ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

De vuelta a casa
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

Qnka, el domingo trajimos una caja llena de brevas, y ayer por la tarde que fuimos a dar una vuelta por donde tenemos la nuestra, me traje otra caja, así que si no regalo parte de ellas tendré que hacer mermelada, como hice el año pasado.
¿Has recibido el WhatsApp con las brevas que acabo de enviarte, con las brevas?
¡Jolines, me repito más que el ajo de Las Pedroñeras!
Ya es bien cierto aquello de: "El que tonto va a la guerra tonto vuelve de ella"
Qnka, el domingo trajimos una caja llena de brevas, y ayer por la tarde que fuimos a dar una vuelta por donde tenemos la nuestra, me traje otra caja, así que si no regalo parte de ellas tendré que hacer mermelada, como hice el año pasado.
¿Has recibido el WhatsApp con las brevas que acabo de enviarte, con las brevas?
Siiiiiiiiiiiiiiiiii, con las brevas, breves, jejeje
Venga, busquemos la higuera este fín de semana.

Buén fín de semana y el que la encuentre que avise, aunque sea por WhatsApp. jejejej
Qnka, el domingo trajimos una caja llena de brevas, y ayer por la tarde que fuimos a dar una vuelta por donde tenemos la nuestra, me traje otra caja, así que si no regalo parte de ellas tendré que hacer mermelada, como hice el año pasado.
¿Has recibido el WhatsApp con las brevas que acabo de enviarte, con las brevas?
Venga, busquemos la higuera este fín de semana.

Buén fín de semana y el que la encuentre que avise, aunque sea por WhatsApp. jejejej
Jajajajajaja. El cuento ya está bastante jodido por naturaleza, así que no lo sientas, pues para eso de joder cuentos soy la número uno. Cualquier día... ¡Hasta me conceden una medalla y no precisamente por cuentacuentos, sino por jodecuentos. Jajajajajajaja.
¿Tú crees que cuando llegue el mes de agosto la higuera de Venancio aún dará higos? Lo digo por si me da por "pasear". Jejejejejeje
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Con gran sigilo, y antes de dar un paso más hacia la cocinilla, que a juzgar por la hora, era donde debía encontrarse su Heriberta del alma peleándose con el potaje de judías pintas, se sentó en un posete y se dispuso a quitarse las botas de caza que se había puesto antes de salir de su casa aquella mañana para ir a buscar la higuera que tan encarecidamente le había encargado, sin más explicaciones, "su cordera", y que aunque recorrió todo el término, no supo dar con ella.
-Quién anda ahí -oyó ... (ver texto completo)
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La discusión continuó como una media hora más, que fue el momento que se puso el potaje encima de la mesa, emplatado en una fuente de china de la difunta abuela de Paquillo.
Heriberta, que se encontraba encinta de siete meses, se fue calmando poco a poco, y recuperando su color natural. Entre cucharada y cucharada de judías pintas, alguna mojá de pan, y después de escuchar algunas preguntas que le hizo Paquillo, le explicó a éste que el motivo de hacerle ir desde bien temprano a buscar la higuera, ... (ver texto completo)
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Con gran sigilo, y antes de dar un paso más hacia la cocinilla, que a juzgar por la hora, era donde debía encontrarse su Heriberta del alma peleándose con el potaje de judías pintas, se sentó en un posete y se dispuso a quitarse las botas de caza que se había puesto antes de salir de su casa aquella mañana para ir a buscar la higuera que tan encarecidamente le había encargado, sin más explicaciones, "su cordera", y que aunque recorrió todo el término, no supo dar con ella.
-Quién anda ahí -oyó ... (ver texto completo)
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- ¡Madre mía! -Pensaba Paquillo-, cuando comprendió que aquel turbión le iba a tener en el pajar Dios sabe el tiempo si se quedaba allí hasta que "escampiase"; se acordó de la cara de Enanito Gruñón que solía poner su mujer, la Heriberta, cuando le cogía el mosqueo... ¡Pronto la iba a poder convencer él de que todo el tiempo que había durado la tormenta la había pasado en el pajar... ¡Anda que no la conocía bien! Seguro que tres semanas por lo menos, le iban a durar los morros... con el agravante ... (ver texto completo)
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La segunda tormenta, o mejor dicho, tormentón, que tuvo que aguantar Paquillo, dió comienzo cuando, chorreando como un pollo, llegó a su casa haciéndose cargo ya de la que se le venía encima, pues sabía muy bien desde hacía tiempo, de qué pie cojeaba su Heriberta desde siempre.
Para no tener que llamar por la puerta principal de la casa, que se encontraba ubicada en una calle muy concurrida, utilizando el llamador y dar así tres cuartos al pregonero de la que se avecinaba, optó por dar un pequeño ... (ver texto completo)
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- ¡Madre mía! -Pensaba Paquillo-, cuando comprendió que aquel turbión le iba a tener en el pajar Dios sabe el tiempo si se quedaba allí hasta que "escampiase"; se acordó de la cara de Enanito Gruñón que solía poner su mujer, la Heriberta, cuando le cogía el mosqueo... ¡Pronto la iba a poder convencer él de que todo el tiempo que había durado la tormenta la había pasado en el pajar... ¡Anda que no la conocía bien! Seguro que tres semanas por lo menos, le iban a durar los morros... con el agravante ... (ver texto completo)
Los suspiros que se oían en el aire arreciaban, haciéndose cada vez más frecuentes. Paco iba por el camino, y aunque no veía el cielo, oculto por una tupida niebla y el ramaje de los pinos, intuyó que sobre ellos debía flotar un denso nubarrón. Era tarde, y su mujer le esperaba pronto para la cena. El oscuro crepúsculo había invadido ya casi todos los lugares de los alrededores. Por la noche habría tormenta...
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Pues sí, por la noche hubo tormenta, pero por partida doble. La primera, apenas le afectó, pues justo cuando estaba haciendo su entrada al pueblo, comenzaron a caer unos gotazos de agua, acompañados de unos truenos y unos relámpagos, que parecía que el mismo infierno se fuese a hundir... Sorteando como pudo los grandes charcos que se habían formado en el suelo en un abrir y cerrar de ojos, y limpiándose como podía con la manga, las grandes gotas de agua que le caían por la cara, desde la misma ... (ver texto completo)
Los suspiros que se oían en el aire arreciaban, haciéndose cada vez más frecuentes. Paco iba por el camino, y aunque no veía el cielo, oculto por una tupida niebla y el ramaje de los pinos, intuyó que sobre ellos debía flotar un denso nubarrón. Era tarde, y su mujer le esperaba pronto para la cena. El oscuro crepúsculo había invadido ya casi todos los lugares de los alrededores. Por la noche habría tormenta...
... Y después de haber buscado por aquí, por allá, y por la Pizquierda incluso, y viendo que los últimos y juguetones rayos de sol ya estaban a punto de desaparecer tras los cerretes, Paco, compungido y cabizbajo se dispuso a volver al pueblo por donde había venido, no sin antes haber recorrido, buscando la higuera, La Ceca, La Meca, y La Vall d´Andorra.... Jajajajajaja

Otro día el próximo capítulo.
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El campo susurraba... Un murmullo siempre acompasado se hacía oír, largo como el eco de la campana de Montalbanejo, sereno como una noche de primavera, o como un impreciso recuerdo de años pasados. Susurraba siempre porque era un campo viejo y agreste, al que no habían llegado todavía las máquinas cosechadoras ni las ordeñadoras eléctricas. Algunos troncos de jóvenes pinos, se erguían en marcial formación, como un ejército, estrechamente unidos por las verdes copas. Abajo de ellos imperaba el ... (ver texto completo)
... Y después de haber buscado por aquí, por allá, y por la Pizquierda incluso, y viendo que los últimos y juguetones rayos de sol ya estaban a punto de desaparecer tras los cerretes, Paco, compungido y cabizbajo se dispuso a volver al pueblo por donde había venido, no sin antes haber recorrido, buscando la higuera, La Ceca, La Meca, y La Vall d´Andorra.... Jajajajajaja

Otro día el próximo capítulo.
Y sin encontrar la higuera, jejeje.


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