"... O LLEVARÁS LUTO POR MÍ..."
Era un mendigo, un vagabundo que toreaba vacas a la luz de la luna. Nada tenía sino los harapos que malamente le cubrían, un pelo crespo, rebelde, y una fácil sonrisa...
Era un mendigo, un vagabundo que toreaba vacas a la luz de la luna. Nada tenía sino los harapos que malamente le cubrían, un pelo crespo, rebelde, y una fácil sonrisa...
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Nada, excepto un valor que había de asombrar al mundo. La historia de Manuel Benítez, EL Cordobés, al que conocí un año, cuyos números no recuerdo, cuando toreaba en la plaza de toros de Belmonte. Con el tiempo el se hizo muy famoso, en cambio El Platanito, que también toreaba aquel día, fue cayendo en picado hasta llegar, según se comentó no hace mucho, a la indigencia...
Nada, excepto un valor que había de asombrar al mundo. La historia de Manuel Benítez, EL Cordobés, al que conocí un año, cuyos números no recuerdo, cuando toreaba en la plaza de toros de Belmonte. Con el tiempo el se hizo muy famoso, en cambio El Platanito, que también toreaba aquel día, fue cayendo en picado hasta llegar, según se comentó no hace mucho, a la indigencia...
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"Ite, misa est".
Madrid recobraba su pulso aquella mañana muy especial cuando el padre Juan Espinosa Carmona terminó de decir misa y abandonó la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga...
"Ite, misa est".
Madrid recobraba su pulso aquella mañana muy especial cuando el padre Juan Espinosa Carmona terminó de decir misa y abandonó la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga...
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Una vez en la calle, se detuvo un momento y miró en dirección de la plaza de toros de las Ventas. El padre Espinosa era capellán del coso taurino madrileño...
Una vez en la calle, se detuvo un momento y miró en dirección de la plaza de toros de las Ventas. El padre Espinosa era capellán del coso taurino madrileño...
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A las seis de la tarde se celebró en el ruedo de esta plaza de las Ventas el espectáculo que toda España ansiaba presenciar: la presentación de un huérfano andaluz, Manuel Benítez, El Cordobés...
A las seis de la tarde se celebró en el ruedo de esta plaza de las Ventas el espectáculo que toda España ansiaba presenciar: la presentación de un huérfano andaluz, Manuel Benítez, El Cordobés...
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Desde la muerte de Manolete, el último gran ídolo de la torería, ningún matador había provocado semejante entusiasmo entre la afición, ni dado lugar a tan enconadas discusiones. Ocurría en los pequeños pueblos, como Alconchel, que, cuando el Cordobés toreaba, y la corrida la televisaban, los trabajadores que se encontraban en el campo haciendo sus faenas, las dejaban para el día siguiente, y regresaban al pueblo para ver "el gran acontecimiento"...
Desde la muerte de Manolete, el último gran ídolo de la torería, ningún matador había provocado semejante entusiasmo entre la afición, ni dado lugar a tan enconadas discusiones. Ocurría en los pequeños pueblos, como Alconchel, que, cuando el Cordobés toreaba, y la corrida la televisaban, los trabajadores que se encontraban en el campo haciendo sus faenas, las dejaban para el día siguiente, y regresaban al pueblo para ver "el gran acontecimiento"...
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En realidad, la fiesta brava declinaba desde hacía ya tiempo en aquellos años. Se decía que los españoles estaban perdiendo sus costumbres e interés por los toros con la llegada del seiscientos y los electrodomésticos. Había una generación más joven e indiferente cuyos intereses derivaban hacia otras aficiones...
En realidad, la fiesta brava declinaba desde hacía ya tiempo en aquellos años. Se decía que los españoles estaban perdiendo sus costumbres e interés por los toros con la llegada del seiscientos y los electrodomésticos. Había una generación más joven e indiferente cuyos intereses derivaban hacia otras aficiones...
