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Respuestas para José Mel Z..L.:

En el ascensor Toya me hizo una mueca, era una mueca de aire, como las que se utilizaban para cantar las canciones, pero ella no me canto ninguna cancion, solo me hizo una mueca, y me gusto aquella mueca que me hizo Toya porque me parecio muy hermosa, ella y tambien su nueca, aunque puede que no fuera una mueca, tal vez se tratara de un fulgor que salto por encima de aquel cuerpo agitado y brillante, apretado y oscuro como un secreto, y esa mueca o ese fulgor fue creciendo y al entrar en la habitacion ... (ver texto completo)
Me gusta este lugar, me dijo, y dio una vuelta sobre si misma y volo sobre una cama ondulada y azul como el mar. Mire la cama y no supe como la habia mirado porque Toya me dijo, no la mires asi, porque la miras de esa manera, y me volvi hacia ella y la vi que se estaba quitando la ropa y le dije, espera, quiero quitartelo yo, y ella dijo, biem, me gusta, quitame tu la ropa.
Algunos taxis amagaban con su estrella verde subidos a los bordillos esperando mujeres con los labios fruncidos y hombres sin centro de gravedad. Toya me pregunto si podia levantarme y caminar, y le conteste que si, y señale hacia un hotel que habia al final de la calle y le dije, seguro que tiene terraza, y ella me sujeto del brazo y camino junto a mi sonriendo..
En el ascensor Toya me hizo una mueca, era una mueca de aire, como las que se utilizaban para cantar las canciones, pero ella no me canto ninguna cancion, solo me hizo una mueca, y me gusto aquella mueca que me hizo Toya porque me parecio muy hermosa, ella y tambien su nueca, aunque puede que no fuera una mueca, tal vez se tratara de un fulgor que salto por encima de aquel cuerpo agitado y brillante, apretado y oscuro como un secreto, y esa mueca o ese fulgor fue creciendo y al entrar en la habitacion verde ceniza ya era casi un rayo de luz que gritaba con los brazos abiertos. ... (ver texto completo)
Frente a nosotros habia una tosca superficie de piedra, una tapia ruinosa con una puerta en el centro, y sobre el dintel habia una chapa oxidada con letras blancas. Recorde la escena en la que Harry Haller recorria la ciudad como un lobo estepario buscando la señal, <entrada no para cualquiera>. Le pedi a Toya que me leyera lo que habia escrito en aquel cartel porque yo no tenia vision en el ojo derecho y en el izquierdo me brillaban demasiado las letras. Ne confeso que no sabia leer, pero fue hacia ... (ver texto completo)
Algunos taxis amagaban con su estrella verde subidos a los bordillos esperando mujeres con los labios fruncidos y hombres sin centro de gravedad. Toya me pregunto si podia levantarme y caminar, y le conteste que si, y señale hacia un hotel que habia al final de la calle y le dije, seguro que tiene terraza, y ella me sujeto del brazo y camino junto a mi sonriendo..
Toya busco un banco y nos sentamos de nuevo. Tomate varios, me dijo, y me tome tres. Me cogio las manos, se miro las suyas y me confeso, a los nueve años ya tenia mi propio mazo para moler el mijo y entonces supe que a ella le gustaba hablar de su pueblo.
Frente a nosotros habia una tosca superficie de piedra, una tapia ruinosa con una puerta en el centro, y sobre el dintel habia una chapa oxidada con letras blancas. Recorde la escena en la que Harry Haller recorria la ciudad como un lobo estepario buscando la señal, <entrada no para cualquiera>. Le pedi a Toya que me leyera lo que habia escrito en aquel cartel porque yo no tenia vision en el ojo derecho y en el izquierdo me brillaban demasiado las letras. Ne confeso que no sabia leer, pero fue hacia ... (ver texto completo)
Entramos en una farmacia a pedir unos calmantes y la dependienta no queria atendernos y tuve que mostrarle mi carne de medico colegiado, y entondes miro a Toya y me dijo, perdon, y me dio los calmantes.
Toya busco un banco y nos sentamos de nuevo. Tomate varios, me dijo, y me tome tres. Me cogio las manos, se miro las suyas y me confeso, a los nueve años ya tenia mi propio mazo para moler el mijo y entonces supe que a ella le gustaba hablar de su pueblo.
Comenzamos a caminar. Me apoyaba en ella.
La noche lo envolvia todo y las luces de los luminosos parecian querer emprender el vuelo por encima de los tejados hacia la luna roja.
Entramos en una farmacia a pedir unos calmantes y la dependienta no queria atendernos y tuve que mostrarle mi carne de medico colegiado, y entondes miro a Toya y me dijo, perdon, y me dio los calmantes.
Hablame de Senegal, le dije a Toya, y ella hizo un ademan despectivo y dijo, que importa eso, y le indique, no lo se pero hablame del pueblo donnde naciste, y ella sonrio y pude ver su sonrisa abriendose paso entre la luz de ceniza de la farola, la pude ver bien por el ojo que tenia sano y abierto, y me gusto que ella sonriera. Entonces me miro y acomodo la voz, como si fuera a contarme muchas cosas, pero solo me dijo, soy de una familia de yolas que cultiva mijo y trufas a orilla del rio Casamanza, ... (ver texto completo)
Comenzamos a caminar. Me apoyaba en ella.
La noche lo envolvia todo y las luces de los luminosos parecian querer emprender el vuelo por encima de los tejados hacia la luna roja.
A pesar de los dolores me sentia bien, estimulado, transportado a un lugar del mundo que me parecia no haber conocido antes, pero me acorde de aquella noche que me habia escapado de casa y habia caido de la bicicleta junto a la casa de Placido, y recorde a Etelvina, recorde como ella tambien me habia humedecido las heridas de la rodilla con un paño, y supe que las dos situaciones eran lo mismo porque en las dos habia imtentado huir y en las dos el dolor fisico habia sido para mi un alivio.
Hablame de Senegal, le dije a Toya, y ella hizo un ademan despectivo y dijo, que importa eso, y le indique, no lo se pero hablame del pueblo donnde naciste, y ella sonrio y pude ver su sonrisa abriendose paso entre la luz de ceniza de la farola, la pude ver bien por el ojo que tenia sano y abierto, y me gusto que ella sonriera. Entonces me miro y acomodo la voz, como si fuera a contarme muchas cosas, pero solo me dijo, soy de una familia de yolas que cultiva mijo y trufas a orilla del rio Casamanza, ... (ver texto completo)
Vi a Toya ante mi, bella y oscura como la noche, mojada por el brillo de las farolas, limpiandome la sangre con un pañuelo que humedecia en un pequeño frasco. Le pregunte si habia llovido, y ella dijo, no, no ha llovido, y volvi a mirar el asfalto a lo lejos porque me parecia que el suelo estaba mojado, lleno de reflejos, y le pregunte, cuanto tiempo ha pasado, y ella pregunto, desde cuando, y le dije señalandome la cara, desde esto, y contesto, ha pasado un buen rato, pero ahora no te muevas.
A pesar de los dolores me sentia bien, estimulado, transportado a un lugar del mundo que me parecia no haber conocido antes, pero me acorde de aquella noche que me habia escapado de casa y habia caido de la bicicleta junto a la casa de Placido, y recorde a Etelvina, recorde como ella tambien me habia humedecido las heridas de la rodilla con un paño, y supe que las dos situaciones eran lo mismo porque en las dos habia imtentado huir y en las dos el dolor fisico habia sido para mi un alivio.
Desperte con el cuerpo tirado en un banco, abri los ojos y vi las farolas borrosas, llorando una luz de ceniza. Mas arriba la luna estaba roja, pude verla, estaba acercandose a los tejados para prenderle fuego a la ciudad. Sangraba por los labios y por un oido, el ojo derecho se me estaba cerrando y tenia adormecidos los costados, entumecidos por los golpes. Los dedos de la mano izquierda me dolian y pense que podria tener alguna falange rota.
Vi a Toya ante mi, bella y oscura como la noche, mojada por el brillo de las farolas, limpiandome la sangre con un pañuelo que humedecia en un pequeño frasco. Le pregunte si habia llovido, y ella dijo, no, no ha llovido, y volvi a mirar el asfalto a lo lejos porque me parecia que el suelo estaba mojado, lleno de reflejos, y le pregunte, cuanto tiempo ha pasado, y ella pregunto, desde cuando, y le dije señalandome la cara, desde esto, y contesto, ha pasado un buen rato, pero ahora no te muevas.
Nunca antes le habia pegado a nadie, pero tampoco antes de aquel dia habia bebido tanto alcohol, y tampoco hasta entonces habia estado con una prostituta.
Varios hombres se abalanzaron sobre mi y comenzaron a golpearme. Lo que paso despues fue como si no hubiera existido porque la memoria no pudo registrarlo.
Desperte con el cuerpo tirado en un banco, abri los ojos y vi las farolas borrosas, llorando una luz de ceniza. Mas arriba la luna estaba roja, pude verla, estaba acercandose a los tejados para prenderle fuego a la ciudad. Sangraba por los labios y por un oido, el ojo derecho se me estaba cerrando y tenia adormecidos los costados, entumecidos por los golpes. Los dedos de la mano izquierda me dolian y pense que podria tener alguna falange rota.
No el mediquin no tiene nada que ver con la marcha de su madre, ten en cuenta que para el fue todo un trauma, si hasta se quedo mudo y todo.
Pero un dia hablando de su relacion con Laura, ella le dijo algo asi como que no podia ser por razones muy importantes, ya te lo pregunte en su dia, ¿que puede ser tan importante, ademas de unos cuernos?
Hola José Mel, no sabría contestarte bien a esa pregunta. La madre por lo que se ve, no tomó buen rumbo, bebía y se daba a la prostitución, quiero entender. Pero el hijo como siga así, lleva el mismo camino.

Quiero comentarte, que pusieras, si te parece bien la idea... una foto de referencia, para no perder los mensajes. a veces me cuesta buscar por donde iba... Pero haz lo que creas es mejor.
De momento no puedo seguir. hasta luegooooooooooooo
Yo senti que mi pensamiento estaba lleno de manchas y que tambien los rostros que veia estaban llenos de manchas, y el rostro del vikingo ademas de manchas tenia una mueca vomitiva adornada con un brillo de hojalata de feria, y su vision se me hizo insoportable. El tacto se me puso aspero y la rabia se me concentro en las manos, que se cerraron doloridas para convertirse en puños que querian golpear, defenderse, maltratar, y el cuerpo se me inflo de violencia y no me dolia ya ningun pensamiento y ... (ver texto completo)
Nunca antes le habia pegado a nadie, pero tampoco antes de aquel dia habia bebido tanto alcohol, y tampoco hasta entonces habia estado con una prostituta.
Varios hombres se abalanzaron sobre mi y comenzaron a golpearme. Lo que paso despues fue como si no hubiera existido porque la memoria no pudo registrarlo.
Pedi que me llenaran de nuevo el vaso. Toya me acariciaba la cabeza y sonreia. Las luces del techo giraban. Me escocia lo poco que yo alcanzaba a pensar, pero la anestesia del ron me iba amortiguando el dolor. Pedi otro vaso, bebi un trago largo y todo se fue desvaneciendo. En torno a mi se fue trazando una frontera borrosa. Unicamente era dueño de alguna primitiva sensacion de existencia. De donde eres, le grite a Toya, que se movia al compas de aquella musica del infierno, y me respondio, de Senegal, ... (ver texto completo)
Yo senti que mi pensamiento estaba lleno de manchas y que tambien los rostros que veia estaban llenos de manchas, y el rostro del vikingo ademas de manchas tenia una mueca vomitiva adornada con un brillo de hojalata de feria, y su vision se me hizo insoportable. El tacto se me puso aspero y la rabia se me concentro en las manos, que se cerraron doloridas para convertirse en puños que querian golpear, defenderse, maltratar, y el cuerpo se me inflo de violencia y no me dolia ya ningun pensamiento y ... (ver texto completo)
Entramos en un lugar ruidoso y abarrotado de seres extraños. Habia ropas de cuero, pelucas de colores, sombreros vaqueros y ropa interior con puntillas y encages, y tambien habia una reproduccion en bronce de la Venus de Medicis en el centro de una fuente que dominaba el local. En torno a la fuente habia parejas abrazandose. Nos hicimos un hueco en la barra y pedimos alcohol. Toya me puso una mano en el cuello y acerco mi cara hasta ella para besarme. Lo hizo mientras yo bebia el primer trago. Yo ... (ver texto completo)
Pedi que me llenaran de nuevo el vaso. Toya me acariciaba la cabeza y sonreia. Las luces del techo giraban. Me escocia lo poco que yo alcanzaba a pensar, pero la anestesia del ron me iba amortiguando el dolor. Pedi otro vaso, bebi un trago largo y todo se fue desvaneciendo. En torno a mi se fue trazando una frontera borrosa. Unicamente era dueño de alguna primitiva sensacion de existencia. De donde eres, le grite a Toya, que se movia al compas de aquella musica del infierno, y me respondio, de Senegal, ... (ver texto completo)
Toya siguio hablando, pero yo no la escuchaba porque aquello que habia dicho se habia estirado y ensanchado y estaba ocultando todo lo demas, aquello que habia dicho me habia azotado la cara porque yo no habia tenido antes ninguna referencia de ello, ni siquiera lo habia imaginado, y entonces, no se muy bien porque lo hice, bese a Toya con toda la violencia que un hombre es capaz de poner en los labios, como si estuviera violando su boca, quiza para triturar aquellas palabras en sus dientes con mis ... (ver texto completo)
Entramos en un lugar ruidoso y abarrotado de seres extraños. Habia ropas de cuero, pelucas de colores, sombreros vaqueros y ropa interior con puntillas y encages, y tambien habia una reproduccion en bronce de la Venus de Medicis en el centro de una fuente que dominaba el local. En torno a la fuente habia parejas abrazandose. Nos hicimos un hueco en la barra y pedimos alcohol. Toya me puso una mano en el cuello y acerco mi cara hasta ella para besarme. Lo hizo mientras yo bebia el primer trago. Yo ... (ver texto completo)
Tendrias que ver con que elegancia bajaba y subia las escaleras, sobre todo cuando se ponia el traje nuevo y el sombrero para ir al cine, eso fue lo que me dijo Toya, y yo queria saber mas y le pregunte que como era, y ella dijo, era alguien especial, y volvi a preguntar, que quieres decir, y ella respondio, bueno, yo no me explico bien, no se, a mi me gustaba sentarme con ella en la escalera para que me hablara de la gente de Paris, y me daba consejos sobre este oficio mio, Que tambien habia sido ... (ver texto completo)
Toya siguio hablando, pero yo no la escuchaba porque aquello que habia dicho se habia estirado y ensanchado y estaba ocultando todo lo demas, aquello que habia dicho me habia azotado la cara porque yo no habia tenido antes ninguna referencia de ello, ni siquiera lo habia imaginado, y entonces, no se muy bien porque lo hice, bese a Toya con toda la violencia que un hombre es capaz de poner en los labios, como si estuviera violando su boca, quiza para triturar aquellas palabras en sus dientes con mis dientes o para provocar un incendio con los musculos de las lenguas, un incendio que nos quemara a los dos. Que haces, me dijo, no quiero que nadie me bese en la boca, y me empujo contra las verjas. Dije, vamonos, y volvio a colgarse de mi brazo. ... (ver texto completo)
Caminamos mucho rato y en silencio, ella cogida de mi brazo y yo observando a la gente. Le pregunte si habia conocido a una mujer que habia vivido en la pension del tercero, y ella me pregunto, la actriz, y le dije que si, claro que la conoci, y entonces me detuve y mire a aquella mujer de la que solo sabia que se llamaba Toya y que era prostituta, y de la que tambien acababa de saber que habia conocido a mi madre, la mire y le dije, era mi madre. Nos quedamos apoyados contra la verja de unos jardines. ... (ver texto completo)
Tendrias que ver con que elegancia bajaba y subia las escaleras, sobre todo cuando se ponia el traje nuevo y el sombrero para ir al cine, eso fue lo que me dijo Toya, y yo queria saber mas y le pregunte que como era, y ella dijo, era alguien especial, y volvi a preguntar, que quieres decir, y ella respondio, bueno, yo no me explico bien, no se, a mi me gustaba sentarme con ella en la escalera para que me hablara de la gente de Paris, y me daba consejos sobre este oficio mio, Que tambien habia sido ... (ver texto completo)
Tambien habia gente acomodada en los alfeizares mirando pasar las horas por encima de aquella noche.
Toda esta gente esta sola, le dije, y ella me dijo, no lo creas. Me pregunto, hacia donde vamos, y le respondi que no lo sabia.
Caminamos mucho rato y en silencio, ella cogida de mi brazo y yo observando a la gente. Le pregunte si habia conocido a una mujer que habia vivido en la pension del tercero, y ella me pregunto, la actriz, y le dije que si, claro que la conoci, y entonces me detuve y mire a aquella mujer de la que solo sabia que se llamaba Toya y que era prostituta, y de la que tambien acababa de saber que habia conocido a mi madre, la mire y le dije, era mi madre. Nos quedamos apoyados contra la verja de unos jardines. ... (ver texto completo)
Hola y buenos dias para todos.
Gaviota ¿estas segura de que leiste todo lo que yo copie de esta novela?, me parece que lo tendras que pensar un poco, o repasar.
Don Justo puede que se muera o puede que no. ¿Tu que crees?.
Laura le saca me parece que catorce años al mediquin, que dicho sea de paso no le toco una vida precisamente muy facil. Segun la forma de ser de los asturianos, y porque no, de los españoles, ¿crees normal que lleguen a algo serio?
Pero si te fijas en lo que leiste, podras ver ... (ver texto completo)
Hola José mel, buenos días... Mira me has tenido leyendo hasta las cinco de la mañana... Tiene mucho mérito lo que estás haciendo, porque en esta ventana además de paisajes, está lleno de contenido. Me he saltado algún párrafo, ahora me he enterado que con Etelvina, también hubo tema. Y la marcha de su madre, según leo puede ser debido, a algo fuerte, que ha podido pasar con el hijo...

A la pregunta que me haces sobre Laura, que ya le qué?... Será que ya no quiere nada con él?... pero está deseando. ... (ver texto completo)
Hola y buenas tardes para todos.
Victoria que pases un buen dia y te mando un abrazo.
Buenas noches Jose Mel, y un buen descanso
Un abrazoooooooooooooooooo
Jose Ramon, otro abrazo muy fuerte para ti, bueno para vosotros y para tus padres, espero que sigais disfrutando los cuatro juntos, algo de lo que me alegro, que este ocurriendo.
Buenas noches Jose Mel, mis padres ya estan en Turón, pero disfrutar si que disfrutamos.
Habia gente en los soportales con la mirada estrangulada contra una jeringuilla vacia y gente derrumbada en los bancos con la cara blanca y los ojos abiertos sin mirar a ninguna parte y mujeres limpiandose la baba provocada por los excesos y hombres contra los muros recapacitando. Habia gente recogiendo flores de las basuras ante la mirada aprensiva de los gatos y tambien habia criaturas calidas y calientes como la cera de una vela encendida que mendigaban por los bordillos el amor inmediato. Toya ... (ver texto completo)
Tambien habia gente acomodada en los alfeizares mirando pasar las horas por encima de aquella noche.
Toda esta gente esta sola, le dije, y ella me dijo, no lo creas. Me pregunto, hacia donde vamos, y le respondi que no lo sabia.
Toya caminaba pegada a mi, cogida de mi brazo. Habia gente en las paradas esperando los autobuses nocturnos. Los hombres iban en mangas de camisa y algunas mujeres llevaban chaquetas atadas a la cintura. Una grua retiraba un coche de la puerta de un garaje. Dentro de cuatro horas amanecera, me dijo Toya, y le dije, si, y ella continuo, si quieres podemos ver amanecer desde la terraza de aquel hotel. Mire hacia donde ella señalaba, pero no vi ningun hotel.
Habia gente en los soportales con la mirada estrangulada contra una jeringuilla vacia y gente derrumbada en los bancos con la cara blanca y los ojos abiertos sin mirar a ninguna parte y mujeres limpiandose la baba provocada por los excesos y hombres contra los muros recapacitando. Habia gente recogiendo flores de las basuras ante la mirada aprensiva de los gatos y tambien habia criaturas calidas y calientes como la cera de una vela encendida que mendigaban por los bordillos el amor inmediato. Toya ... (ver texto completo)
Debia de ser muy tarde, pero la vieja pelirroja del primero seguia junto a la puerta sentada en el sillon de playa, aunque ya no hacia ganchillo. Le pregunte por Toya, la mujer con quien me habia tropezado en la escalera. Se levanto de la silla y me dijo, pasa, pero le dije que no, que no queria pasar, que queria pagar los servicios de Toya para que me acompañara. Entro a buscarla.
Toya caminaba pegada a mi, cogida de mi brazo. Habia gente en las paradas esperando los autobuses nocturnos. Los hombres iban en mangas de camisa y algunas mujeres llevaban chaquetas atadas a la cintura. Una grua retiraba un coche de la puerta de un garaje. Dentro de cuatro horas amanecera, me dijo Toya, y le dije, si, y ella continuo, si quieres podemos ver amanecer desde la terraza de aquel hotel. Mire hacia donde ella señalaba, pero no vi ningun hotel.
Cuando entre de nuevo en el cuarto para disponerme a dormir me quede observando la cama y las paredes y el espejo y la caja de carton. Fue como si todo me estuviera mirando con rabia. Me asome a la ventana y no vi nada, solo un patio lleno de sombras. Me mire al espejo del aparador y pronuncie mi nombre una y otra vez, como habia hecho en otras ocasiones, una y otra vez hasta que se convirtio en una palabra sin sentido, y en el espejo aquel, una vez perdido el nombre, senti esa fuerza triste que ... (ver texto completo)
Debia de ser muy tarde, pero la vieja pelirroja del primero seguia junto a la puerta sentada en el sillon de playa, aunque ya no hacia ganchillo. Le pregunte por Toya, la mujer con quien me habia tropezado en la escalera. Se levanto de la silla y me dijo, pasa, pero le dije que no, que no queria pasar, que queria pagar los servicios de Toya para que me acompañara. Entro a buscarla.
Siguio hablandome de mi madre, veras, escucha esto que te voy a decir y tomatelo como lo que es, solo como lo que es, por Dios te lo pido, solo como lo que es, escucha, tu madre, y lo digo con todo el dolor de mi corazon, no estaba bien, no, no estaba bien, seria por tantos sufrimientos o seria por los años de la bebida, pero ella no estaba bien no actuaba ni razonaba como una persona normal, aunque bien sabes tu, porque eres medico, que normal, lo que se dice normal, no hay nadie sobre la tierra, ... (ver texto completo)
Cuando entre de nuevo en el cuarto para disponerme a dormir me quede observando la cama y las paredes y el espejo y la caja de carton. Fue como si todo me estuviera mirando con rabia. Me asome a la ventana y no vi nada, solo un patio lleno de sombras. Me mire al espejo del aparador y pronuncie mi nombre una y otra vez, como habia hecho en otras ocasiones, una y otra vez hasta que se convirtio en una palabra sin sentido, y en el espejo aquel, una vez perdido el nombre, senti esa fuerza triste que ... (ver texto completo)
Camila se cogio el plato de las patatas con carne y se las fue dando a su sobrina con la mano, y me aclaro, es que con el tenedor se pincha.
Siguio hablandome de mi madre, veras, escucha esto que te voy a decir y tomatelo como lo que es, solo como lo que es, por Dios te lo pido, solo como lo que es, escucha, tu madre, y lo digo con todo el dolor de mi corazon, no estaba bien, no, no estaba bien, seria por tantos sufrimientos o seria por los años de la bebida, pero ella no estaba bien no actuaba ni razonaba como una persona normal, aunque bien sabes tu, porque eres medico, que normal, lo que se dice normal, no hay nadie sobre la tierra, ... (ver texto completo)
Al cabo de un rato volvi a escuchar nitidas las palabras de Camila, pero come, anda, come, que se esta quedando frio, mira que hablo, me pongo a hablar y a hablar y pierdo el conocimiento, pero sabras perdonarme. Le dije que si, que no solo la perdonaba sino que le agradecia mucho que me hablara de mi madre, y que podia seguir, que no importaba que la comida se quedara fria porque no tenia mucha hambre.
Camila se cogio el plato de las patatas con carne y se las fue dando a su sobrina con la mano, y me aclaro, es que con el tenedor se pincha.
Camila continuo hablando. Segui pensando en Amelia, preguntandome porque aquella mujer no me habria dicho nada de mi madre.
Al cabo de un rato volvi a escuchar nitidas las palabras de Camila, pero come, anda, come, que se esta quedando frio, mira que hablo, me pongo a hablar y a hablar y pierdo el conocimiento, pero sabras perdonarme. Le dije que si, que no solo la perdonaba sino que le agradecia mucho que me hablara de mi madre, y que podia seguir, que no importaba que la comida se quedara fria porque no tenia mucha hambre.
Hola y buenos dias para todos.
Los pies calientes y la cabeza fria, ese era un consejo que nos daban los que tenian algunos años mas que nosotros, porque a ellos les habian dicho lo mismo, cuando tenian los nuestros años, yo con el tiempo lo comprendi y se que era oportuno, y lo practico si me parece oportno.
Gaviota, para no te interrimpir, de momento me voy a la fiesta del oso.
Luego seguire con el medicucu. Por cierto no me dices nada de lo que te pregunte acerca de él.
Buenos días José Mel. Pues el medicucu, no sé como acabará, ahora que sabe más de su madre... haber si mejora su estado de ánimo, tan melancólico que tiene. Yo pienso que si muere don Justo se irá con Laura, que como tú dices le tiene bien orientado.
Interrumpi a Camila para decir, como que una bruja. Me explico que no se trataba de ninguna magia adivinatoria, que la tal bruja me conocia, que habia sido paciente mia. Pense en Amelia, si, tenia que haber sido Amelia, aquella nujer que echaba las cartas y que no cuidaba su diabetes.
Camila continuo hablando. Segui pensando en Amelia, preguntandome porque aquella mujer no me habria dicho nada de mi madre.
Pasamos a la sala y ella iba murmurando, ah, el bueno de Tobias, se quedo encogido como un pajarito, fue ahi, en el sofa, mientras tu madre le leia uno de esos libros de Paris que a ella le gustaban tanto, el no los entendia, creo que no los entendia, pero la escuchaba y la miraba como si la estuviera adorando, porque la adoraba, el hubiera hecho por ella lo que ella le hubiera pedido, y no estoy exagerando, queria volver, quiero que lo sepas, tu madre queria volver, pero estaba esperando una señal, ... (ver texto completo)
Interrumpi a Camila para decir, como que una bruja. Me explico que no se trataba de ninguna magia adivinatoria, que la tal bruja me conocia, que habia sido paciente mia. Pense en Amelia, si, tenia que haber sido Amelia, aquella nujer que echaba las cartas y que no cuidaba su diabetes.
Camila llego y me pregunto si iba a quedarme, y le dije, a quedarme donde, y ella contesto, aqui, donde va a ser, esto es una pension y en algun sitio tendras que dormir, y dije, bueno, esta bien. Me explico, tu madre estaba bien aqui con su amigo Tobias, y le pregunte si aun vivia alli ese Tobias, y me respondio sorprendida, no, que va, si Tobias murio dos meses antes que tu madre.
Pasamos a la sala y ella iba murmurando, ah, el bueno de Tobias, se quedo encogido como un pajarito, fue ahi, en el sofa, mientras tu madre le leia uno de esos libros de Paris que a ella le gustaban tanto, el no los entendia, creo que no los entendia, pero la escuchaba y la miraba como si la estuviera adorando, porque la adoraba, el hubiera hecho por ella lo que ella le hubiera pedido, y no estoy exagerando, queria volver, quiero que lo sepas, tu madre queria volver, pero estaba esperando una señal, ... (ver texto completo)
Pensaba, manoseando y contemplando las cosas de aquella caja, que recordar no era lo mismo que sentir, porque recordar era como pasar las hojas de un diccionario que alguna vez habias escrito, pasarlas una a una, despacio, para que ninguna palabra se desprendiera, y sentir era otra cosa, sentir era nacer y morir al mismo tiempo, era a la vez humildad y soberbia, era arrancarse la piel a mordiscos y mirar arriba con la boca sangrienta y la sonrisa del idiota, era perecer y renacer en un mismo sentimiento. ... (ver texto completo)
Camila llego y me pregunto si iba a quedarme, y le dije, a quedarme donde, y ella contesto, aqui, donde va a ser, esto es una pension y en algun sitio tendras que dormir, y dije, bueno, esta bien. Me explico, tu madre estaba bien aqui con su amigo Tobias, y le pregunte si aun vivia alli ese Tobias, y me respondio sorprendida, no, que va, si Tobias murio dos meses antes que tu madre.
Cada objeto era como una revelacion. Las fotos de Paris, un pequeño manual de un zodiaco siniestro, una novia remontando sobre nubes y sorbiendo el lucero del alba y mi padre radiante a su lado, una rama seca de laurel, una manoseada guia de las calles de Paris, aquella novela mia que habia merecido un premio embuelta en papel de celofan, una caja con hilos y botones y agujas, la foto de Tamar saltando a la comba, un manojo de pendientes baratos y exoticos guardados en un sobre blanco, varios mecheros ... (ver texto completo)
Pensaba, manoseando y contemplando las cosas de aquella caja, que recordar no era lo mismo que sentir, porque recordar era como pasar las hojas de un diccionario que alguna vez habias escrito, pasarlas una a una, despacio, para que ninguna palabra se desprendiera, y sentir era otra cosa, sentir era nacer y morir al mismo tiempo, era a la vez humildad y soberbia, era arrancarse la piel a mordiscos y mirar arriba con la boca sangrienta y la sonrisa del idiota, era perecer y renacer en un mismo sentimiento. Tambien pensaba, sentado en la cama que habia sido de mi madre, que quiza necesitara ser juzgado y condenado sin apelacion, empujado hacia el lugar de los que guardan silencio, al patibulo de los seres sin brazos para levantar que no saben moverse en otro tiempo ni vivir detras de otros espejos, pero tambien pense que quiza mis pensamiento se habian puesto tan tristes que estaban huyendo de la realidad para ocultarse una vez mas en la poesia, asi que deje de pensar de aquella manera tan neutra, tan abstracta, y guarde las cosas en la caja. ... (ver texto completo)
Camila me paso a un cuarto diminuto donde me dijo que habia vivido mi madre sus ultimos años y saco de un aparador con espejo una caja de carton. Me dijo, aqui esta todo, pobre Gracia, la poca ropa que tenia la queme, Dios, no merecio ese final, y volvio a llorar Camila y su cara de miga de pan se convirtio en una cara de cera chorreante, y me dijo con una familiaridad que me dejo sin argumentos, anda, sientate a curiosear mientras te preparo algo de cenar, porque tendras hambre, claro que tienes ... (ver texto completo)
Cada objeto era como una revelacion. Las fotos de Paris, un pequeño manual de un zodiaco siniestro, una novia remontando sobre nubes y sorbiendo el lucero del alba y mi padre radiante a su lado, una rama seca de laurel, una manoseada guia de las calles de Paris, aquella novela mia que habia merecido un premio embuelta en papel de celofan, una caja con hilos y botones y agujas, la foto de Tamar saltando a la comba, un manojo de pendientes baratos y exoticos guardados en un sobre blanco, varios mecheros ... (ver texto completo)
Continuo hablando hasta que dije, vengo a recoger las cosas de mi madre, ya, ya lo supongo, y me obligo a sentarme en un sillon de guatapercha, junto a la mujer de la silla de ruedas que seguia mirando la lampara. Me ofrecio unas aceitunas y una cerveza y se inclino a llorar frente a mi. Entre sollozos me dijo, en ese sillon se sentaba tu madre a escrivir en sus libretas o a mirar las fotos de las revistas o a leerle a Tobias los libros de Paris, y fue como si todos aquellos objetos de aquella sala, ... (ver texto completo)
Camila me paso a un cuarto diminuto donde me dijo que habia vivido mi madre sus ultimos años y saco de un aparador con espejo una caja de carton. Me dijo, aqui esta todo, pobre Gracia, la poca ropa que tenia la queme, Dios, no merecio ese final, y volvio a llorar Camila y su cara de miga de pan se convirtio en una cara de cera chorreante, y me dijo con una familiaridad que me dejo sin argumentos, anda, sientate a curiosear mientras te preparo algo de cenar, porque tendras hambre, claro que tienes ... (ver texto completo)
Segun hacia el angulo al que yo dirigia mi desconcirto, el olor era distinto, de legia hacia los suelos de tarima nudosa, de alcanfor por la penumbra del pasillo, de repollo hervido hacia una puerta de cristales con cortinas, y de medicinas, a mi derecha olia a esos jarabes expectorantes del color de la fresa, y mire hacia ese lado, y alli habia una mujer sin edad, sentada en una silla de ruedas, babeando, con los gestos perdidos y la mirada colgando de una lampara de lagrimas que iluminaba la sala. ... (ver texto completo)
Continuo hablando hasta que dije, vengo a recoger las cosas de mi madre, ya, ya lo supongo, y me obligo a sentarme en un sillon de guatapercha, junto a la mujer de la silla de ruedas que seguia mirando la lampara. Me ofrecio unas aceitunas y una cerveza y se inclino a llorar frente a mi. Entre sollozos me dijo, en ese sillon se sentaba tu madre a escrivir en sus libretas o a mirar las fotos de las revistas o a leerle a Tobias los libros de Paris, y fue como si todos aquellos objetos de aquella sala, ... (ver texto completo)
Hola y buenas tardes para todos.
Gaviota antes te vi entretenida y te dege tranquila. Luego no pude seguir hasta ahora.
Si, el medico anda por ahi, si teneis gripe o algo perecido aprovechar la ocasion.
Pero tener cuidado, igual se va para..... (¿para donde se podria ir?), igual quiere que vayais con el. Quien sabe a donde.
Ya has visto, hoy tenía ganas de ver flores, de poner parte de la flora de Turón. Necesitaba serenarme un poco.
Cualquiera mete a este médico en casa, yo le veo de poco fiar... jajajaj
Pero creo que en el Hostal que se ha metido ahora va a estar contento... Haber si se le quita esa tristeza que tiene encima... Un poco pesimista le veo yo....
¿Y que pasará ahora con don Justo? Se pondrá bien...?
Claro que me acuerdo de todo eso. Les muyeres de Carcarosa toes pendientes de ello, que pena que aun no tenien piles los aparatos, sino cualquiera pasaba por donde el lavaderu a eses hores.
Por cierto ¿que sabes de doña Elena Francis?, menuda cara dura que tenia la paisana.
Lo que pasa, que a esas horas, el lavaderu estaría vacio. Yo, cuando no podía ver "simplemente María" le preguntaba a mi madre que había pasado. La protagonista de la novela, me acuerdo que era una modista con una voz muy dulce.
Y de Elena Francis, creo que al final era un hombre, si no me equivoco...
Hola y buenas tardes para todos.
Victoria que estes pasando un buen dia y mandarte un abrazo.
Buenas tardes Jose Mel.
El dia fue estupendo, la tarde se nublo un poco
Feliz tarde
Un abrazoooooooooooooooo
Soy el hijo de Gracia, le dije, y mis palabras me recordaron alguna evangelica anunciacion porque era la primera vez que me presentaba ante alguien de aquella forma. La mujer grande cayo en una extraña fascinacion. Sus ojos verdes y cada vez mas desmedidos me miraron muy atras, mas atras del tiempo que yo habia traido hasta aquella pension. Me dijo yo soy Camila, y me abrazo efusivamente, con una voracidad que me hizo aun mas insignificante de lo que ya me sentia. Por Dios, por Dios, exclamaba y ... (ver texto completo)
Segun hacia el angulo al que yo dirigia mi desconcirto, el olor era distinto, de legia hacia los suelos de tarima nudosa, de alcanfor por la penumbra del pasillo, de repollo hervido hacia una puerta de cristales con cortinas, y de medicinas, a mi derecha olia a esos jarabes expectorantes del color de la fresa, y mire hacia ese lado, y alli habia una mujer sin edad, sentada en una silla de ruedas, babeando, con los gestos perdidos y la mirada colgando de una lampara de lagrimas que iluminaba la sala. ... (ver texto completo)
Asi llegue frente a la puerta del tercer piso. Mire al suelo y vi mis zapatos alli abajo, lejos flotando sobre el crucigrama de las baldosas, y el suelo tambien tenia manchas, un ancla oxidada, un mapa desconocido, una raiz, un carambano, y el crucigrama salto hecho pedazos y tambien la cal desconchada y las manchas de Rorschach cuando se abrio la puerta y aparedio el chorro de luz. Las putas estan en el primero, me dijo aquella mujer interminable de caderas y pechos desmedidos, de boca y ojos desmedidos, ... (ver texto completo)
Soy el hijo de Gracia, le dije, y mis palabras me recordaron alguna evangelica anunciacion porque era la primera vez que me presentaba ante alguien de aquella forma. La mujer grande cayo en una extraña fascinacion. Sus ojos verdes y cada vez mas desmedidos me miraron muy atras, mas atras del tiempo que yo habia traido hasta aquella pension. Me dijo yo soy Camila, y me abrazo efusivamente, con una voracidad que me hizo aun mas insignificante de lo que ya me sentia. Por Dios, por Dios, exclamaba y me llevo casi en volandas hasta el centro de una sala abarrotada de muebles, de cojines de colores decaidos, de lienzos de gallos y de bodegones, de platos de ceramica colgando de las paredes. ... (ver texto completo)
En las paredes desconchadas adivinaba figuras negras, como manchas de tinta de aquel Rorschach de los simbolos y los criterios, una araña urdiendo la cal destrozada y virutas de un espejo donde ella se miraba con los brazos abiertos y un niño en camison montado en un caballo de ajedrez y con una vela en la mano y un baul en forma de pelvis flotando en un rio de lava y murcielagos y enormes fosas nasales y una estrella de mar y huellas dactilares. Todo lo veia yo con angustia, como si aquellas paredes ... (ver texto completo)
Asi llegue frente a la puerta del tercer piso. Mire al suelo y vi mis zapatos alli abajo, lejos flotando sobre el crucigrama de las baldosas, y el suelo tambien tenia manchas, un ancla oxidada, un mapa desconocido, una raiz, un carambano, y el crucigrama salto hecho pedazos y tambien la cal desconchada y las manchas de Rorschach cuando se abrio la puerta y aparedio el chorro de luz. Las putas estan en el primero, me dijo aquella mujer interminable de caderas y pechos desmedidos, de boca y ojos desmedidos, ... (ver texto completo)
La calle era muy estrecha y con las fachadas sucias. En los balcones de hierro habia macetas con geranios y bombonas de butano. En el numero siete, una placa mugrienta con letras azules anunciaba, <Pension Camila, tercero centro>. En el patio habia olor a legia y dos araucarias enfermas. Bajo un arco ojival partian tres escaleras. Tome la del centro. Los peldaños tenian algunos baldosines sueltos. Una joven negra se cruzo conmigo y me alargo los pechos grandes hasta rozarme. Me pregunto si iba al ... (ver texto completo)
En las paredes desconchadas adivinaba figuras negras, como manchas de tinta de aquel Rorschach de los simbolos y los criterios, una araña urdiendo la cal destrozada y virutas de un espejo donde ella se miraba con los brazos abiertos y un niño en camison montado en un caballo de ajedrez y con una vela en la mano y un baul en forma de pelvis flotando en un rio de lava y murcielagos y enormes fosas nasales y una estrella de mar y huellas dactilares. Todo lo veia yo con angustia, como si aquellas paredes ... (ver texto completo)
Madrid fue para mi, en aquel momento de transito hacia las ultimas cosas de mi madre, como un cuerpo grotesco que quisiera anularme, y el vaiven de mi respiracion, las pulsaciones de mis muñecas y la logica de mi entendimiento se fueron volviendo irregulares. Pare un taxi. Las luces rojas iban trazando cicatrices sobre los brazos y la cara del taxista. Veintisiete años llevo al volante del taxi y aqui me tiene, me dijo aquel hombre arrugado y con ojos de visionario. Le pregunte si la calle que le ... (ver texto completo)
La calle era muy estrecha y con las fachadas sucias. En los balcones de hierro habia macetas con geranios y bombonas de butano. En el numero siete, una placa mugrienta con letras azules anunciaba, <Pension Camila, tercero centro>. En el patio habia olor a legia y dos araucarias enfermas. Bajo un arco ojival partian tres escaleras. Tome la del centro. Los peldaños tenian algunos baldosines sueltos. Una joven negra se cruzo conmigo y me alargo los pechos grandes hasta rozarme. Me pregunto si iba al ... (ver texto completo)
Madrid fue para mi, en aquel momento de transito hacia las ultimas cosas de mi madre, como un cuerpo grotesco que quisiera anularme, y el vaiven de mi respiracion, las pulsaciones de mis muñecas y la logica de mi entendimiento se fueron volviendo irregulares. Pare un taxi. Las luces rojas iban trazando cicatrices sobre los brazos y la cara del taxista. Veintisiete años llevo al volante del taxi y aqui me tiene, me dijo aquel hombre arrugado y con ojos de visionario. Le pregunte si la calle que le ... (ver texto completo)
Ya veo que tengo el médico en Madrid buscando a su madre, le seguiré la pista para ver si tiene suerte....