Vuelvo a interrumpir el pleno por lo curiosa que soy. Ayer fui a la carretera, y cuál no fue mi sorpresa, ¡estaban los trabajadores del verano quitando las hierbas en la barricada!, ese contenedor oxidado y de tanto valor para el expendedor, que no para el comprador y sufridor que es el pueblo, a expensas de lo que sus mandatarios quieran y tengan el capricho de poner como en este caso, un bebedero de hierbas y a buen precio. Claro, me dije, si encima del buen riñón que nos ha costado luce tan hermoso ... (ver texto completo)