Hola Iñaki: mejor no vayas y recuerda la aldea como era cuando tuvimos la suerte de vivir allí.
! Qué fríos mas exageraos! Yo sí me acuerdo de la ropa interior de lana que me dejaste y del saco con el que dormía en el banco de la cocina para que no se nos apagase el fuego. El párroco D. Ricardo decía que eramos adoradores del fuego, ja, ja, ja
! Qué fríos mas exageraos! Yo sí me acuerdo de la ropa interior de lana que me dejaste y del saco con el que dormía en el banco de la cocina para que no se nos apagase el fuego. El párroco D. Ricardo decía que eramos adoradores del fuego, ja, ja, ja
Que si hay que ir... no se puede vivir de remoras del pasado, lo que sientes alli merece la pena.