Me ha hecho mucha ilusión comprobar que cada cosa que recuerdo, cada lugar de mi infancia en machones se mantiene en su sitio, con su pequeñas y casi invisibles alteraciones... Han pasado casi veinte años desde que me marché de
el frasno y os sigo recordando a todos o a casi todos con el mismo cariño que os tenía cuando era un niño y jugaba en vuestras, nuestras callejuelas... Solo desearía que un
amigo al que siento que abandoné porque hube de marcharme del
pueblo, pudiera decirme que está bien
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