NAVIDADES DE ANTAÑO…
Anochecía en el pueblo de la Ventosa, y a medida que lo hacía disminuía el griterío de los chicos y algunas chicas que jugaban en la plaza del Eruelo.
Había nevado, y la nieve había cuajado en unos veinte centímetros de altura, por lo que a la vista, calles y plazas eran llanas como la palma de la mano. Eso sí, el Eruelo estaba pisoteado por un montón de chavales que tras salir de la escuela, formando dos equipos, jugaban a tirarse bolas de nieve, quedando eliminado el equipo ... (ver texto completo)
Anochecía en el pueblo de la Ventosa, y a medida que lo hacía disminuía el griterío de los chicos y algunas chicas que jugaban en la plaza del Eruelo.
Había nevado, y la nieve había cuajado en unos veinte centímetros de altura, por lo que a la vista, calles y plazas eran llanas como la palma de la mano. Eso sí, el Eruelo estaba pisoteado por un montón de chavales que tras salir de la escuela, formando dos equipos, jugaban a tirarse bolas de nieve, quedando eliminado el equipo ... (ver texto completo)