COLOMERA: XVIII. COLOMERA...

XVIII. COLOMERA

1. HISTORIA DE COLOMERA

Es un municipio perteneciente a la provincia de Granada, situado en la Comarca de los Montes y que se encuentra a una distancia de 25 km de la capital.
En el Paleolítico inferior y medio que se sitúa entre el período (350.000 a 30.000 a. C.) donde el hombre evolucionaría desde el Homo Erectus al Homo Neanderthal, representa el paso del hombre mono al hombre más parecido al actual y no se han encontrado testimonios arqueológicos de esa época.
Con la llegada de los ejércitos romanos, a partir del 182 a. C. se inicia la romanización en la región pero se tiene constancia de la presencia romana aunque no se han encontrado testimonios históricos a excepción de su nombre que procede de "columbaira" y significa "tierra de palomas".
No obstante para otros investigadores sin correr demasiado riesgo podrían afirmar que Colomera existió en el siglo II en base a los muros de poblado romano encontrados frente al chopo y también el vetusto puente romano que hay junto al molino de la Puente.
Los orígenes de Colomera se remontan, con fundamento histórico arqueológico a la época de los visigodos en el siglo VII, por los testimonios encontrados en la necrópolis hallada en el cortijo del Chopo.
Tras la presencia musulmana en la Península Ibérica a los árabes les gustaba más apodarle “Granada Chica” y la transformaron en una de las siete fortalezas para defender el reino de Granada.
Tras la desintegración del Califato de Córdoba quedo bajo la dominación ziri de Granada y los siglos XIII, XIV y XV quedo dividida en tres núcleos de población ocupados por diferentes clases sociales y así en Colomera residía la aristocracia, en Berbes residían los campesinos y por ultimo en Las Mesas vivian los más humildes y los mozárabes cristianos y entre ellos Juan Alonso de Rivas que se le apareció la Virgen de la Cabeza del 11 al 12 de agosto del 1227.
En la Guerra de Granada, Colomera fue conquistada en el 1486 por el Gobernador D. Francisco Álvarez de Toledo, rindiéndose el wali granadino a las 12 de la mañana en la calle de la Tercia. Este personaje acudiría al Albayzin al año siguiente a Granada a socorrer a Boabdil que era atacado por su tío El Zagal.
A finales del siglo XV Colomera cambio el nombre por el de “Colomera y el Verbel” y seria entre 1486 y 1540 cuando se construyo la Iglesia adaptándose al culto cristiano la Mezquita que había en su lugar. Finalizada su construcción fue consagrada por el Arzobispo de Granada el 15 de septiembre del 1560 con asistencia de los obispos de Guadix, Baza y Baeza.
Durante el siglo XV y siguientes “Colomera y el Vergel “tuvo una economía floreciente y merced a esta situación se la conocía como la villa de las cinco “P” pan, peces, perniles, peras y perdices.
A partir del siglo XVI se fundo la Hermandad del Santo Cristo de la Vera Cruz y en 1626 se construyo la Iglesia del Calvario, donde está el Patrón de Colomera, aunque el verdadero Patrón es San Antonio desde el siglo XVII.
En el siglo XVII por causa de las tormentas y continuas lluvias un corrimiento del terreno que arrastro la mitad de la villa que había detrás de la Iglesia. La Iglesia fue modificada sus muros para evitar su futuro desplome a causa de estos fenómenos atmosféricos imprevistos. En aquella época se construyo el Barrio de Santa Catalina, nombrándola también Patrona de la Villa.
En el siglo XVIII, Colomera fue nombrada la Alcaldía de Corregimiento de la Real Chancillería estableciendo su jurisdicción sobre las siguientes villas: Montejícar, Guadahortuna, Torrecardela, Moreda, Puerto Lope, Mochín, Tozar, Limones, Tiena, Los Olivares, Trujillo y Montillana.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero, el Brigadier Francisco Abad Moreno “El Chaleco” quien dirigía su partida de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de Despeñaperros.
A principios del siglo XIX, tiene su protagonismo por su proximidad a Bailen, donde se escenifica, la célebre batalla de la Guerra de la Independencia, contra los franceses
En el año 1833, Javier de Burgos, ministro de Fomento, realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Colomera, dentro de la provincia de Jaén.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia, quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía, quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas, la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
A lo largo del siglo XIX, se consolida como villa importante y tras el incremento demográfico, se produce una expansión en las actividades productivas, especialmente la segunda mitad del siglo XIX.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Colomera, es ocupada por el bando republicano.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto:
“Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas, trajo, sin por ello olvidar, otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos, que usaron la extrema dureza.
Vamos a recordar, dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes, que la sufrieron, en su persona, dos genios de la pluma, Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados, por el odio enfermo de los contendientes. Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente, la triste realidad, que denunciaba Mariano José de Larra, del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados, donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social, participaba en actos colectivos como se refleja, el gran genio pictórico, Francisco de Goya, en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado, de mente privilegiada, D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernandos; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía. España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.