
En el término de
Torres se encuentra uno de los testimonios más antiguos de la presencia del hombre en la provincia, las pinturas rupestres de la
Cueva del Morrón, de época Paleolítica.
El núcleo urbano de Torres debió tener su origen entre los siglos VIII y IX, en una de las numerosas alquerías o aldeas, que según las
fuentes árabes poblaban la zona de Sumuntan (
Sierra Mágina). Por su localización, en zona de frontera entre musulmanes y castellanos, tuvo una edad media muy azarosa, varias veces conquistada por unos y recuperada por los otros.
El núcleo fundamental de muladíes se constituyó poco después de la conquista musulmana, en el siglo VIII, y estuvo formado por las principales
familias de origen
romano o visigodo que habitaban en la zona de Sierra Mágina. La actual provincia de
Jaén se integrará en el Califato Omeya de al-Andalus, bajo el mandato de Abd al Rahman III, en el año 929. Los Muladíes eran una población de origen hispanorromano y visigodo que adoptó la religión, la lengua y las
costumbres del Islam para disfrutar de los mismos derechos que los musulmanes tras la formación de Al-Ándalus. Muladí significa "engendrado de madre no árabe"
Ubayd Allahb Umayyab Al Saliya, fue el rebelde más destacado de los muladíes, teniendo sus dominios en una zona por ellos conocida como Sumuntán (Topónimo árabe de la zona de Sierra Mágina, “ Yabal Sumuntán” y su Mag’din, Almadén como altura más sobresaliente)
Ubayd Allahb. Umayyab Al Saliya, fue señor de Sumuntán.
La cora de Jaén se dividía en cincuenta Iqlim, y uno de éstos, tenía como cabecera de distrito a Sumuntán. El Iqlim de Sumuntán se sitúa en las estribaciones septentrionales de Sierra Mágina, zona salpicada de alquerías y lugares fortificados.
Ibn Hayyan, célebre escritor árabe, atribuye también ese nombre a una fortaleza que al parecer tubo entidad de cabeza de distrito y que pudiera corresponder a Torres.
El Aznatín, viene del árabe Hisn al Tin, que significa
Castillo de la Higuera. El hisn se podría definir como un lugar fortificado, de escasa población y del que podían depender varios macqil o
castillos simples en los que se refugiaban los campesinos en caso de peligro. Al igual que la palabra qalat (Calat Rabat-Calatrava) que ha producido un término español («alcalá») por influencia en el castellano antiguo. También la palabra hisn ha pasado al castellano y ha perdurado hasta hoy en diversos topónimos peninsulares, como Aznalcázar (Hisn al-Qsar, Castillo del
Palacio), Iznalloz (Hisn al-Lawz, Castillo del
Almendro) o Iznájar (Hisn Asar)
Cuando paso por el
valle,
caminito de lo vello,
no hay cosa que yo halle
tan bonito como aquello.
F. C. G.
Torres fue conquistada por Fernando III el
Santo e integrada en las tierras del Concejo de Baeza.
Romance en serventesios a la conquista de Torres.
(Fernando III “El Santo” en algún lugar entre Baeza y Úbeda)
Aquella sierra altanera, presto se ha de conquistar;
llevad allá la frontera y de esta tierra alejar.
Sea Calatrava valiente, la que tenga tal honor;
y liberte a aquella gente del moro fustigador.
Tomad la tenaz Recena, y tierras del rededor;
el poblado de Ximena y su fuerte protector.
Vaya a Torres mi hueste, y sujete tal belleza;
domine su tierra agreste y el castillo fortaleza.
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Avisos fueron llevados, a los moros altaneros;
presto fueron levantados sus alhamares honderos.
Cuando tocaron a rebato, por bando del mensajero;
salen todos al conato a la voz del pregonero.
El rey Fernando llegaba, con sus huestes de Castilla;
y en sus
banderas llevaba a la
Virgen Serranilla.
Mandose para adelante, a Pero Ruiz de Baeza;
¡Hombre bueno, buen infante! ¡Por Santiago! ¡Que grandeza!
Banu Farax se llamaba, el caíd de Torres señor;
que a la
puerta esperaba al calatravo conquistador.
Mi rey Fernando pide, de vuestra parte rendición;
y si tu harca no lo impide esa será tu perdición.
Conquistada fue Recena, y la villa de Bedmar;
y esta belleza de arena la tenemos que ganar.
El rey Fernando estaba, en
la era junto al cronista;
y a sus lanzas apostaba para iniciar la conquista.
Ya brillan los sables, las lanzas y los arqueros;
en pie los condestables y todos los guerreros.
Tropas moras vienen ¡pardiez! de
Cambil y de Alhabar;
y en el
puerto de Albanchez se disponen a acampar.
Padre, Alá ha querido, que volvamos a
Granada;
esta villa has perdido y para Castilla ganada.
Con sus vidas han de ganar, los de
Cristo esta belleza;
y a mis gentes dominar y combatir con destreza.
Allende en Cuesta la Viña, una bombarda foguea;
donde el hondero se apiña y más defensa plantea.
Al iniciar la batalla, precaviendo la derrota;
Banu Farax avasalla viendo su fuerza rota.
Al frente de su
bandera, don Pero Ruiz con fiereza;
el que primero fuera en pisar la fortaleza.
En la primera embestida, los honderos impotentes;
vieron su defensa caída y la desazón de sus gentes.
Al terminar la jornada, se rindió toda la villa;
Torres quedó incorporadaa la gloria de Castilla.
F. Cejudo Gasco
El 26 de Agosto de 1285, Sancho IV de Castilla dona a la Orden de Calatrava el castillo de Torres y el de "Collar", (¿
Solera?) constituyendo la Encomienda de Torres, que comprendía además los castillos de
Jimena, Recena y la mitad de Canena.
En el S. XIV, en tiempos de Juan II, fue adelantado de la frontera don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, quien entre otras cosas, nos dejó esta "Serranilla" cuando estuvo de frontero en Jaén.
"Entre Torres y Canena,
a cerca del sayozar
fallé moza de Bedmar,
San Julián en buena estrena.
Pellote negro vestía,
y lienzos blancos tocaba,
afuer de
Andalucía,
y de alcorques se calzaba.
Si mi voluntad ajena
no fuera en mejor lugar,
no me pudiera escapar,
de ser preso de su cadena.
Preguntole do venía,
después que la ove salvado,
o cuál
camino facía.
Díjome que de un
ganado
que guardaba en Recena,
e pasaba al
olivar´
por cojer e evarar
las olivas de Ximena.
Díxele, non vades señora,
señora cuesta mañana,
han corrido la ribera
acuende del guadiana,
moros de Valde Purchena,
de la guardia da Abdilbar,
que de veros mal pasar
me sería grave pena.
Respondiome, non curedes
señor de mi compañía,
pero gracias y mercedes
a vuestra gran cortesía,
ca Miguel de Xamilena
con los de Pegalaxar,
son tornados a ataxar,
vos, tornar en hora buena.
La encomienda de Torres estuvo unida al linaje de los Carvajal, aunque el primer comendador que se conoce fue un tal frey Rodrigo en 1422. Posteriormente si sabemos de la existencia de un comendador de Jimena, Martín de Valenzuela, que debió de serlo de Torres, ya que ésta, la Encomienda de Jimena, formaba parte de la Encomienda de Torres. A Martín de Valenzuela lo vemos junto al Condestable Miguel Lucas de Iranzo en el momento en que el obispo de Jaén pretendía quitarle a éste el gobierno de la ciudad. Por acuerdo entre ellos, la encomienda queda unificada en 1463 con Juan de Vera.
Durante el siglo XV Torres fue
campo de batalla entre los Maestres de esta Orden y los partidarios de Enrique IV, encabezados por el Condestable don Miguel Lucas de Iranzo. Según las Crónicas en una de las correrías del Maestre de Calatrava, don Pedro Girón, se sirvió de la villa de Torres para refugiarse con ochocientos rocines, en sus correrías contra el rey y su condestable.
Refugio que fue utilizado seis años después por don Juan de Mendoza "Comendador de la Peña de Martos y de Torres e Ximena", en sus algaradas contra los moros de Granada.
En un documento firmado en Arjonilla (Jaén) el día 4 de Febrero de 1486, constan la "Capitulaciones de Torres" Son las quejas que el Concejo y hombres buenos de la villa hacen a Maestre de la Orden Frey García López de Padilla, por los agravios que les imponía el comendador Frey Juan de Mendoza. Los agravios son estos:
1º.- El Comendador nombra a su capricho a todos los oficiales del Concejo y tiene bajo su poder la prisión concejil.
2º.- Obliga a los vecinos a efectuar acarreos de vino y
piedras para el
molino y servicios de mensajería gratuitos.
3º.- Han de efectuar gratis las reparaciones de los bienes de la encomienda.
4º.-No les paga (a los vecinos) la guarda de su ganado, comprando además pollos y gallinas al precio que él fija.
5º.- Acotó (el Comendador) parte del término y lo arrienda como dehesa a los que quería que su ganado fuese a pastar allí.
6º.- Veda la
pesca en el
río y todos los aprovechamientos del
monte (
caza, carbón, madera)
7º.- Prohibe que se eche ningún
caballo a las
yeguas excepto la que él determina.
8º.- Cobra el terrazgo de las tierras que no pertenecen a la encomienda, acrecentando enormemente los aranceles y se apropia de las penas concejiles.
Como puede verse, los abusos que comete Juan de Mendoza (Alí Mendoza para los moros) eran de todo tipo. De nuevo los vecinos, viendo que Mendoza seguía actuando a su antojo, el 2 de Septiembre de 1490, el rey Fernando el Católico, encargó personalmente al gobernador Juan de Hinestrosa que administrara justicia. A pesar de todo, Juan de mendoza siguio siendo Comendador de Torres hasta el año 1495. En Octubre de 1514, Gonzalo de Arroyo y Juan de Bolaños, freyres nombrados por el Maestre, efectuaron una visita a la encomienda y aparece como comendador frey Alonso de Carvajal, hijo de Alonso de Carvajal, señor de
Jódar, mientras que Juan de Mendoza lo es de Jimena y de Recena.
En 1537 Carlos V vendió Torres a su secretario Don Francisco de los Cobos, gran mecenas del renacimiento en Ubeda y su comarca por 21.796.316 maravedíes y medio (Catastro Marqués de la Ensenada 1752) Desde estas fechas la localidad formó parte del extenso señorío de Don Francisco de los Cobos, y después de sus descendientes, los Marqueses de Camarasa, agregando parte de la encomienda de Bedmar, Canana y Sabiote, formando un nuevo señorío, hasta la extinción de los privilegios en 1812.