Pero sin duda la máxima influencia histórica es la de la presencia árabe, que en las primeras décadas del s. VIII se encuentran un territorio casi desértico y muy pobre, pero con un gran valor estratégico. Surgen los primeros enclaves: Alambra, Albaladejo, Alcubillas, Almedina, Eznavejor (Torre de Juan Abad) y sobre todo Montiel con los castillos de San Polo y la Estrella.