MEMBRIO (Cáceres)

Boda en Membrío (Siglo XX)
Foto enviada por Halcón

han pasado 59 años, mas de medio siglos que se casaron estos novios
Cuando acababa una canción, cada uno de los que habían bailado invitaba a salir al centro a otro del sexo opuesto. Si insistías dos veces con la misma persona podía ser indicio de que esa persona te gustaba, por lo menos eso comentaban los demás entre risitas y complicidades.
Al llegar la noche se dejaba entrar en el baile a los que no estaban invitados a la boda y que esperaban en la puerta, pero éstos debían abandonar el salón cuando los músicos tocaban el “Quinto levanta”. Era la señal para que ... (ver texto completo)
Algunas de estas canciones eran acompañadas por el baile de una pareja de jóvenes que iban saliendo al centro del corro y con las manos en la cintura y enfrente uno del otro, movían el tronco alternativamente a derecha e izquierda al son de las canciones.
Después se cruzaban dos o tres veces en el centro, cogiéndose de la mano y apoyando un pie y otro alternativamente.
El día de la tornaboda había baile toda la jornada. Éste se empezó celebrando en la misma casa de los novios y años después empezó a hacerse en salones contratados para la ocasión.
En los descansos que daban los músicos durante el baile, la gente más joven hacía corros y se cantaban canciones del estilo de “Qué hace usted pobre viejo que no se casa, que se está usted arrugando como una pasa…” “Que salga usted que lo quiero ver bailar, saltar y brincar…” “Estando el señor don gato sentadito en su ... (ver texto completo)
Esa noche cenaban todos los invitados en casa de la novia.
El día siguiente de la boda tenía también sus ritos. Era la tornaboda. Por la mañana se iba a dar los días a los recién casados. Los educados visitantes eran obsequiados de nuevo con aguardiente y dulces. También existía la costumbre, esa misma mañana, de que los padrinos se llegasen a la casa de los vecinos a ofrecer esos mismos presentes. Ese día los invitados del novio iban a comer la casa de éste y los de la novia a la de ella.
Acabada la celebración eclesiástica, se dirigían todos a la casa de la nueva esposa. Allí era el primer convite, generalmente de dulces y aguardiente. Pasaban los familiares con bandejas. Una con dulces y otra con aguardiente. La del aguardiente con una copa que se llenaba inmediatamente que alguien se la bebía. Vueltas y más vueltas y a medida que las rondas se iban sucediendo, las camisas de los que servían iban saliéndose de los de los pantalones (“desatacándose”, que decimos por aquí y las bandejas ... (ver texto completo)
Cuando se aproximaba la hora de la ceremonia, la comitiva de la parte del varón contrayente se dirigía a la casa de la novia, donde aguardaba ésta con sus invitados. Desde allí dándose el brazo la novia con el padrino y el novio con la madrina, se dirigían a la iglesia para la ceremonia. En las esquinas los curiosos aguardaban para ver el paso del cortejo nupcial.
Si en alguna casa había una invitada soltera sin acompañante, pasaba algún familiar del contrayente correspondiente el día de la boda para que no fuera sola a casa del novio o la novia.
Iban acudiendo los invitados a la casa que les correspondía, según por parte de quien habían sido llamados.
Había que tener cuidado de que nada fallara, sobre todo en lo que concernía a las invitaciones. La noche anterior, a pesar de estar ya avisados todos los invitados con suficiente antelación, los familiares de los novios organizaban sus grupos e iban de casa en casa recordando que la boda sería a la hora ya determinada. Era una breve visita que duraba el tiempo imprescindible para tal comunicación. Pero que no se olvidara a nadie porque podía ser motivo de no asistencia por los que, muy susceptiblemente, ... (ver texto completo)
La mayoría de los enlaces se celebraban durante los meses de agosto y septiembre al final de la recolección de cereales, pues con los ingresos que proporcionaba su venta había que ayudar a sufragar los cuantiosos gastos que se originaban. El número de esponsales aumentaba los años de abundantes cosechas.
Las familias de los contrayentes pasaban los días previos con el lógico ajetreo que conllevaba preparar todos los detalles.
Con sus ritos, costumbres, protocolos y servidumbres, la celebración de las bodas ha ido, como todo, evolucionando con el transcurrir de los años.
Los primeros recuerdos que conservo de estas celebraciones, finales de los cincuenta y principios de los sesenta, son referentes a la estancia de los niños y las niñas en la puerta donde se agasajaba a los invitados esperando a que nos dieran alguna dulzaina. Así probábamos algún mimo o alguna perrunilla, siempre que alguien de dentro nos conociera y ... (ver texto completo)
Aprovechando la foto de esta boda os hago mencion de un relato que se titula

Bodas antiguas

de Juan Francisco Caro Pilar
Buenas noches a todos.
Amapola, el año lo tienes en el título de la foto, a tenor de lo que me dijo mi prima que es la novia. SALUDOS.
Gracias, Halcón, qué despiste! Viendo la fecha, rectifico también en lo que dije: En ese año no cantaba aún en el coro. Empecé después del 58. Lo demás sí lo recuerdo bien.

Un abrazo, paisano.
Los recuerdo muy bien, sobre todo a tu padre, su hermana, tus abuelos paternos... La boda fue aprox. en el 60, ¿no? Seguro, seguro, canté aquel día en el coro.
Buenas noches a todos.
Amapola, el año lo tienes en el título de la foto, a tenor de lo que me dijo mi prima que es la novia. SALUDOS.
Hola amapola, yo soy hija de los recien casados. Un besito.
Los recuerdo muy bien, sobre todo a tu padre, su hermana, tus abuelos paternos... La boda fue aprox. en el 60, ¿no? Seguro, seguro, canté aquel día en el coro.


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