Como ya hace tiempo que escribo eston "Insultos", y aunque ya lo dije en su momento, alguno de vosotros no sabrá quién es su autor, oa digo que es Pancracio Celdrán y el título del libro donde "voy a beber" es El gran libro de los insultos. Hoy copio el siguiente:
BADULAQUE=Persona de poca entidad y substancia, de escaso fundamento, y razonamiento menguado; cantamañanas; zascandil.
Leandro Fernández de Moratín emplea así el término, a finales del siglo XVIII:
De galas que no son suyas
adornado se presenta
por el pueblo: ¡badulaque...!
Un siglo después, Bretón de los Herreros lo pone en boca de uno de los personajes de sus comedias:
"Es que a mi no se me trata como a cualquier badulaque..: ". Pero el término, con ésta u otras acepciones, se venía empleando en castellano desde principios del siglo XVI.
Cómo se convirtió esta palabra en insulto, no está claro. El badulaque es afeite que las mujeres usaron para el rostro con propósitos cosméticos. El segoviano Andrés Laguna, médico de cámara del emperador Carlos V, llamaba la atención sobre lo pernicioso de su uso. Acepción también antigua del término era el de "chanfaina", guisote hecho con bofes y pulmones bien picados, mezcla insípida y plebeya. Llamóse también así a la reunión de gente airada, hampona y de mala vida. Un entrecruzamiento de esta diversidad de acepciones, todas ellas peyorativas, originó tal vez un tercer significado para el término: "sujeto bullicioso e informal, que se mete en asuntos en los que nadie le ha llamado, comprometiéndose a realizar trabajos para los que no está capacitado". Hoy es voz empleada en Asturias, con el valor semántico de "hombre bajito y gordo, un tanto bobo", mientras que está en desuso en el resto de España, donde antaño tuvo empleo muy vivo. En la Argentina es sinónimo de "persona grosera y torpe"; en Chile, equivale a "bellaco", mientras que en el Ecuador cursa con "sujeto informal y tramposo".
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