Cuando acababa una canción, cada uno de los que habían bailado invitaba a salir al centro a otro del sexo opuesto. Si insistías dos veces con la misma persona podía ser indicio de que esa persona te gustaba, por lo menos eso comentaban los demás entre risitas y complicidades.
Al llegar la noche se dejaba entrar en el baile a los que no estaban invitados a la boda y que esperaban en la puerta, pero éstos debían abandonar el salón cuando los músicos tocaban el “Quinto levanta”. Era la señal para que permanecieran sólo los de la boda.
Al llegar la noche se dejaba entrar en el baile a los que no estaban invitados a la boda y que esperaban en la puerta, pero éstos debían abandonar el salón cuando los músicos tocaban el “Quinto levanta”. Era la señal para que permanecieran sólo los de la boda.