AVILA: COSTUMBRES. La prov. de Ávila es en el día y lo ha...

COSTUMBRES. La prov. de Ávila es en el día y lo ha sido siempre, una de las que componen el terr. de Castilla la Vieja, de esa porción de la monarquía española tan conocida por la lealtad, por la honradez y por el carácter pacífico y laborioso de sus moradores: escritores de nota han supuesto, sin duda con poco conocimiento del país, que los castellanos viejos son silenciosos y tristes, que llevan sobre sus semblantes la imagen de la desidia y de la pobreza; pero semejante aserción es tan gratuita como otras muchas que nos achacan los extranjeros, y nosotros debemos rebatirla en este lugar, por ser esta la primer prov. del ant. terr. de Castilla la Vieja que ha venido á ocupar su puesto en nuestro Diccionario. Los castellanos viejos, hablan poco en efecto, son serios. reservados, reflexivos, perezosos, si se quiere, en todo lo que hacen tal vez los mas perezosos de España; pero sencillos en sus costumbres, ingenuos en sus acciones, honrados, sin doblez, sin engaños, sin falsedad: cierto es que no son ricos: el terreno de Castilla la Vieja es de los mas pobres de la nación, y el que corresponde á la prov. de Ávila, es sin duda el mas miserable de todos: en el art. de prod. hemos dicho lo bastante para calcular con aproximada exactitud cuanto pueda ser el descanso que los moradores de esta prov. pueden proporcionarse, según el diferente punto de ella en que residen; pero esta pobreza ni ha de atribuirse á indolencia ni á esa especie de enojo habitual ó despego que se les quiere suponer: esta pobreza tiene otro origen, muy remoto y bien arraigado por cierto, que solo puede hacer desaparecer un sistema bien entendido de protección, y sobre todo el completo afianzamiento dé las instituciones liberales, con todas sus legitimas é importantes consecuencias, concluyendo con la amortización civil y ecl., con los privilegios y los derechos señoriales, que en esta desgraciada prov. mas que en otra alguna, se han dejado sentir con sobrada pesadez, y que aun mantienen el estado de abatimiento de aquellos naturales; y ya que hemos hecho estas indicaciones, no queremos concluir este párrafo sin manifestar los datos que tenemos para hablar así, datos exactísimos, y que arrojan el verdadero resultado de nuestras consideraciones.
* Diccionario geográfico-estadístico-históri co de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1845.