Mi querida
amiga Silvia:
De pequeñas jugabamos, reiamos, nos contábamos nuestras cosas, nuestros secretos, tambien nos enfadabamos... como dice mi madre "nos entendiamos", aunque yo diría algo más: creamos un vínculo de
amistad que a pesar de la distancia y el paso del tiempo, aún sigue ahí.
Silvia, en su día lloraste la muerte de mi padre, una mañana sonó el teléfono y como pudiste me ofreciste todo tu apoyo y ánimo para poder salir del vacio que me dejó la marcha de mi padre. Nunca se me olvidará
... (ver texto completo)