Esta expresión tan popular tiene su origen, muy a su pesar, en Don Baltasar Gil Imón de la Mota, nada menos que Fiscal del Consejo Supremo de Castilla y Gobernador de Hacienda en la época de Felipe III. Por aquella época, el rey estaba preocupado por el exceso de ostentación pública que hacían los ricos cortesanos, que el pueblo denominaban como lindos, pisaverdes o pollas, a lo que hoy conocemos como pijos. Para reducir estas expresiones de riqueza a los ojos de un pueblo castigado por la crisis ... (ver texto completo)