Hacia 1890, en Calendario, un
pueblo de la provincia de
Salamanca, vivia un hombre que se llamaba Constantino Rico, este hombre hacía embutidos en su
casa. Un dia, una de sus empleadas, harta de un Perro que no dejaba de molestar, lo ató con lo primero que encontró: Una ristra de Longanizas.
El Perro logró soltarse y se
paseó por las
calles del pueblo con los restos de su "Cadena".
Pronto corrió el Bulo de que en casa del tío Rico, ataban los Perros con Longanizas, lo que se acabó tomando como
... (ver texto completo)