamente, se hacía pasar bajo esa cuerda de la que colgaban algunos ornamentos ... (ver texto completo)


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