Hemos vivido muchas odiseas juntos. Con los pasamontañas en
verano, con los mosquitos en las encinas, con los salobreñas y comiendonos las fogatas, con dejamé que ya es mío, persiguiendo en la cuesta la legua a nuestros enemigos, con más afan que fortuna. Con los focos del
coche, como guia válido, en la oscuridad, un sifín de buena correrías, en busca de un destino.... el de la
juventud, que todo puede y lo mueve. El sabe a quien me refiero, si lo lee, me comprenderá, estoy seguro. Esto hace, que
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