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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Infancia y juventud...

Infancia y juventud

Recibió su primera instrucción en Zaragoza, donde fue llevado hacia 1520, cuando contaba con 10 años de edad. Allí tuvo como maestro al filósofo y matemático Gaspar Lax, conocido como el príncipe de la lógica,​ Aunque de niño fue muy piadoso y deseó convertirse en monje, su familia lo mandó a la corte del emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico y en 1522 se encontraba en el palacio de Tordesillas para servir a la reina Juana I que estaba recluida ahí.

En 1528, Juan de Borja concedió a su primogénito la mitad de la baronía de Llombay y el título de barón, en tanto que el emperador Carlos V lo nombró gentilhombre de la Casa de Borgoña. En 1529, se acordó su matrimonio con Leonor de Castro, amiga íntima, Caballeriza Mayor y Dama de la emperatriz Isabel. Llegó a ser «gran privado» del emperador. La propia emperatriz en ausencia del emperador y actuando con plenas facultades como regente, lo nombró Caballerizo Mayor suyo, como ya lo era su esposa, y elevó el título de la baronía de Llombay a marquesado.

La emperatriz Isabel de Portugal murió en Toledo el 1 de mayo de 1539 con solo 36 años de edad. Era considerada una de las mujeres más bellas de su tiempo, como lo atestigua un lienzo del Tiziano. Esta muerte causó una impresión muy profunda en Francisco de Borja, quien desde entonces la recordó todos los años en su Diario por considerarla la fecha de su conversión:

Por la emperatriz que murió tal día como hoy. Por lo que el Señor obró en mí por su muerte. Por los años que hoy se cumplen de mi conversión.

Francisco de Borja

Felipe, hijo de Isabel de Portugal, encabezó los funerales y Francisco de Borja organizó la comitiva que escoltó el cuerpo de la emperatriz hasta su tumba en la Capilla Real de Granada, donde sería sepultado junto a los restos de los Reyes Católicos. El día 18, se descubrió el féretro antes de introducirlo en el sepulcro a fin de corroborar una vez más su identidad. Al ver descompuesto el rostro de la emperatriz que el mundo había admirado por su belleza, dijo:

"He traído el cuerpo de nuestra Señora en rigurosa custodia desde Toledo a Granada, Jurar que es Su Majestad no puedo. Juro que su cadáver se puso ahí"​

Tras las exequias recuerda la tradición que le comentó a un allegado: “Nunca volveré a servir a señor que se me pueda morir”.​

En ese mismo año, Carlos V lo nombró virrey de Cataluña cargo que desempeñó con gran eficiencia.