Eran las 8, 20 de la mañana del día 19 de febrero de 2002, y el
joven dirigente de las Juventudes Socialistas del
País Vasco, Eduardo Madina, de 26 años, circulaba con su Seat
Ibiza por la zona comercial de Galindo, en Sestao (
Vizcaya), para ir a su lugar de trabajo en el centro de formación de desempleados del
Valle de Trápaga.
Eduardo iba confiado y sin escolta porque no tiene cargo público, pero Eduardo no es nacionalista, y no ser nacionalista en el País Vasco es muy, pero que muy peligroso...
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