Compramos energía a futuro
        

Respuestas para José Mel Z..L.:

Jose Ramon, te digo lo mismo que a Piluca, cuando me pongo con los "recuerdos" casi no me entero de nada. Dales un fuerte abrazo a tus papis y que lo pasen lo mejor que puedan, bueno y otro para vosotros tambien.
No te preocupes Jose Mel. esta bien hacernos participes de tus recuerdos. Claro que les doy el abrazo y otro fuerte para ti nuestro.
Eran unos barracones sombrios que estaban construidos a la vera de las compuertas gigantes del pantano de Barrios de Luna. Habia un monitor que gritaba mucho y nos decia que si nos portabamos mal la maldad de todos se juntaria y podria hacer reventar el dique de hormigon que sujetaba las aguas, asi que a muchos nos entro una diarrea violenta que nos obligaba a levantarnos varias veces durante la noche y atravesar a oscuras el campamento en busca de las letrinas.
Cuando regrese a casa, despues de aquel tiempo en el infierno, ya no estaba Tamar y todos habian envejecido y era como estar viviendo en una casa sin nadie, porque mi padre y mi madre ya no se besaban como antes, y dejaron de ir al cine los jueves. Mi padre andaba por la casa sin afeitar y a veces apoyaba la cabeza contra las bisagras de la puerta y con frases cortas me mandaba siempre a jugar. Mi madre revolvia una y otra vez los cajones, abria y cerraba los armarios, cambiba las cosas de sitio ... (ver texto completo)
Tamar murio aquella madrugada con quemaduras en el abdomen que le provocaron una parada cardiorespiratoria. Debieron de decidir pronto la forma de deshacerse de mi para que no supiera lo ocurrido porque bien temprano, el cura, don Frutos vino a buscarme para llevarme a un campamento de verano.
Eran unos barracones sombrios que estaban construidos a la vera de las compuertas gigantes del pantano de Barrios de Luna. Habia un monitor que gritaba mucho y nos decia que si nos portabamos mal la maldad de todos se juntaria y podria hacer reventar el dique de hormigon que sujetaba las aguas, asi que a muchos nos entro una diarrea violenta que nos obligaba a levantarnos varias veces durante la noche y atravesar a oscuras el campamento en busca de las letrinas.
Mi hermanaTamar murio un año despues que Aique, pero a ella no la vi muerta porque intentaron ocultarmelo durante mucho tiempo. Tamar tenia unos ojos enormes que se humedecian al menor contratiempo, porque ella era fragil y a menudo caia enferma con catarros y anemias. Murio en el mes de julio. Mi madre estaba en la cocina preparando la cena y Tamar alcanzo con la mano el mango de la sarten y el aceite hirviendo le cayo encima. Yo andaba por el camino de Foz jugando con otros niños y cuando llegue ... (ver texto completo)
Tamar murio aquella madrugada con quemaduras en el abdomen que le provocaron una parada cardiorespiratoria. Debieron de decidir pronto la forma de deshacerse de mi para que no supiera lo ocurrido porque bien temprano, el cura, don Frutos vino a buscarme para llevarme a un campamento de verano.
Ya en casa, no pude dejar de pensar en la muerte, en como ella hacia a los seres imprescindibles, y recorde la primera vez que yo habia visto un muerto, cuando aun no habia cumplido los siete años. Habia sido el cadaver de un hombre que se llamaba Aique y que en vida habia arrastrado una cojera de nacimiento. Aquel hombre nos traia todas las tardes la leche a casa y a veces a mi me sentaba sobre sus piernas lisiadas y me cantaba canciones, me cantaba muchas veces aquella cancion que decia, tengo ... (ver texto completo)
Mi hermanaTamar murio un año despues que Aique, pero a ella no la vi muerta porque intentaron ocultarmelo durante mucho tiempo. Tamar tenia unos ojos enormes que se humedecian al menor contratiempo, porque ella era fragil y a menudo caia enferma con catarros y anemias. Murio en el mes de julio. Mi madre estaba en la cocina preparando la cena y Tamar alcanzo con la mano el mango de la sarten y el aceite hirviendo le cayo encima. Yo andaba por el camino de Foz jugando con otros niños y cuando llegue ... (ver texto completo)
Pense que habia llegado el momento de que me fuera. Firme el certificado de defuncion y cuando estaba firmando, el se aprosimo a mi y me dijo casi al oido, todo eso es inutil, pero no puedo decirles que se vayan, deberia hacerlo, pero no soy capaz. De nuevo le puse la mano en el hombro, pero el se acerco tanto a mi que no pude evitar convertir su acercamiento en un abrazo.
Ya en casa, no pude dejar de pensar en la muerte, en como ella hacia a los seres imprescindibles, y recorde la primera vez que yo habia visto un muerto, cuando aun no habia cumplido los siete años. Habia sido el cadaver de un hombre que se llamaba Aique y que en vida habia arrastrado una cojera de nacimiento. Aquel hombre nos traia todas las tardes la leche a casa y a veces a mi me sentaba sobre sus piernas lisiadas y me cantaba canciones, me cantaba muchas veces aquella cancion que decia, tengo ... (ver texto completo)
Despues del reconocimiento del cadaver me sente en una silla dura, en un rincon de la sala. Una de las hijas de Lucia me trajo una copa de vino dulce, que bebi de un solo trago. Luego cerre los ojos e imagine a mi madre atravesando las vias, abrasada por la luz de los focos de la maquina del tren y traslade a su rostro de aquellos ultimos segundos el rostro de Lucia.
Ah ¡no Lucia era la paciente del médico.... Tengo que repasar todo otra vez...
Pense que habia llegado el momento de que me fuera. Firme el certificado de defuncion y cuando estaba firmando, el se aprosimo a mi y me dijo casi al oido, todo eso es inutil, pero no puedo decirles que se vayan, deberia hacerlo, pero no soy capaz. De nuevo le puse la mano en el hombro, pero el se acerco tanto a mi que no pude evitar convertir su acercamiento en un abrazo.
Buenas noches José Mel, no sé si me estoy enterando, leticia es la madre de German? y Gracia Lumet, es la madre del que cuenta la historia que es el médico?
Vaya lío que me traigo....
Comenzaron a llegar mujeres lividas que fueron construyendo un enredo de lamentos alrededor de la cama. Una de ellas, con las encias inflamadas, movio con destreza las palabras, que parecia haberse sacudido la polvora, y engancho a las demas en el remolino triste de los misterios de un rosario doloroso. El marido de Lucia, derrotado por el tormento de aquella hora larga y amarrado por el reuma al escaño de la cocina, me dijo, para morir solo basta un descuido, y le pregunte, de quien, un descuido ... (ver texto completo)
Pense que habia llegado el momento de que me fuera. Firme el certificado de defuncion y cuando estaba firmando, el se aprosimo a mi y me dijo casi al oido, todo eso es inutil, pero no puedo decirles que se vayan, deberia hacerlo, pero no soy capaz. De nuevo le puse la mano en el hombro, pero el se acerco tanto a mi que no pude evitar convertir su acercamiento en un abrazo.
Despues del reconocimiento del cadaver me sente en una silla dura, en un rincon de la sala. Una de las hijas de Lucia me trajo una copa de vino dulce, que bebi de un solo trago. Luego cerre los ojos e imagine a mi madre atravesando las vias, abrasada por la luz de los focos de la maquina del tren y traslade a su rostro de aquellos ultimos segundos el rostro de Lucia.
Comenzaron a llegar mujeres lividas que fueron construyendo un enredo de lamentos alrededor de la cama. Una de ellas, con las encias inflamadas, movio con destreza las palabras, que parecia haberse sacudido la polvora, y engancho a las demas en el remolino triste de los misterios de un rosario doloroso. El marido de Lucia, derrotado por el tormento de aquella hora larga y amarrado por el reuma al escaño de la cocina, me dijo, para morir solo basta un descuido, y le pregunte, de quien, un descuido de quien, y el me respondio, del que muere, por supuesto, y me lo dijo con los ojos, amarillos y blandos. Lo senti aprisionado y arañado por aquella circunstancia y le puse la mano en el hombro para transmitirle mi afecto, y el me dijo, pero lo peor de todo es no creer en Dios, y los dos miramos hacia el cuarto donde estaba Lucia, o lo que aun quedaba de Lucia, y escuchamos el murmullo de las avemarias que venia del fondo. Ella si creia, me dijo. ... (ver texto completo)
Hola y buenas tardes para todos.
Piluca casi no me entero de que andes por aqui.
Si estos dias los pase algo enredaducu, pero ya ando por aqui otra vez. Los pitufinos pasaron una semanina por aqui, pero se hizo muy corta porque paso muy pronto.
Ya vi que andais de romeria por ahi y me alegro de que lo paseis bien, eso ye muy bueno asi que hay que disfrutarlo.
Te dire que estoy poniendo otra novela en el foro de Carcarosa y que esta muy bien tambien.
ya habia leido un mensaje tuyo en el que nos decias lo de la otra novela. pero como que no, porque sigo un poco esta y despues estoy leyendo yo otro libro, y no me gusta estar metida en tantas historias, porque luego me lio. asi que con esta tengo bastnte, que a veces cuando no entro en unos dias tengo que andar buscandola y seguro que hay parrafos que se me escaparon, pero bueno tratare de volver a coger el hilo de nuevo. y ahora ya te digo hasta mas tarde porque voy a hacer unas cosas por aqui ... (ver texto completo)
En aquel cuarto humedo y oscuro lo que mas sobresalia eran las miradas de las personas que rodeaban el cadaver. Las palabras que susurraban y que yo no entendia me parecian irrigadas de polvora y reventando en los labios de los dolientes antes de ser pronunciadas. Adverti por encima de todos una especie de niebla que podia haber sido el olor gasificado de la muerte o tambien pense que podria ser la emanacion viciada de tantos cerebros empeñados en la inutil tarea de imaginarse la nada, pero no era ... (ver texto completo)
Despues del reconocimiento del cadaver me sente en una silla dura, en un rincon de la sala. Una de las hijas de Lucia me trajo una copa de vino dulce, que bebi de un solo trago. Luego cerre los ojos e imagine a mi madre atravesando las vias, abrasada por la luz de los focos de la maquina del tren y traslade a su rostro de aquellos ultimos segundos el rostro de Lucia.
En aquel cuarto humedo y oscuro lo que mas sobresalia eran las miradas de las personas que rodeaban el cadaver. Las palabras que susurraban y que yo no entendia me parecian irrigadas de polvora y reventando en los labios de los dolientes antes de ser pronunciadas. Adverti por encima de todos una especie de niebla que podia haber sido el olor gasificado de la muerte o tambien pense que podria ser la emanacion viciada de tantos cerebros empeñados en la inutil tarea de imaginarse la nada, pero no era ... (ver texto completo)
buenas tardes Jose Mel.. me sorprendio no verte estos dias por aqui con tus escritos, supongo que otros menesteres te mantuvieron ocupado, ya vi que habias disfrutados unos dias de tus pequeños, y seguro que eso te llena de placer, porque no hay nada que saque lo mejor nuestro que los niños, y mas cuando son de la sangre,
Quien si se murio, justo el dia en que mi abuela salio del Hospital, fue Lucia, aquella paciente que padecia un cancer de colon y que me habia regalado las obras completas de Hernan Hesse por Navidad. Una de sus hijas vino a buscarme y me explico que su madre habia perdido el conocimiento. Cuando llegue a su casa ya estaba muerta y recorde las palabras que me habia dicho semanas atras en la consulta, nadie tiene el tiempo que necesita.
En aquel cuarto humedo y oscuro lo que mas sobresalia eran las miradas de las personas que rodeaban el cadaver. Las palabras que susurraban y que yo no entendia me parecian irrigadas de polvora y reventando en los labios de los dolientes antes de ser pronunciadas. Adverti por encima de todos una especie de niebla que podia haber sido el olor gasificado de la muerte o tambien pense que podria ser la emanacion viciada de tantos cerebros empeñados en la inutil tarea de imaginarse la nada, pero no era ... (ver texto completo)
Quien si se murio, justo el dia en que mi abuela salio del Hospital, fue Lucia, aquella paciente que padecia un cancer de colon y que me habia regalado las obras completas de Hernan Hesse por Navidad. Una de sus hijas vino a buscarme y me explico que su madre habia perdido el conocimiento. Cuando llegue a su casa ya estaba muerta y recorde las palabras que me habia dicho semanas atras en la consulta, nadie tiene el tiempo que necesita.
Hola José Mel, que te voy a decir... estás hecho un escritor infatigable... Con el silencio de la noche, me pongo a leerlo, tranquilamente, para ver si voy atando cabos... Me parece que mi memoria no es tan buena como la tuya. Me quedo con la frase de Lucia:

<<Nadie tiene el tiempo que necesita>>
Sin embargo mi abuela supero aquella acometida y a los pocos dias volvio a casa con la vejez acomodada definitivamente en sus huesos, con su sentido del silencio aun mas pronunciado y con un regimen especial de comidas para lo que definitivamente se diagnostico como una diverticulitis.
Quien si se murio, justo el dia en que mi abuela salio del Hospital, fue Lucia, aquella paciente que padecia un cancer de colon y que me habia regalado las obras completas de Hernan Hesse por Navidad. Una de sus hijas vino a buscarme y me explico que su madre habia perdido el conocimiento. Cuando llegue a su casa ya estaba muerta y recorde las palabras que me habia dicho semanas atras en la consulta, nadie tiene el tiempo que necesita.
Recordando cosas de mi abuela pase el resto de la tarde en el Hospital, sentado en un sillon de hule que habia en su habitacion, mientras ella dormia, hasta que llego mi padre, a la hora de la cena. Como esta, me pregunto, y le conteste, bien, esta bien. Eso le dije, aunque en aquel momento yo no estuviera seguro de que la crisis de mi abuela se debiera unicamente a un trastorno pasajero de la edad.
Sin embargo mi abuela supero aquella acometida y a los pocos dias volvio a casa con la vejez acomodada definitivamente en sus huesos, con su sentido del silencio aun mas pronunciado y con un regimen especial de comidas para lo que definitivamente se diagnostico como una diverticulitis.
A mi padre, los primeros años, le daban ataques de colera con frecuencia y la emprendia a golpes con las cosas de la casa, y yo, acurrucado en algun rincon veia como las venas de las sienes se le hinchaban y tenia miedo de que le reventaran, pero la abuela se acercaba a el silenciosa, como una pelusa de las que volaban debajo de los colchones, y le decia, German, calmate German, si las cosas no son culpables, y le tocaba la cabeza con las manos y entonces yo veia como la sangre de las venas de mi ... (ver texto completo)
Recordando cosas de mi abuela pase el resto de la tarde en el Hospital, sentado en un sillon de hule que habia en su habitacion, mientras ella dormia, hasta que llego mi padre, a la hora de la cena. Como esta, me pregunto, y le conteste, bien, esta bien. Eso le dije, aunque en aquel momento yo no estuviera seguro de que la crisis de mi abuela se debiera unicamente a un trastorno pasajero de la edad.
A veces me contaba historias del abuelo Constante, de como habia entrado en la mina a los doce años, de camo se habia muerto escupiendo carbon a lo cuatenta y cuatro. Son recuerdos de mal vivir, decia ella. No creia en los psicologos y discutia con mi padre cuando el se empeñaba en que yo siguiera visitandolos, aun despues de haber recuperado el habla. Son feriantes del alma, German, te lo dice tu madre, son feriantes del alma. Ella y mi madre no habian tenido una relacion estrecha, pero yo sabia ... (ver texto completo)
A mi padre, los primeros años, le daban ataques de colera con frecuencia y la emprendia a golpes con las cosas de la casa, y yo, acurrucado en algun rincon veia como las venas de las sienes se le hinchaban y tenia miedo de que le reventaran, pero la abuela se acercaba a el silenciosa, como una pelusa de las que volaban debajo de los colchones, y le decia, German, calmate German, si las cosas no son culpables, y le tocaba la cabeza con las manos y entonces yo veia como la sangre de las venas de mi ... (ver texto completo)
Salvo cuando cosia, siempre estaba de pie, erguida, infatigable, con su extrema delgadez y su larga coleta blanca, con la vejez merodeando a su alrededor, pero sin que esta se atreviera a dejar en ella su huella definitiva. A menudo nos preguntaba si todo iba bien, y lo hacia como si fuera ella el guardian de nuestras vidas. Sonreia igual que cantaba, sin separar los labios, como si no quisiera dejar la boca distraida. Lo primero que hacia al levantarse era arrancar la hoja del almanaque de San Antonio ... (ver texto completo)
A veces me contaba historias del abuelo Constante, de como habia entrado en la mina a los doce años, de camo se habia muerto escupiendo carbon a lo cuatenta y cuatro. Son recuerdos de mal vivir, decia ella. No creia en los psicologos y discutia con mi padre cuando el se empeñaba en que yo siguiera visitandolos, aun despues de haber recuperado el habla. Son feriantes del alma, German, te lo dice tu madre, son feriantes del alma. Ella y mi madre no habian tenido una relacion estrecha, pero yo sabia ... (ver texto completo)
Mi abuela Leticia habia sido una de tantas mujeres, en el numeroso grupo de viudas de la mina que abarrotaban los pueblos de las cuencas, a quienes habia sorprendido la muerte del marido con el amor a medio probar y sin haber tenido tiempo para saborear las primeras esperanzas. Habia sido una de aquellas mujeres de luto que hubieron de afanarse cada dia el resto de sus vidas en mantener abierto y abonado el surco de la voluntad para la cosecha de unos hijos asombrados, quienes, a pesar de crecer ... (ver texto completo)
Salvo cuando cosia, siempre estaba de pie, erguida, infatigable, con su extrema delgadez y su larga coleta blanca, con la vejez merodeando a su alrededor, pero sin que esta se atreviera a dejar en ella su huella definitiva. A menudo nos preguntaba si todo iba bien, y lo hacia como si fuera ella el guardian de nuestras vidas. Sonreia igual que cantaba, sin separar los labios, como si no quisiera dejar la boca distraida. Lo primero que hacia al levantarse era arrancar la hoja del almanaque de San Antonio ... (ver texto completo)
Me dispuse para dejar la consulta y al quitarme la bata blanca pense que yo no habia robado el fuego de Jupiter, que no, que no lo habia robado, y lo dije en voz alta, no he robado el fuego de Jupiter, y me fui pensando en un poema que hablara del lenguaje de Pandora y del fuego del padre Jupiter y de todas las mujeres de mi vida.
Mi abuela Leticia habia sido una de tantas mujeres, en el numeroso grupo de viudas de la mina que abarrotaban los pueblos de las cuencas, a quienes habia sorprendido la muerte del marido con el amor a medio probar y sin haber tenido tiempo para saborear las primeras esperanzas. Habia sido una de aquellas mujeres de luto que hubieron de afanarse cada dia el resto de sus vidas en mantener abierto y abonado el surco de la voluntad para la cosecha de unos hijos asombrados, quienes, a pesar de crecer ... (ver texto completo)
Entro Angela para despedirse y le pregunte si conocia a Pandora y ella se quedo pensativa y me respondio que no, que no recordaba una paciente con ese nombre, y le dije que no se trataba de una paciente sino de la dueña de las cajas desde las que haciamos las señales de humo. Angela se acerco a mi y me miro soprendida, pero yo sonrei y le dije que se trataba de una broma, esta usted muy raro ultimamente, doctor, esto me dijo, y desaparecio.
Me dispuse para dejar la consulta y al quitarme la bata blanca pense que yo no habia robado el fuego de Jupiter, que no, que no lo habia robado, y lo dije en voz alta, no he robado el fuego de Jupiter, y me fui pensando en un poema que hablara del lenguaje de Pandora y del fuego del padre Jupiter y de todas las mujeres de mi vida.
Cuando ya todos se habian ido y me quede solo en la consulta, pense en la caja de Pandora y en todas las mujeres de mi vida. Pense en Laura, en mi madre, en mi abuela y tambien pense en mi hermana Tamar y decidi que todas eran imprescindibles, precisas, inmediatas, y que todas estaban hechas de la misma tierra que habia empleado Vulcano para moldear a Pandora con las facciones y la fuerza vital de Minerva, y que todas me habian ido dejando sus cajas para que yo las abriera y que abrirlas era como ... (ver texto completo)
Entro Angela para despedirse y le pregunte si conocia a Pandora y ella se quedo pensativa y me respondio que no, que no recordaba una paciente con ese nombre, y le dije que no se trataba de una paciente sino de la dueña de las cajas desde las que haciamos las señales de humo. Angela se acerco a mi y me miro soprendida, pero yo sonrei y le dije que se trataba de una broma, esta usted muy raro ultimamente, doctor, esto me dijo, y desaparecio.
Entre en casa para buscar el maletin haciendome preguntas acerca de aquel miedo de Laura.
Llegue tarde a la consulta. Todos me preguntaron por mi abuela y uno de los pacientes me explico que mi abuela y el habian ido juntos a la escuela, hasta que les mataron al maestro en la revuelta del treinta y cuatro, y recordo ese paciente, que se llamaba Silvino, lo bien que ella recitaba de memoria el "Tren expreso" de Campoamor.
Muchos de los pacientes que fueron entrando me dijeron cosas buenas sobre ... (ver texto completo)
Cuando ya todos se habian ido y me quede solo en la consulta, pense en la caja de Pandora y en todas las mujeres de mi vida. Pense en Laura, en mi madre, en mi abuela y tambien pense en mi hermana Tamar y decidi que todas eran imprescindibles, precisas, inmediatas, y que todas estaban hechas de la misma tierra que habia empleado Vulcano para moldear a Pandora con las facciones y la fuerza vital de Minerva, y que todas me habian ido dejando sus cajas para que yo las abriera y que abrirlas era como recordar y que, al hacerlo, se habian ido volando los olores, pero que los dolores se habian quedado porque las cajas, en aquel momento de mi vida, eran como heridas abiertas. ... (ver texto completo)
Laura llego al mediodia y se ofrecio para llevarme a casa en su coche, pues yo debia pasar la consulta de la tarde. Don Justo se quedo a comer con mi padre en la cafeteria del hospital. Apenas hablamos durante el viaje. Me atrevi a rozar su nuca con mis dedos, y ella primero giraba el cuello en circulo, despacio, como agradeciendome la caricia, pero despues me ordeno, deja la mano quieta, y enrojeci y no dije nada hasta llegar a casa. Paro el coche y tiro de la palenca del freno de mano con violencia, ... (ver texto completo)
Entre en casa para buscar el maletin haciendome preguntas acerca de aquel miedo de Laura.
Llegue tarde a la consulta. Todos me preguntaron por mi abuela y uno de los pacientes me explico que mi abuela y el habian ido juntos a la escuela, hasta que les mataron al maestro en la revuelta del treinta y cuatro, y recordo ese paciente, que se llamaba Silvino, lo bien que ella recitaba de memoria el "Tren expreso" de Campoamor.
Muchos de los pacientes que fueron entrando me dijeron cosas buenas sobre ... (ver texto completo)
Al amanecer desperto rezando una oracion extraña en la que le pedia a Dios que diera cuenta al abuelo de la enfermedad de ella, y me explico, tu abuelo siempre fue muy distraido, y yo le dije, abuela, no te vas a morir, al menos por ahora, y ella replico, nunca se sabe, y no dejaba de recomponer el embazo de la sabana.
Luego vino un celador a buscarla para llevarla a que le hicieran las pruebas definitivas, una rectosigmoidoscopia, que es un nombre irreverente que no deberia existir, y tambien un ... (ver texto completo)
Laura llego al mediodia y se ofrecio para llevarme a casa en su coche, pues yo debia pasar la consulta de la tarde. Don Justo se quedo a comer con mi padre en la cafeteria del hospital. Apenas hablamos durante el viaje. Me atrevi a rozar su nuca con mis dedos, y ella primero giraba el cuello en circulo, despacio, como agradeciendome la caricia, pero despues me ordeno, deja la mano quieta, y enrojeci y no dije nada hasta llegar a casa. Paro el coche y tiro de la palenca del freno de mano con violencia, ... (ver texto completo)
Lo saque al pasillo para que se ventilara y para explicarle que no habia motivos para la alarma, pues se trataba de una efimera falta de oxigenacion del cerebro. Me pregunto, entonces no se va a morir, y le respondi, claro que no, aunque tendra que vivir de otra manera.
Cuando volvimos a la habitacion, la enfermera le inyectaba una dosis de cloruro morfico, asi que pronto se quedo dormida, encogida y arrugada bajo las sabanas como una de aquellas manzanas que ella guardaba en el desvan para el invierno.
Al amanecer desperto rezando una oracion extraña en la que le pedia a Dios que diera cuenta al abuelo de la enfermedad de ella, y me explico, tu abuelo siempre fue muy distraido, y yo le dije, abuela, no te vas a morir, al menos por ahora, y ella replico, nunca se sabe, y no dejaba de recomponer el embazo de la sabana.
Luego vino un celador a buscarla para llevarla a que le hicieran las pruebas definitivas, una rectosigmoidoscopia, que es un nombre irreverente que no deberia existir, y tambien un ... (ver texto completo)
Ya en la cama, durante unos minutos, perdio la lucidez y comenzo a comentar asuntos de antepasados muertos y a hacernos preguntas sobre sucesos lejanos de los que ninguno teniamos referencias. Nos dijo, es gente que conozco, y mi padre y yo nos miramos, y ella siguio diciendo, mi madre me contaba como se fabricaban la nubes y como nacia la lluvia y tambien me explicaba mi madre como una se podia defender contra la desidia, porque ella no sabia leer, pero conocia el camino de las cosas buenas y tambien ... (ver texto completo)
Lo saque al pasillo para que se ventilara y para explicarle que no habia motivos para la alarma, pues se trataba de una efimera falta de oxigenacion del cerebro. Me pregunto, entonces no se va a morir, y le respondi, claro que no, aunque tendra que vivir de otra manera.
Cuando volvimos a la habitacion, la enfermera le inyectaba una dosis de cloruro morfico, asi que pronto se quedo dormida, encogida y arrugada bajo las sabanas como una de aquellas manzanas que ella guardaba en el desvan para el invierno.
Aun estaba despierto cuando la abuela Leticia entro en mi habitacion sujetandose el vientre con ambas manos y con los cabellos perdidos en un sofoco de sudor sobre la frente. Algo me esta quemando aqui dentro, me dijo, y la mueca del dolor le desfiguro la cara. La osculte y pense en una colitis isquemica. Llame a mi padre y entre los dos la subimos al coche para llevarla al hospital.
Alli le hicieron una placa simple de abdomen y una analitica de sangre.
Ya en la cama, durante unos minutos, perdio la lucidez y comenzo a comentar asuntos de antepasados muertos y a hacernos preguntas sobre sucesos lejanos de los que ninguno teniamos referencias. Nos dijo, es gente que conozco, y mi padre y yo nos miramos, y ella siguio diciendo, mi madre me contaba como se fabricaban la nubes y como nacia la lluvia y tambien me explicaba mi madre como una se podia defender contra la desidia, porque ella no sabia leer, pero conocia el camino de las cosas buenas y tambien ... (ver texto completo)
<<Tobias se esta quedando ciego. Estuvimos unas semanas trabajando para las monjas. Yo empaquetaba tarros de mermelada. Los metia en cajas de carton, doce tarros en cada caja, seis arriba y seis abalo. Tobias les ponia una etiqueta y un precinto y yo los iba metiendo en las cajas. Se equivocaba constantemente y yo tenia que ayudarlo. Pegaba la etiqueta torcida o se le rompian los precintos. Al final, sor Angela dijo que nos cambiaramos de sitio para que fuera el quien colocara los tarros en las cajas. ... (ver texto completo)
Aun estaba despierto cuando la abuela Leticia entro en mi habitacion sujetandose el vientre con ambas manos y con los cabellos perdidos en un sofoco de sudor sobre la frente. Algo me esta quemando aqui dentro, me dijo, y la mueca del dolor le desfiguro la cara. La osculte y pense en una colitis isquemica. Llame a mi padre y entre los dos la subimos al coche para llevarla al hospital.
Alli le hicieron una placa simple de abdomen y una analitica de sangre.
Bueno esto como ya os dije desde el principio es una novela, yo simplemente me limito a copiarla aqui.
A partir de hoy he comenzado a poner por el mismo sistema otra muy guapa en un foro de Carcarosa.
Bueno, por ahora me tengo que ir, pero decirte que estuve en la FIESTA DEL OSO,
y seguiré pasando cuando pueda.
Hola y buenos dias/tardes para todos.
¿Puedo entender que fuiste al baile al chigre de Ester y de Cepeda?.
Que pena, pues si yo nun fuera tan vieyu podriamos haber coincidido, yo tambien fuy alguna vez, aunque nunca aprendi a bailar, (coses de la vida) Se pasaba muy bien y era muy alegre, tengo algunos recuerdinos de alli.
Hola José Mel, si, me acuerdo que era un bar, tenia como una terraza pequeña, pero no me acuerdo como se llamaban los dueños. Fijate donde está, y no nos daba pereza subir. Yo tendría unos diez y seis años, como tú me llevas ocho, creo, pues no eras tan vieyu para echar un baile... Para bailar con moverte un poco ya vale, no es tan dificil. Algún baile te habrás echado con tu mujer....
Asi fue como aquella noche mi padre me ofrecio, por primera vez en toda mi vida, una imagen real de mi madre, un recuerdo en el que ella aparecia ante mi como una mujer normal y verdadera, y le dije, esto hubiera sido la solucion, y el pregunto, el que, y le dije, padre me hubieras evitado mucho dolor si me hubieras hablado asi de ella, si hubieras compartido conmigo las cosas buenas de ella, y el dijo, bueno, a veces las cosas no son tan faciles, y se levanto y camino balanceandose hacia su cuarto.
Tambien ... (ver texto completo)
<<Tobias se esta quedando ciego. Estuvimos unas semanas trabajando para las monjas. Yo empaquetaba tarros de mermelada. Los metia en cajas de carton, doce tarros en cada caja, seis arriba y seis abalo. Tobias les ponia una etiqueta y un precinto y yo los iba metiendo en las cajas. Se equivocaba constantemente y yo tenia que ayudarlo. Pegaba la etiqueta torcida o se le rompian los precintos. Al final, sor Angela dijo que nos cambiaramos de sitio para que fuera el quien colocara los tarros en las cajas. Tobias no dijo nada, porque el nunca dice nada, pero se que se puso muy triste, y a mi me contagio su tristeza. Al terminar la faena le dije que no se preocupara por sus ojos, que mientras yo tuviera los mios el veria todo lo que hubiera que ver. Se le escurrieron por la cara algunas lagrimas. Pero los dias siguientes ya no estaba tan triste mientras iba empaquetando los tarros de mermelada. Quiero mucho a Tobias porque con el aprendi a estar en el mundo, a colocarme detras del plato donde esta la gente y mirar desde fuera, como si yo fuera el mundo. Tobias fue conductor de autobuses, pero tiene su propia filosifia. Cuando le pregunto donde adquirio esos pensamientos, el siempre me contesta que los fue atrapando sugun iban pasando. Este metodo que invento Tobias nos da mucha seguridad para vivir de la forma en que lo hacemos, pues nos permite descubrir espacios y sucesos de nuestra vida y tambien de nuestro caracter que nunca antes habiamos conocido. Es como salir fuera de uno a formar parte del mundo para verse mejor desde alli. Siempre vamos andando a todos los sitios. Un mundo paseando por otro mundo. A menudo nos ocurre que nos ponemos los dos a sacar de muy atras los recuerdos, algunos recuerdos y convertirlos en una especie de sacramento. Los ponemos, por ejemplo, encima de un banco del parque, como si fueran mariposas de colores raros o sellos del extranjero. Es una forma entretenida y provechosa de mirarse desde fuera, porque Tobias dice que los recuerdos no son el mundo, ni siquiera la gente que nos rodea es el mundo. El dice que el mundo somos nosotros dos. Repasamos cada recuerdo minuciosamente por si alguno hubiera sido profanado, que nunca se sabe, pues el frio y el hambre y los dolores y la gente sin alma que cada dia te encuentras le juegan muy malas pasadas a la memoria. Las memorias se dietraen con cualquier cosa. Tambien los momentos de malhumor y el desanimo de los dias sin suerte y la angustia esa que te penetra cuando no eres capaz de salirte fuera para mirarte desde alli y que es como una soga que te anuda las tripas, tambien todo eso puede llegar a arruinarte algunos de los mejores recuerdos. Tobias me dijo que el ir perdiendo la vista no le iba a afectar a la memoria, que al contrario, que quiza la memoria se volviera mas limpia al no estar tan distraida o que tambien pudiera ser que se volviera mas impertinente al tomar protagonismo. A Tobias y a mi nos gusta cuidar los mejores recuerdos para que no perezcan. A los malos no nos importa darles la espalda, y son siempre ellos los que se resisten a desaparecer. El abandono su casa y su familia hace muchos años, al poco de morir su hija en accidente de trafico. Ella era lo unico que merecia la pena. Los demas dice el que eran como tumores que le iban quitando la vida. Lo dejo todo, incluso el trabajo, porque no fue capaz de volver a coger un volante. Empezo por regresar tarde a casa. Algunas veces se encontraba la puerta cerrada y, por no llamar, dormia en las escaleras. Tantos consejos le daban, tanto le suplicaban y lo recriminaban, que acabo por no escucharlos. Oia todo, menos las palabras de ellos. Dice que a veces los miraba y solo veia como movian los labios. Un dia no regreso y no tardo en convertirse en un habitante de la calle. Ahora estamos bien. Hace tiempo que estamos bien, desde que vivimos juntos en la pension de la señora Camila. En realidad, desde que nos conocimos estamos bien, pero ahora estamos mucho mejor, casi mejor del todo, por lo menos en algunos momentos. La vida es como un trapo que se va haciendo tiras. Unas veces son muestras propias cegueras las que rasgan el trapo. Otras es cosa del azar o del destino o como quiera llamarse. La mayoria de los recuerdos de Tobias tienen que ver con su hija. El fue un padre estupendo. Yo, sin embargo, no he sido una buena madre. Mi hija Tamar murio por mi culpa. Si, creo que fue asi, no se puede decir de otra manera. Es un delito grave. German me castigo por ello, aunque su condena no fue suficiente. Supongo que hubiera sido necesarea una penitencia mayor. Me lo repetia una y otra vez. Me advertia que solo nos quedaba uno y que me cuidara bien de que no le pasara nada. Era una amenaza nacida de su desesperacion. Para mi era como haber roto el jarron mas valioso que habia sobre la tierra y como si al instante de producirse la catatrofe dejara sobre mis manos torpes otro jarron tan fragil y maravilloso como el anterior. Algo asi debia de ser. Yo le explicaba a Justo mis sentimientos, pero el nunca decia nada porque le daba miedo implicarse mas. Creo que al final le daba miedo incluso escucharme. Al menos se que mi hijo ha crecido a salvo. Ese libro suyo que resulto premiado y que tantas veces lei me lo confirmo otra vez, hace ya mucho tiempo. Para mi fue como una recompensa. Luego hace unos años, conoci a Amelia, una mujer muy alegre que se gana la vida de feria en feria leyendo el futuro de la gente en las cartas. Fue una noche que compartimos litera en el albergue, por las ferias de San Isidro. Hablando y hablando, porque ella es muy parlenchina, supe que era del mismo lugar en el que durante algo mas de ocho años yo habia tenido familia y casa. Conocia a Leticia y a German. Por ella supe algunas cosas de ellos. Me hablo de lo buen medico que era mi hijo. Fue aquel para mi uno de los momentos mas felices de los ultimos años. Amelia no queria creer que yo era la misma mujer que un dia habia abandonado a German y que tanto habia dado que hablar. Tuvo que repartir sus cartas encima de la colchoneta para mirarlas y tambien tuvo que mirarme a mi muy dentro de los ojos para saber que era cierto lo que yo estaba diciendo, que yo era la madre de quien trataba de vez en cuando su diabetes. La hice jurar por Dios y por sus cartas y por todo lo sagrado que nunca diria a nadie que me habia visto. Ella dijo que si, que lo juraba, que nunca se lo diria a nadie, pero yo no puedo saber si ella cumplio su promesa. Tampoco puedo saber si creyo cuanto le dije. Vuelvo a buscarla todas las ferias, pero hasta ahora no he tenido suerte. Quiza se haya muerto, porque estaba muy delicada. A veces una noticia asi basta para justificar una vida, o al menos parte de esa vida. La noticia de hoy es que Tobias se esta quedando ciego. Esa noticia, como no es buena, no justifica nada. Algun dia ire a buscar a mi hijo. Pero creo que necesito alguna señal, algo que me diga que es bueno que yo vuelva. Tobias dice que los regresos no son posibles y que donde no te quieren es mejor no estar. Casi siempre le doy la razon a Tobias, pero hay dias en que no puedo darsela, porque tengo el animo de otra manera y no soy capaz de salirme a la parte de fuera para ser el mundo junto a Tobias y mirarme desde el. Hoy me dijo Tobias que las señales no existen, pero yo creo que lo dice porque se esta quedando ciego. Tambien me dijo que no entiende como pude ponerle ese nombre a mi hijo y yo le digo que se llama de la unica forma que podria llamarse el hijo de Gracia Lumet. A nadie le gustaba ese nombre, salvo a Justo. Cuando nacio, a Justo le gustaba ir por las tardes a sentarse cerca de el, pero nunca le hacia caricias ni le decia nada. Un dia nos dijo que el niño lloraba como una persona mayor. German le dijo: seguro que tu, de niño, tambien tenias esa forma de llorar. Me rei tanto, que Justo se puso rojo de la vergüenza. Fueron tiempos muy extraños, tiempos en los que cada dia el mundo se iba estrechando un poco mas>>. ... (ver texto completo)
Asi fue como aquella noche mi padre me ofrecio, por primera vez en toda mi vida, una imagen real de mi madre, un recuerdo en el que ella aparecia ante mi como una mujer normal y verdadera, y le dije, esto hubiera sido la solucion, y el pregunto, el que, y le dije, padre me hubieras evitado mucho dolor si me hubieras hablado asi de ella, si hubieras compartido conmigo las cosas buenas de ella, y el dijo, bueno, a veces las cosas no son tan faciles, y se levanto y camino balanceandose hacia su cuarto.
Tambien ... (ver texto completo)
Por lo que se ve aquí, el padre del protagonista necesitó tomar una copa de más para contarle a su hijo, algo más sobre su madre.
Me figuro que todo esto lo escribes tú, quiero decir, que no es de cortar y pegar. Tiene mucho mérito.
Hola y buenas tardes/noches para todos.
Pues si Victoria ya se fueron el domingo y nos quedamos tristes y solos.
El viernes visitamos a Rocio junto con Brianda, estaba muy suelta para caminar, cosa que enpezo a hacer al dia siguiente.
Hoy nos visito ella a nosotros, es una autentica muñequita andante, esta preciosa.
Deseandote que estes pasando un buen dia te mando un abrazo.
Buenas noches Jose Mel,
Ya veo que poco estais solos y me alegro, que disfrutes, de tu bonita familia
Que tengas una feliz noche
Un abrazoooooooooooooooooo
Le puse un pañuelo mojado en la frente y le di un poco de aire. Rapido volvio en si y bebio del vaso de agua que le acerque a los labios, luego se abrazo a mi y lloro igual que un niño.
Cuando se calmo me dijo, alli, en esa campa del cabo Peñas, estuve una vez con tu madre, tres o cuatro meses antes de que tu nacieras, a ella le gustaba contemplar el mar, recuerdo que aquel dia se mareo y ese tal Milvio le dio un poco de agua
Asi fue como aquella noche mi padre me ofrecio, por primera vez en toda mi vida, una imagen real de mi madre, un recuerdo en el que ella aparecia ante mi como una mujer normal y verdadera, y le dije, esto hubiera sido la solucion, y el pregunto, el que, y le dije, padre me hubieras evitado mucho dolor si me hubieras hablado asi de ella, si hubieras compartido conmigo las cosas buenas de ella, y el dijo, bueno, a veces las cosas no son tan faciles, y se levanto y camino balanceandose hacia su cuarto.
Tambien ... (ver texto completo)
Seguimos gritandonos y diciendonos todas aquellas cosas que ya sabiamos, y el reloj dio las campanadas y caimos derrotados en el sofa, y lloramos juntos, sintiendo aquella presencia fantasmal de mi madre caminando por la sala, y luego el me cogio una mano y me dijo, siempre estuve a tu lado y perdoname si lo hice tan mal, y lo mire y no pude decir nada, solo deje que siguiera apretando mi mano. Me pregunto, donde estuviste toda la tarde, Laura vino a buscarte, y le explique que habia estado viendo ... (ver texto completo)
Le puse un pañuelo mojado en la frente y le di un poco de aire. Rapido volvio en si y bebio del vaso de agua que le acerque a los labios, luego se abrazo a mi y lloro igual que un niño.
Cuando se calmo me dijo, alli, en esa campa del cabo Peñas, estuve una vez con tu madre, tres o cuatro meses antes de que tu nacieras, a ella le gustaba contemplar el mar, recuerdo que aquel dia se mareo y ese tal Milvio le dio un poco de agua
Me levante y le pregunte que porque me habia culpado a mi siempre de aquello, y el me respondio que nunca habia hecho tal cosa, y le repeti que si, que mil veces me habia culpado, que lo hacia cada vez que me recordaba que ella me habia abandonado, y el sentencio, asi es, eso fue lo que paso, que nos abandono, y le grite que no, que no habia sido asi, que el motivo de su huida habia sido el, y solamente el, que el habia preferido siempre engañarnos a todos y engañarse el simulando que habia sido ... (ver texto completo)
Seguimos gritandonos y diciendonos todas aquellas cosas que ya sabiamos, y el reloj dio las campanadas y caimos derrotados en el sofa, y lloramos juntos, sintiendo aquella presencia fantasmal de mi madre caminando por la sala, y luego el me cogio una mano y me dijo, siempre estuve a tu lado y perdoname si lo hice tan mal, y lo mire y no pude decir nada, solo deje que siguiera apretando mi mano. Me pregunto, donde estuviste toda la tarde, Laura vino a buscarte, y le explique que habia estado viendo ... (ver texto completo)
Podia haberle mandado callar porque su discurso era el mismo que me habia estado ofreciendo en pequeñas dosis durante veinticuatro años, solo que ahora me lo intentaba entregar de golpe, acomodado en los efluvios del alcohol, si, podia haberle exigido silencio, como el habia hecho tantas veces conmigo, pero lo deje hablar porque senti piedad de el al comprobar su desmoronamiento, su extravio y su fragilidad, tan similar a la mia, y presenti la figura de mi madre caminando entre los dos con su traje ... (ver texto completo)
Me levante y le pregunte que porque me habia culpado a mi siempre de aquello, y el me respondio que nunca habia hecho tal cosa, y le repeti que si, que mil veces me habia culpado, que lo hacia cada vez que me recordaba que ella me habia abandonado, y el sentencio, asi es, eso fue lo que paso, que nos abandono, y le grite que no, que no habia sido asi, que el motivo de su huida habia sido el, y solamente el, que el habia preferido siempre engañarnos a todos y engañarse el simulando que habia sido un capricho de ella, una fantasia de mujer insegura, y tambien le dije que nadie se iba si lo tenia todo, que nadia huia a no ser que la vida se le hiciera insostenible, y no se cuantas cosas mas le dije a mi padre aquella noche, y muchas de aquellas cosas se las dije para acabar creyendolas yo. El lloraba apoyado en la mesa y de vez en cuando levantaba la cabeza para decirme, no eres justo conmigo, al fin y al cabo yo fui quien siempre cuido de ti. Segui gritandole, me has utilizado, padre, siempre me has utilizado, tu rencor me ha hecho muy infeliz. El volvia a levantar la cabeza para decirme, yo no tenia la solucion, me oyes, no tenia la solucion, y vi que estaba borracho. ... (ver texto completo)
Al sentarme frente a el supe por su mirada blanda y brillante que aquel no era el primer vaso de licor que se tomaba y que tampoco era el segundo y me puse tenso y me volvi a levantar para quitarme la chaqueta y encender las luces. Luego permanecimos un momento en silencio y aproveche ese silencio para seguir el curso de las arrugas de su cara y para observar las canas de su barba y pense que quiza nos pareciamos demasiado. Entonces el hablo y hablo, sin interrupciones, sin mirarme a los ojos. Algunas ... (ver texto completo)
Podia haberle mandado callar porque su discurso era el mismo que me habia estado ofreciendo en pequeñas dosis durante veinticuatro años, solo que ahora me lo intentaba entregar de golpe, acomodado en los efluvios del alcohol, si, podia haberle exigido silencio, como el habia hecho tantas veces conmigo, pero lo deje hablar porque senti piedad de el al comprobar su desmoronamiento, su extravio y su fragilidad, tan similar a la mia, y presenti la figura de mi madre caminando entre los dos con su traje ... (ver texto completo)
Cuando llegue a casa eran mas de las doce. Mi padre me esperaba en la sala con un vaso de licor en la mano. Lo vi amortajado por la penumbra de la sala, con la unica luz de la lampara verde a las espaldas, y al instante supe que me esperaba porque no tenia ningun libro en las manos y si un vaso de licor amarillo que friccionaba contra la frente como si pretendiera utilizar el frio del cristal como reclamo de algun pensamiento o recuerdo que esperara comunicarme. Me dijo que la abuela se habia ido ... (ver texto completo)
Al sentarme frente a el supe por su mirada blanda y brillante que aquel no era el primer vaso de licor que se tomaba y que tampoco era el segundo y me puse tenso y me volvi a levantar para quitarme la chaqueta y encender las luces. Luego permanecimos un momento en silencio y aproveche ese silencio para seguir el curso de las arrugas de su cara y para observar las canas de su barba y pense que quiza nos pareciamos demasiado. Entonces el hablo y hablo, sin interrupciones, sin mirarme a los ojos. Algunas de sus palabras estaban tan enfermas como su memoria y surgian creadas en la tela de araña del resentimiento, y no tenian aquellas palabras de mi padre el aliento de la confesion sino mas bien el instinto de la supervivencia. ... (ver texto completo)
Tome de nuevo la direccion del parque. En las aceras los vendedores africanos habian extendido sus bazares ambulantes. En la calle del Avellano las gentes se agrupaban, con vasos y botellas en la mano, en torno a las puertas de los bares. Segui caminando sin una direccion fija, una calle y otra calle, el parque de nuevo, otra vez la plaza del Ayuntamiento. Aquella pequeña y oscura villa minera parecia una ciudad prospera y rutilante. Contra los arboles de las aceras se iban amontonando las colillas ... (ver texto completo)
Cuando llegue a casa eran mas de las doce. Mi padre me esperaba en la sala con un vaso de licor en la mano. Lo vi amortajado por la penumbra de la sala, con la unica luz de la lampara verde a las espaldas, y al instante supe que me esperaba porque no tenia ningun libro en las manos y si un vaso de licor amarillo que friccionaba contra la frente como si pretendiera utilizar el frio del cristal como reclamo de algun pensamiento o recuerdo que esperara comunicarme. Me dijo que la abuela se habia ido ... (ver texto completo)
Hola y buenas tardes para todos.
Victoria ya se termino la alegria, se me fueron los mis tesoros, ahora a esperar hasta finales de junio a que regresen otra vez.
Mientras tanto desearte que estes pasdando un buen dia, y mandarte un abrazo.
Buenas tardes Jose Mel
Ya veo que se fueron tus nietos,, y la casa quedara en silencio,, ¿verdad?
Te deseo una tarde muy feliz
Un fuerte abrazoooooooooooo
Cruce el parque y la calle principal. Aquella noche de sabado se iba llenando de grupos de jovenes y de parejas cogidas de la mano, y tambien se iba llenando la noche de seres solitarios que pedian limosna extendiendo una mano y sosteniendo en la otra un carton en el cual explicaban su penuria, y pase junto a un hombre que tocaba la flauta y junto a otro que abria y cerraba un acordeon. En el zaguan de un banco, sobre una mesa muy elemental, una bruja de pelo ensortijado anunciaba sus poderes con ... (ver texto completo)
Tome de nuevo la direccion del parque. En las aceras los vendedores africanos habian extendido sus bazares ambulantes. En la calle del Avellano las gentes se agrupaban, con vasos y botellas en la mano, en torno a las puertas de los bares. Segui caminando sin una direccion fija, una calle y otra calle, el parque de nuevo, otra vez la plaza del Ayuntamiento. Aquella pequeña y oscura villa minera parecia una ciudad prospera y rutilante. Contra los arboles de las aceras se iban amontonando las colillas ... (ver texto completo)
Al final despedimos a los que iban a partir y termino la reunion. Senti deseos de besarla. Fue junto al ultimo magnolio. Le suplique, quedate conmigo un poco mas, y ella me cerro los labios con sus dedos y me dijo, no puede ser, me oyes, no puede ser, y empujo el porton de su casa.
El reloj del Ayuntamiento toco las once. Cada campanada fue para mi un reclamo del tiempo que me robaba el amor, el limite que me anunciaba el final de aquel viaje.
Cruce el parque y la calle principal. Aquella noche de sabado se iba llenando de grupos de jovenes y de parejas cogidas de la mano, y tambien se iba llenando la noche de seres solitarios que pedian limosna extendiendo una mano y sosteniendo en la otra un carton en el cual explicaban su penuria, y pase junto a un hombre que tocaba la flauta y junto a otro que abria y cerraba un acordeon. En el zaguan de un banco, sobre una mesa muy elemental, una bruja de pelo ensortijado anunciaba sus poderes con ... (ver texto completo)
Esto leia Laura aquella noche ante un auditorio estremecido. Estaba hermosa, con el traje negro, los parpados sombreados y los cigarrillos reproduciendosele una y otra vez entre los dedos. Despues de la lectura explico que dos medicos, una comadrona y un mecanico de aparatos sanitarios partirian el lunes siguiente como cooperantes a Bosnia, y cuando decia esto me miraba a mi fijamente, y yo leia en su mirada lo que ella me quiria decir.
Al final despedimos a los que iban a partir y termino la reunion. Senti deseos de besarla. Fue junto al ultimo magnolio. Le suplique, quedate conmigo un poco mas, y ella me cerro los labios con sus dedos y me dijo, no puede ser, me oyes, no puede ser, y empujo el porton de su casa.
El reloj del Ayuntamiento toco las once. Cada campanada fue para mi un reclamo del tiempo que me robaba el amor, el limite que me anunciaba el final de aquel viaje.
Por la noche asisti en la Biblioteca a una mesa redonda de Medicos del Mundo sobre el conflicto yugoslavo. Cuando entre en la sala, Laura leia, en el libro de Juan Goytesolo, Cuadernos de Sarajevo, el testimonio de una viuda de Vishegrad;
"A un vecino mio Ahmed Karacik, las Aguilas Blancas le hundieron la boca con un gancho de carnicero sujeto con una soga al parachoques trasero del coche y lo arrastraron maniatado por toda la poblacion para que la gente lo viera y escuchara sus gritos. Luego lo ... (ver texto completo)
Esto leia Laura aquella noche ante un auditorio estremecido. Estaba hermosa, con el traje negro, los parpados sombreados y los cigarrillos reproduciendosele una y otra vez entre los dedos. Despues de la lectura explico que dos medicos, una comadrona y un mecanico de aparatos sanitarios partirian el lunes siguiente como cooperantes a Bosnia, y cuando decia esto me miraba a mi fijamente, y yo leia en su mirada lo que ella me quiria decir.