TOLEDO: 1-TOLEDO (TULAYTULA) 1º PARTE...

1-TOLEDO (TULAYTULA) 1º PARTE
La ciudad de Toledo (Tulaytula) disponía de un primer asentamiento fijo que es una serie de castros sobre el lugar donde se levanta la ciudad celtibérica amurallada, siendo considerada como uno de los más importantes centros carpetanos.
Uno de los primeros asentamientos se localiza en el cerro del Bú situado en la orilla izquierda del río Tajo donde se han obtenido numerosos restos arqueológicos encontrados y que hoy se encuentran en el actual museo del Hospital de Santa Cruz en la ciudad.
Los orígenes de Toledo son muy remotos y su origen procede de la Edad de Bronce siendo un importante centro carpetano hasta que el Pretor Marco Fulvio Nobilior al mando de las legiones romanas conquistan la ciudad en el año 193 a. C. dejando actualmente testimonio de su presencia como el Acueducto y los restos arqueológicos del Circo romano.
Los romanos tras la conquista reconstruyen la ciudad y la denominaron Toletum, incluyéndola en la provincia de la Carpetana.
La ciudad próspero y se desarrolló una importante industria del hierro llegando a acuñar moneda. La zona fue sometida a un profundo proceso romanización como se testimonia por los innumerables restos arqueológicos encontrados de villas romanas, especialmente en la ribera del río Tajo.
Los romanos dejaron como testimonio numerosos restos en la ciudad como el citado Acueducto, del que conservan las bases a ambos lados del río Tajo, una vía romana que se puede observar en las laderas de los cerros de la margen izquierda del río y los restos de un arco que está ubicado en un parque público y que se encuentra parcialmente desenterrado. Están el resto de vestigios quizá en el subsuelo de la ciudad tales como el teatro, ubicado en un lugar cercano al circo y que actualmente ocupa un colegio, el anfiteatro en el barrio de las Covachuelas, una infraestructura hidráulica cercana a la entrada a la Mezquita del Cristo de la Luz, numerosas calzadas así como resto de termas, villas etc.,
Tras las investigaciones, una parte de los materiales encontrados fueron utilizados para la construcción de otros edificios y para la muralla que rodea la ciudad y quizás la mayor riqueza arqueológica se encuentra en el subsuelo de la ciudad.
Después de las invasiones germánicas a principios del siglo V d. C se reedificaron las antiguas murallas de la ciudad con objetivos defensivos aunque sin embargo en el año 411d. C fue conquistada por los alanos, gracias al dominio demostrado del uso del caballo y de las artes de la guerra. Estos pueblos fueron derrotados por los visigodos en el año 418 d. C. Sería Agila quien los derrotó y posteriormente Atanagildo establece la corte en la ciudad y luego Leovigildo la convertiría en la capital del reino visigodo y en arzobispado adquiriendo mucha importancia civil y religiosa como lo prueban los Concilio de Toledo que fueron convocados allí. Cerca de la ciudad en Guadamur se descubrió el “Tesoro de Guadamur” que es un conjunto de coronas votivas de los reyes visigodos.
En el año 711 tras la presencia árabe en Hispania fue sometida al dominio musulmán por Tarik ibn Ziyad siendo un proceso sin dificultades a través de la capitulación aunque la mayor parte de la población había huido y los musulmanes la llamaron Tulaytula.
El predominio de la población mozárabe y su comportamiento independiente originó que la ciudad fuera un foco permanente de preocupación para Córdoba. Claudio Sánchez Albornoz cuenta que en el 807 y otras en el 800 durante el Emirato de Al-Hakam I estalló una sublevación contra Córdoba. El Emir envió al muladí oscense Amrús ben Yusuf también conocido como Amorroz que en las crónicas cristianas organizó un ardid para someter a la ciudad. La población muladí que era insumisa fue invitada a un banquete en el palacio para rendir lealtad al Emir y ordenó apostar en la puerta a unos verdugos que a medida que iban llegando los invitados eran decapitados y sus cuerpos arrojados a un foso siendo conocido este episodio como “la Jornada del Foso”. Fueron ejecutados unas 5300 notables y así consiguió el Emir someter al pueblo toledano.
No obstante, nuevamente volvieron a rebelarse el año 811 y después en el 829, después de su muerte.
Sería finalmente el Califa Abd-el-Rahman III quien logra someter la rebelión endémica de la ciudad en julio del 932, tras asediarlo dos años siendo sometido por el califato cordobés.
En el año 1031 tras la desintegración del Califato de Córdoba Tulaytula (Toledo) se convertirá en una de los más importantes reinos de taifas pero tuvo que pagar parias al reino de Castilla para mantener su independencia. Tulaytula (Toledo) andalusí fue después de Kurtuba (Córdoba) la ciudad más importante de Al-Ándalus pero tuvo un enfrentamiento continuo con los Emires y los Califas de Córdoba. Los conflictos continuos hicieron que la etapa de esplendor de Tulaytula (Toledo) se retrasase hasta el siglo XI cuando el poder califal se había disminuido y Al-Ándalus era un reino dividido en múltiples reinos taifas. Tulaytula (Toledo) fue una de estas taifas a partir del año 1036 cuando Ismail Dahfir perteneciente a la familia bereber de los Beni Dilnun proclama la independencia. Desde entonces es gobernada por tres soberanos. El primero es Ismail Dahfir (1036-1038) quien lucharía contra Córdoba para mantener su independencia. Le sucedió Abul Asan Yaya al-Mamum (1038-1075) conocido por los cristianos como Almamun. Tras su gobierno se inicia la etapa de esplendor llegando a tener bajo su mando a Alfonso VI de Castilla y León a quien ayudo a tomar el poder aunque goberno en Kurtuba (Córdoba) y en Balansiya (Valencia). Fue aliado de Fernando I rey de Castilla y Leon aunque más tarde ambos se enfrentaron en el campo de batalla siendo derrotado el musulmán.
También tuvo buenas relaciones con Alfonso VI a quien albergó en Tulaytula (Toledo) cuando fue desterrado por su hermano Sancho II El Bravo. La vida de Almamun terminó en Kurtuba (Córdoba) cuando fue tomada por él y fue posteriormente envenenado.
El último rey musulmán en Tulaytula (Toledo) fue Yahya Al-Kadir (1075-1081) nieto de Almamun. Su gobierno no fue estable porque la población se dividió entre partidarios de mantener la paz con Castilla y León y sus detractores que ayudados por al-Mutawakkil de Batalyaws (Badajoz) tomaron Tulaytula (Toledo) y despojaron al-Kadir y tuvo que refugiarse en Kunca (Cuenca).
Sería el rey de Castilla y León Alfonso VI quien la conquistaría la ciudad el 6 de mayo del 1085 tras someterla varios años a asedio entrando en la ciudad mediante acuerdo previo con el rey taifa que la gobernaba. Al-Kadir cedió los derechos de Tulaytula (Toledo) a Alfonso VI y éste ayudo a Al-Kadir a reconquistar el reino de Balansiya (Valencia). En el año 1075 había fallecido en Kurtuba (Córdoba) su vasallo y amigo Almamun rey taifa de Tulaytula (Toledo) y había sido cedida a su nieto al-Kadir quien en el 1084 había solicitado ayuda de Alfonso VI ante una conspiración interna para derrocarlo. Alfonso aprovechó el llamamiento de ayuda para sitiar la ciudad de Toledo que caería en su poder el 6 de mayo del 1085 y al-Kadir fue enviado como rey de Balansiya (Valencia) bajo la protección del caballero castellano Alvar Fañez. En Tulaytula (Toledo) convivieron la población islámica, judía y cristiana y fruto de todo ello es la existencia de mezquitas, iglesias y sinagogas así como sus tradiciones artesanales. Son ejemplo de ello las Sinagogas de Santa María La Blanca y la del Transito; la Mezquita del Cristo de la Luz o del bar del Magnum, la Puerta del Sol, torre albarrana del siglo XIV o la Puerta de Bab al-Mardum de este estilo mudéjar.
En la capitulación de entrega de la ciudad al reino de Castilla se toleró la práctica religiosa de las comunidades judía y musulmana pero esta actitud no duraría mucho tiempo. Los cristianos levantan una nueva Catedral sobre el lugar donde estaba la Mezquita aljama, que a su vez estaba levantada sobre una basílica visigoda.
En el año 1162 la ciudad fue conquistada por el rey Fernando II de León durante la minoría de edad de Alfonso VIII de Castilla. El rey leonés nombraría a D. Fernando Rodríguez de Castro “El Castellano” miembro de la Casa de Castro, gobernador de la ciudad. La ciudad de Toledo permanecería en poder del reino de León hasta el 1166 que sería recuperada por los castellanos.
En el siglo XIV tras la guerra fratricida entre D. Pedro I El Cruel y su hermanastro Enrique II de Trastamara, la ciudad de Toledo lucho a favor D. Pedro I y tras sufrir un largo asedio fue tomada en 1369.
Transcurrida la Edad Media la ciudad fue creciendo y en el siglo XIV recibió un privilegio ferial y en el siglo XV se convertiría en una de los principales productores de paños castellanos junto a otras actividades como la acuñación de monedas, fabricación de armas, industria sedera etc.,
El año 1492 los judíos son expulsados por los Reyes Católicos y reforman la ciudad. La reina Isabel I de Castilla ordenó construir el Monasterio de San Juan de los Reyes, tras su victoria en la guerra civil contra Juana La Beltraneja, eligiendo el lugar donde fuese su tumba, aunque posteriormente está enterrada junto a su esposo Fernando II de Aragón en la Catedral de Granada.
Carlos I convertiría a Toledo como Ciudad Imperial instaló allí su Corte.
Los Reyes Católicos embellecieron la ciudad y en la catedral toledana se proclamaron a D. Juana y a D. Felipe El Hermoso herederos de la corona castellana en 1502.