Los primeros pobladores de
Cabrales se remontan a la época prehistórica. Los numerosos restos de
cuevas, pinturas
rupestres y las famosas Hachas de Cabrales lo ratifican. Posteriormente los
romanos pasaron por estas tierras, y nos dejaron la
calzada de Acoro, utilizada en esa época para el transporte de minerales preciosos procedentes de los
Picos de Europa.
En el
siglo XII se nombra en algunos manuscritos a Cabrales como término independiente. En esta época no hay mucha actividad de señorío, por lo que no existen grandes construcciones. En el siglo XVI, la minería estaba considerada una actividad importante en Cabrales, pero no era suficiente. La gente comienza a emigrar y, los que quedan, se dedican principalmente a la
ganadería. Sus
montañas le ofrecían buenos
pastos, de ahí que fuera conocido por la calidad de su
leche y
quesos.
La expansión que sufrió
Asturias en la industria en el siglo XIX no llegó a Cabrales, ya que el sistema
montañoso lo aislaba del resto de la región. La
llegada de los emigrantes que se fueron a América dio un impulso económico a Cabrales, y comienzan a construirse
casas indianas y algunas infraestructuras.
La construcción de la
carretera Cangas de Onís-
Panes a finales del siglo XIX significo el fin del aislamiento del
ayuntamiento. Actualmente, su
principal fuente de ingresos sigue siendo la ganadería, aunque el
turismo rural está en
pleno apogeo. La belleza de sus montañas,
ríos y
pueblos son un marco incomparable.
Fuente: a-asturias.com.