Labor cultural y política
Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero juzgo y estableció el castellano como idioma oficial de sus reinos y de los documentos, en sustitución del latín. Amante de la poesía, se conserva de él una cantiga en gallego que compuso en loor de la Virgen que indica además su gran devoción mariana. Mandó hacer el Libro del septenario, conocido también llanamente como Setenario, una especie de borrador de Las siete partidas de su hijo Alfonso X que era un texto orientado a la educación y de índole filosófica que habla de los siete ramos de las artes liberales y contiene algunos conceptos de derecho común. Alfonso X concluiría después satisfactoriamente este proyecto de su padre dándole un sentido más jurídico. También ordenó componer hacia 1237 el Libro de la nobleza y lealtad, compuesto por doce sabios conocido también como Libro de los doce sabios, un espejo de príncipes que propone un grupo consultivo de doce personas doctas para ayudar a ser un buen gobernante. Este tratado posee un epílogo de su hijo, Alfonso X el Sabio. Se trata de una obra de derecho político y normas de los deberes del gobernante para un buen gobierno y las virtudes que debe reunir para cumplir esas obligaciones. El libro se inspira en la escolástica y en las doctrinas isidoriana y tomista y puede considerarse un antecedente del llamado Consejo de Castilla.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y León. En su tiempo, el arzobispo e historiador Rodrigo Ximénez de Rada, "el Toledano", inició las obras de la Catedral de Toledo. El canciller del rey, Juan, fundó la Catedral de Valladolid y, posteriormente, siendo obispo de Osuna, edificó esa catedral. Nuño, obispo de Astorga, construyó la torre y el claustro de su catedral. Lorenzo, obispo de Orense, levantó la torre que le faltaba a su templo. Mandó edificar el rey innumerables iglesias, conventos y hospitales y tanto él como su madre efectuaban importantes donaciones.
Pese a sus esfuerzos por revitalizar el Studium Generale de Palencia, entrado en una irremediable decadencia, que había sido fundado en 1212 por Alfonso VIII de Castilla y trasladado a Salamanca en 1218 por Alfonso IX de León, como no parecía funcionar al nivel universitario que se quería por los escasos recursos de que disponía, lo anuló en 1240 y desde este momento Fernando dedicó toda la atención y recursos a la Universidad de Salamanca para que se convirtiera en una de las mejores de Europa.
Fernando III, preocupado por sus conquistas en Andalucía, buscó la quietud social en Galicia, y para ello se inclinó a favor de los señores eclesiásticos en la pugna que estos tenían con los concejos de Compostela en 1238, de Tuy en 1249 y de Lugo en 1252 y creó la figura del representante del poder real, ya que él, desde tan lejos, no podía ejercer el poder mediante adelantados. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios.
Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero juzgo y estableció el castellano como idioma oficial de sus reinos y de los documentos, en sustitución del latín. Amante de la poesía, se conserva de él una cantiga en gallego que compuso en loor de la Virgen que indica además su gran devoción mariana. Mandó hacer el Libro del septenario, conocido también llanamente como Setenario, una especie de borrador de Las siete partidas de su hijo Alfonso X que era un texto orientado a la educación y de índole filosófica que habla de los siete ramos de las artes liberales y contiene algunos conceptos de derecho común. Alfonso X concluiría después satisfactoriamente este proyecto de su padre dándole un sentido más jurídico. También ordenó componer hacia 1237 el Libro de la nobleza y lealtad, compuesto por doce sabios conocido también como Libro de los doce sabios, un espejo de príncipes que propone un grupo consultivo de doce personas doctas para ayudar a ser un buen gobernante. Este tratado posee un epílogo de su hijo, Alfonso X el Sabio. Se trata de una obra de derecho político y normas de los deberes del gobernante para un buen gobierno y las virtudes que debe reunir para cumplir esas obligaciones. El libro se inspira en la escolástica y en las doctrinas isidoriana y tomista y puede considerarse un antecedente del llamado Consejo de Castilla.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y León. En su tiempo, el arzobispo e historiador Rodrigo Ximénez de Rada, "el Toledano", inició las obras de la Catedral de Toledo. El canciller del rey, Juan, fundó la Catedral de Valladolid y, posteriormente, siendo obispo de Osuna, edificó esa catedral. Nuño, obispo de Astorga, construyó la torre y el claustro de su catedral. Lorenzo, obispo de Orense, levantó la torre que le faltaba a su templo. Mandó edificar el rey innumerables iglesias, conventos y hospitales y tanto él como su madre efectuaban importantes donaciones.
Pese a sus esfuerzos por revitalizar el Studium Generale de Palencia, entrado en una irremediable decadencia, que había sido fundado en 1212 por Alfonso VIII de Castilla y trasladado a Salamanca en 1218 por Alfonso IX de León, como no parecía funcionar al nivel universitario que se quería por los escasos recursos de que disponía, lo anuló en 1240 y desde este momento Fernando dedicó toda la atención y recursos a la Universidad de Salamanca para que se convirtiera en una de las mejores de Europa.
Fernando III, preocupado por sus conquistas en Andalucía, buscó la quietud social en Galicia, y para ello se inclinó a favor de los señores eclesiásticos en la pugna que estos tenían con los concejos de Compostela en 1238, de Tuy en 1249 y de Lugo en 1252 y creó la figura del representante del poder real, ya que él, desde tan lejos, no podía ejercer el poder mediante adelantados. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios.