En el
mensaje, escrito en latín, el pontífice habla de su visita a Jerusalén, "La ciudad de la paz" y pide "al Dios de Abraham, de Isaac y Jacob que envíe paz a Tierra
Santa, a Medio Oriente".
Poco después, frente a la Gran Sinagoga de Jerusalén, a poco kilómetros, y dirigiéndose a los mayores líderes religiosos de
Israel, el pontífice se comprometió "irrevocablemente" a obrar por la reconciliación con los judíos.
Frente a los dos gran rabinos, Yoma Metzer y Shlomo Amar, el Papa confirmó la
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