POLA DE LAVIANA: PAPARA HABLAR DE LAVIANA...

LA NIÑA DE LAS PERLAS
(En torno a la procesión de la virgen del Otero)

La niña coge la mano / de la anciana que la lleva...
--- ¡Abuela ¿la Virgen dónde / se parará, cuando venga?
--- ¡Calla, mio neña!. La Virgen / se parará en esta puerta,
para que tú la recuerdes/ cuando vengas con tus nietas.
Que la Virgen siempre es joven/ si es una Virgen como ésta.

--Abuela, abuelita, quiero /del Otero que está cerca
que venga la Virgen pronto,/ entre luces, para verla...
¡Que quiero verla, abuelita,/ y tocarla, si me deja...!
---Nieta, mio nieta, la Virgen / es lo mismo que la niebla;
que la ves, pero al tocarla /sin saber cómo, se aleja...

En esto, por los collados / del contorno de la Puebla,
un canto. como del cielo /--suave, dulce, que embelesa---
se va acercando, acercando /a la niña y a la vieja...

--- ¡Abuela, la Virgen viene:/Ya la oigo que se acerca...
--- ¡Cierto, mio nieta. La Virgen / nunca falta a quien la espera!
Ten las flores preparadas / para cubrirla con ellas,
que nadie más que la Virgen,/merece flores sin mengua...
---Abuela, ¡mira, relucen / todas las rosas más frescas...
¡Ahora, abuelita, ahora: / ¡Tírale rosas, que sepa
que son del rosal de casa / del solar de la Piniella...!

La niña, viendo a la Virgen,/ parece unas castañuelas.
Se ve alegre, y con las flores,/ llena el camino, y la siembra
multiplica los colores / de las flores que le quedan...

La abuela, por el contrario,/está absorta---Para ella
no caben las alegrías / que va mostrando la nieta...
La abuela tiene en los ojos / lagrimones que le queman...

Si una salta de alegría, / otra se santigua y reza;
que la Virgen del Otero / con dulzura las contempla...
--- ¡Abuela, mira, las flores / son ramilletes de estrellas!
¡Mira, mira cómo brillan / y retozan las que quedan...!

¡Y cuando pasó la Virgen, / la niña vio que eran perlas!
Albino Suárez

PAPARA HABLAR DE LAVIANA

Más que la Virgen del Otero, que era la adoración del poeta Emilio Martínez, prefiero insertar otro poema, breve, nuestro, pese a que no agrade a algunos foreros que lo haga, lo cual es de lamentar, pues no se entiende que haya que escribir ni al dictado ni de acuerdo a lo que otros quieran. Cada cual escribe de aquello que le apetezca, siempre que no falte al respeto a nadie ni falte a la verdad.

Vayan pues, unos poemas de nuestro libro "LOS QUE NO VOLVIERON", que trata acerca de los mineros que murieron, de una forma u otra, en la mina. En la mina en el concejo de Laviana --o en Laviana aunque fueran de otras partes. Y hay que decir que fueron cientos... Y los cuales, de no haberlos registrado en el libro referido, serían, dentro de poco, silencio y olvido.
SITUACIÓN

Murió el minero en la mina
y por su muerte pagaron/ dos pesetas, que entregaron
a su viuda, en una esquina./ ¿Y el jefe de la oficina?
El cacique de La Hullera / el amo del Sindicato:
por eso en todo contrato,/ el muerto quedaba fuera
de cualquier clase de trato...

AÑOS

Por los años del cuarenta,
el encargado en la mina /enarbolaba asesina
la pistola y la tormenta...
¡Y a callar!, que representa / la nueva ley en España,
la dictadura y la saña / del poder, ordeno y mando;
por eso fue tan nefando /el tiempo aquel, que se empaña
con la pistola, arreando...

REZOS
Delos pueblos de Laviana
se fue nutriendo la mina / de su gente campesina,
labradora y aldeana. /La Fradera catalana,
tan a lo suyo, por cierto,/ a la par en el concierto
que los vascos del acero,/ si en la mina algún minero
les decían que había muerto,

como creyentes cristianos.
al cura instaban un rezo./ Y nada más. El tropiezo,
mientras lavaban sus manos/ y sonaban sones vanos,
se saldaba de ese modo: con un rezo de acomodo
lo que por el muerto aquel,/ Fradera y Coto Musel,
lo `pagaban casi todo...