ALBARRACIN: A finales de siglo XVII se dio la Sentencia de Orihuela...

A finales de siglo XVII se dio la Sentencia de Orihuela del Tremedal que aún está vigente donde el Marqués de Valdeolivos como representante del rey rige el reparto entre la ciudad de Albarracín y las aldeas de la Comunidad de los beneficios que producía su rico patrimonio.
En el plano eclesiástico, el siglo XVII supuso una pérdida de territorio de la Diócesis de los Obispos por cesión de la jurisdicción al Obispo de Segorbe en 1577 por parte de Felipe II por las acciones rebeldes y contiendas de las gentes de Albarracín frente al rey.
Posteriormente de 1609 tras la expulsión de los moriscos decretada por el rey Felipe III afecto a muchos lugares del reino de Aragón pero en Albarracín ya no había moriscos pues en 1495 se convirtieron al cristianismo.
Respecto a lo que quedaba del régimen foral en cuanto las peculiaridades administrativas e incluso judiciales se perdieron en Albarracín por el Decreto de Nueva Planta en 1707 por Felipe V tras el cual el régimen foral aragonés se unificó con el resto de España.
Albarracín y Teruel fueron partidarias de Felipe V en la Guerra de Sucesión y en su jurisdicción se dio la batalla de El Poyo y cerca de Monreal donde el Conde de Puebla vencía al ejército enemigo dirigido por el general Pons, partidario del Archiduque de Austria.
Tras el Decreto de Nueva Planta Albarracín seria gobernado por un Corregidor nombrado por el rey. La decadencia inicio lo largo de estos siglos y sólo los rebaños era su principal riqueza que tenían derecho a pastar en Castilla pues pertenecían a la Mesta pero las corrientes socioeconómicas de la Ilustración tendían a fomentar la colonización agrícola en vez de la ganadería, muy importante para los ganados trashumantes.
También se talaron excesivamente los bosques para servir como materia prima para las fundiciones de hierro y se abandonaron los proyectos para colonizar los valles altos de la sierra, sobre todo la vega del Tajo.
Solamente de la riqueza ganadera aguantó la industria de la lana, materia prima para la elaboración de paños, que alcanzaron mucho prestigio durante el siglo XVIII hasta que los telares fueron destruidos por los franceses en la Guerra de la Independencia.
Se iniciaron explotaciones mineras nuevas en las Torres de Albarracín para la plata y el cinabrio pero no dieron la base económica para continuar el beneficio en aquellas minas.

-Edad Contemporánea.

Cuando se inició el levantamiento contra los invasores franceses, el 2 de mayo de 1808 Albarracín fue un nudo de resistencia constituyéndose una Junta de Gobierno que organizó la lucha contra los franceses.
En este lugar actuaba el general Villacampa que en 1809 los franceses organizaron una columna de castigo al mando del coronel Plique que se adentró en la sierra y llegó a Albarracín.
La ciudad opuso su resistencia pero fue bombardeada destruyendo el barrio de tejedores y los batanes y molinos.
Luego avanzó hacia la sierra arrasando los martinetes de Torres de Albarracin, Tramacastilla y Noguera siguiendo hacia Orihuela del Tremedal destruyendo la fundición y el martinete que había allí, tras combatir con los voluntarios de la tierra al mando del general Villacampa, los cuales se habían hecho fuertes en el cerro donde está el Santuario de la Virgen del Tremedal.
Tampoco fue favorable en Albarracín y su Sierra la resistencia que opuso a las corrientes políticas, económicas y sociales que en el siglo XIX se fueron imponiendo en España.
En aquella época la tierra de Albarracín fue un reducto de carlistas que dominaron la Sierra de Albarracín y de Molina y también la vecina Cuenca.
Carlos V atravesó las tierras de Albarracín tanto su ida hacia Madrid como la vuelta perseguido por el general Oraá y Espartero, quienes no se atrevieron adentrarse en estas serranías.
Durante la 1ª Guerra Carlista Albarracín vio partir su último Obispo D. Pedro Talayero Royón quien fue desterrado a Marsella (Francia) en 1839.
Los gobiernos de Isabel II no quisieron nombrar nuevos Obispos para aquellas tierras siempre hostiles y a partir del Concordato de 1851, el Obispo de Teruel fue nombrado administrativamente de la diócesis de Albarracín.
En el último cuarto del siglo XIX que terminan las guerras carlistas entre 1880 y 1890 para el control de estas tierras por el gobierno liberal se construyeron unas carreteras estratégicas de Teruel y Caudé al Pob de Dueñas por Orihuela del Tremedal y luego vendrá la de Albarracín a Salveceñete por Terrient y al Cañigral.
Estas vías fueron las únicas construidas de acceso a esta tierra hasta avanzado el siglo XX y esta tierra fue ignorada por los gobiernos sucesivos recordando su deslealtad en las guerras carlistas y sus gentes mostraron también una deslealtad con la Desamortización de Mendizábal que impidieron vender los bienes comunales incursos en el proceso de desamortización.
Solamente cuando se vieron forzados por el Gobierno de nación optaron por vender la Casa de la Comunidad donde se reunían en Albarracín los representantes de las aldeas y lograron reservar todo el patrimonio comarcal, fruto de su antigua independencia.
Desaparecida la Comunidad, se constituyeron las aldeas con sus Ayuntamientos independientes, cuyo proceso se hizo pacíficamente y sin violencia pero de una forma independiente uno del otro.
Esta actitud mantenida por varios siglos enaltece a los vecinos de las aldeas de la Comunidad que vencieron las órdenes que contra bienes comunales se ordenaban por gobierno central y a veces engañando y otras amenazando salvaron con tesón el gran patrimonio comarcal que tenía la Comunidad ¡Loor y Gloria a sus gentes por su heroica y tenaz resistencia en mantener sus usos y tradiciones!
Durante el desarrollo de la Guerra Civil (1936-1939) en Albarracín hubo combates éntrelas tropas republicanas y nacionales cambiando varias veces el control de la población entre ambos bandos.
En julio del 1937 una ofensiva republicana sobre Albarracín que constituyo el mayor enfrentamiento bélico en la localidad durante la guerra.
En una ofensiva el 8 de julio, los republicanos se hicieron con el control de la localidad a excepción del Ayuntamiento y la Catedral donde se refugiaron militares y civiles del bando nacional que fueron sitiados hasta que los anteriores solicitaron ayuda y fueron enviados refuerzos y el 13 de julio lograron reconquistar la localidad y expulsar a las tropas republicanas.