Ruta del Cristal de Hispania, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

Ruta del Cristal de Hispania. GR 163 en Cuenca

Te proponemos un viaje por la Alcarria y La Mancha siguiendo las huellas de una vía romana por la que se transportaba el “cristal” del Imperio. Es la antigua vía del Lapis Specularis, una calzada romana que comunicaba las minas de espejuelo del interior de la Meseta con los puertos del Mediterráneo.

Dioni Serrano /GE - Jueves, 16 de Junio de 2016 - Actualizado a las 15:00h.

El lapis specularis, o espejuelo, es un tipo de yeso traslúcido que utilizaban los romanos para cerrar los vanos de la ventana antes de que se descubriera la fabricación del vidrio. Plinio el Viejo lo describe como una piedra que se deja cortar con facilidad y en finas capas, y añade que aunque podía encontrarse en Chipre, Sicilia y la Capadocia el de mayor calidad era el extraído en la Hispania Citerior, en minas que se encontraban alrededor de la ciudad de Segóbriga, en la actual provincia de Cuenca.

El mineral extraído en estas minas se transportaba hasta los puertos del Mediterráneo para distribuirlo por vía marítima a todo el Impero Romano. El transporte por tierra obligó a construir la Vía del Lapis Speculari que se diseñó no sólo para dar servicio a las minas, también a los asentamientos militares y a las diversas poblaciones relacionadas con la explotación minera.

Itinerario:

Ercávica - Villalba del Rey - Moncalvillo de Huete - Huete - Carrascosa del Campo - Villas Viejas - Villarejo de Fuentes - Alconchel de la Estrella - Villar de la Encina - Santa María del Campo Rus - San Clemente.

Altura mínima: 712
Altura máxima: 940
(16 de Agosto de 2016)
De todos modos, los santos de ayer y de hoy, siempre han sido puntos de inflexión de la gracia para el bien de todos los hombres.
Aparte de las revelaciones que tuvo y de las predicciones sobrenaturales que hizo la santa, se cuenta de ella la finura de alma que le llevó a la confesión diaria durante veinticinco años -no por ser escrupulosa- y que consiguió la confesión arrepentida de impenitentes a punto de morir. También se habla de luces que rodean el cuerpo inerte después de su muerte, de una estrella que pudo verse por un tiempo señalando el lugar del reposo y de luminosidades que refulgían junto al sarcófago. No es extraño...
Un segundo viaje a Roma durará cinco años; tendrá como meta la puesta en marcha del proceso de canonización de la futura santa Brígida y la aprobación de la Orden del Santísimo Salvador. A su regreso a Vadstena, muere el 24 de marzo de 1381.
Söderkoping es el lugar patrio que recibe la procesión en 1374 como si fuera un acto triunfal. Se relatan conversiones y milagros que se suceden hasta depositar los restos en el monasterio de Vadstena, donde entra y se queda Catalina, practicando la regla que vivió durante veinticinco años con su madre.
En el año 1373 han regresado, muere en Roma Brígida y Catalina da sepultura provisional en la Ciudad Eterna al cadáver de su madre en la iglesia de san Lorenzo. El traslado del cuerpo en cortejo fúnebre hasta Suecia es una continua actividad misionera por donde pasa. Catalina habla de la misericordia de Dios que espera siempre la conversión de los pecadores; va contando las revelaciones y predicciones que Dios hizo a su santa madre.