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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Significado...

Significado

Este mapa corresponde a la situación de los cinco reinos peninsulares a comienzos del siglo XIV. El territorio del Reino de Granada en 1482 era ligeramente más reducido, sobre todo en su extremo occidental, habiendo cedido la zona del Estrecho y Antequera.
Modernidad

La Guerra de Granada, a pesar de mantener muchos rasgos de la Edad Media, fue una de las primeras guerras de la Edad Moderna, por el armamento y tácticas empleadas (más que batallas en campo abierto, fueron decisivos los asedios resueltos con artillería, y las maquiavélicas maniobras políticas, aunque no faltaron ejemplos de heroísmo caballeresco, también propios de la época). Significó una etapa intermedia clave en la evolución bélica de Occidente entre la Guerra de los Cien Años y las Guerras de Italia.​ También era moderna la condición del ejército vencedor, al que, a pesar de su heterogénea composición, o precisamente por ella (acudieron todo tipo de fuerzas, desde las tradicionales, reunidas por los nobles, los concejos, las órdenes militares, los señoríos eclesiásticos; hasta otras como la recientemente organizada Santa Hermandad y auténticos mercenarios profesionales provenientes de toda Europa incluyendo un grupo de arqueros ingleses dirigidos por Lord Scale) se suele considerar como un precoz ejemplo de ejército moderno, permanente y profesional (para la historiografía más tradicionalista, con rasgos de ejército nacional, probablemente con abuso del término), en un momento en que se estaban definiendo las monarquías autoritarias que conformarán los estados-nación de Europa Occidental.

España, en trance de formar su unidad territorial, fue uno de los principales ejemplos tras el matrimonio de los Reyes Católicos (1469) y su victoria en la Guerra de Sucesión Castellana (1479).

La Guerra de Granada fue utilizada para asociar al Reino de Castilla y al Reino de Aragón en un proyecto común, ofreciendo a la aristocracia una actividad al mismo tiempo lucrativa para ella y útil a la monarquía, que puede ser exhibida al mismo tiempo como empresa religiosa en conformidad con la nueva forma de identidad social más combativa: el espíritu del cristiano viejo.