
Los vestigios más antiguos del hombre prehistórico en
Loja y su tierra se remontan al Paleolítico Inferior, hace 150 000 años.
La
arqueología sitúa la primera ocupación de su solar hacia el siglo XI a. C. Los restos de estos pobladores prehistóricos de la Edad del Bronce reposan bajo la superficie del
barrio de la Alcazaba desde sus primeros años de presencia hasta bien entrado el siglo VII a. C., en el que las aportaciones del ámbito comercial y cultural fenicio suponen un primer florecimiento «urbano» para aquel poblado original: la mítica Tricolia.
Por lo estratégico de su situación que une la
Andalucía oriental con la occidental ha sido una
plaza muy disputada. Su
castillo ha sido destruido y reconstruido en varias ocasiones. En 1486 la conquistó el Rey Fernando el Católico y la donó a don Gonzalo Fernández de
Córdoba, El Gran Capitán, condenándolo casi al destierro. Narvaez, ministro de Isabel II nació en esta ciudad en el año 1800. Hay que considerar en Loja que junto a la riqueza
monumental del núcleo urbano existe en la localidad una gran calidad paisajística ya que se encuentra enclavada en pleno surco intrabético. Loja también es conocida por el apelativo de "Ciudad del
Agua".
El nombre actual de la localidad es el derivado del que tuvo durante la dominación musulmana, cuando la ciudad toma su dimensión urbana actual e incluso una gran importancia, teniendo incluso como hijo de la misma al afamado poeta Ibn al-Jatib, de gran influencia en la corte nazarí, o a Morayma, esposa del Rey Boabdil. Tras la Reconquista, se cristianizó y comenzó a tomar la imagen que perdura en la actualidad.
Como ciudad fronteriza, se vio envuelta en numerosos avatares
militares, incluida su toma y destrucción por parte de Fernando III el
Santo en 1225. Antesala de la capital del Reino nazarí de
Granada, el mismísimo Boabdil entregó la ciudad al Rey Fernando de
Aragón en 1486, tras un penoso asedio de varios días. Para esas fechas la urbe ya poseía sus rasgos constructivos, e incluso había visto nacer a personajes tan ilustres en la Corte Granadina como el poeta Ibn al-Jatib. Existe una leyenda que afirma que la Reina Isabel de Castilla pronunció la célebre frase «Loja,
flor entre espinas», haciendo referencia al triunfo del renacimiento castellano sobre el entorno islámico «hereje».
Feria Grande: esta celebración tiene su origen oficial en el privilegio concedido el 19 de febrero de 1690 por el rey Carlos III. En cuanto a fechas ha sufrido distintos cambios, así como el lugar de su emplazamiento. Se aprovecha el acontecimiento para llevar a cabo distintas actividades deportivas, pasacalles,
teatro,
toros, desfile procesional en honor a la patrona y espectáculos musicales.
Don Gonzalo Fernández de Córdoba —el Gran Capitán— fue alcaide de Loja. Otra de las figuras que protagonizaron parte del devenir histórico de la ciudad en los tiempos modernos y contemporáneos es el General Narváez, Ier Duque de
Valencia y conocido como el Espadón de Loja, que desempeñó el cargo de Primer Ministro durante el reinado de Isabel II. El siglo XX no supuso un gran desarrollo urbano, probablemente por la economía agraria y por la cercanía a Granada, capital de la provincia.
Su nombre, "Loja", según el profesor Guillermo Tejada, sería un hidrónimo prelatino redundante: Desde " (O/I...) L (o+o) ja" -de los grupos hidronímicos "ara/ira/ura..." -cambiando fonéticamente la "r" por "l"- y "aja/oja..."- con el significado de "
Río (río)" (junto al-). ¿Pervivencia de la Edad Antigua, o traído en la Edad Media desde el Norte?. Parece más probable lo 1º. (Y es curioso que sea un equivalente al "Loju/Loiu" vizcaíno).