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Mensajes enviados por Burgalés:

Chimeneas y antenas coronan los tejados del caserío.
El cauce se seca al llegar a la calle o como mucho, un chorrito de agua se filtra por la reja de la alcantarilla.
Jardín de la plza mayor del pueblo.
Dominantes, encima del viejo muro de piedra.
Hacia el barrio de El valle.
Y... ¡qué ciruelas!
Rucandio: pueblo de viejos recuerdos.

La familia Oruezabal ¿es de este pueblo?
Toda una colección para la historia.
La iglesia parroquial siempre presente.
Ciruelas para todo el pueblo.
Bonito contrate entre la dureza de la roca y la fragilidad de la flor.
Torre siempre vigilante viendo pasar el tiempo.
Donde hay agua, hay vida.
Cauce casi seca en verano.
Sólo espero que coloreen los tomates.
Buena sombra nos cobija.
Callejeando por el pueblo; sólo la sombra nos acompaña.
Frutos para todo el pueblo y... ¡sobran!
Y... ¡qué huerta! la del vecino.
Imagen de película casi de terror.
¿Dónde está la cosechadora?
¿Cuántos gatos no habrán pasado por aquí?
Hoy está cerrada ¿ya no quedan gatos en el pueblo?
¡Qué preciosa y delicada foto!

Me encanta este sabroso fruto.
Centro del núcleo urbano.
Esperando la llegada de los visitantes de fin de semana.
Calles silenciosas.
Pozo reforzado con rocas en su interior para evitar su hundimiento.
Una obra de ingeniería local.
Barrio de El Castillo: fin del caserío.
Bonita estampa primaveral de marzo en 2016
Parece ser que este mes de abril del 2016 el río Oca sigue haciendo estragos y "comiéndose" las finas de La Vega y tierras próximas.

¿Quien tuvo la idea de cambiar el curso del río cuando se hizo la Concentración Parcelaria?
Última cosecha de almendras que los pájaros respetaron por la dureza de la cáscara del fruto.
ver esta foto me recuerda la "pirámide de la vida": en la base, el pueblo y en la cima el poder divino.
En otro tiempo esta parcela era un conjunto de pequeñas fincas ("piezas") llenas de manzanos. Con la concentración Parcelaria desaparecieron todos.
Panorámica del barrio de El Castillo con sus edificaciones más diversas.
Un alto en el camino y un trago de agua para saciar la sed.
Cartel informativo de la localidad situado a la entrada del pueblo viniendo por la carretera de Llano de Bureba.
Agua y vida cuando no había red pública de suministro.
Guindos a tope de flor.
Si el tiempo acompaña, cosecha asegurada. Aunque en el campo como en la vida, sólo una cosa es segura. ¿La adivinas?
¿Te apetece estirarte por el suelo rodeado de estas sencillas florecillas?
A mi, sí.
Hace ya una eternidad que no subo a la torre de la iglesia por su empinada escalera de caracol.

El campanario se suele visitar cuando se tocan las campanas en algún funeral.

Bodas y bautizos... ¡hay muy pocos!
Huertas medio abandonados en El Plantío y aledaños.

Sólo, los chopos crecen a sus anchas sin importarles nada la naturaleza salvaje de se alrededor.
Las chimeneas "escupen" humo: símbolo de vida en el pueblo.
Corta calle de esta localidad.
Esperando la próxima fiesta de San Bartolomé a finales de agosto.
Cielo nublado con algunos claros.
Calles vacías; puertas y ventanas cerradas.
Imagen para el recuerdo.
Lejos queda el trajín de carros, los gritos de niños y las conversaciones en voz alta de los mayores.
Tiempos que ya no volverán.
Agua que discurre por un cauce invadido de plantas.
En otros tiempos, plagado de ricos cangrejos autóctonos.
Árboles en flor frente a una valla que limita el paso.
No dejo de admirar esta foto.
El centro del pueblo metido en "un puño". Parece como si las calles hubieran desaparecido y las casas estuvieran todas pegadas unas con otras.
A la izquierda de esta foto se ve un árbol en forma de pino. Es el clásico árbol de bolas rojas de navidad. Se llama... ¡A ver quien lo sabe y nos contesta en la Web?
Hermosilla no es un pueblo de almendros. Los pocos que hay están medio abandonados en el campo, en las lindes de las parcelas o en las laderas. Rico fruto para los días de frío invernal.