Dejando un poco a un lado la
historia de la ciudad que es muy bonita, tengo que decir que nos encontramos en los
soportales que hay en la
esquina de la
calle San Segundo, que a su vez vienen a dar a la
plaza de
Santa Teresa.
Es a finales del siglo XI cuando
Ávila con un marcado carácter defensivo, reinicia su vida ciudadana.