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Mensajes enviados por José Mel Z..L.:

-No sé bien dónde me duele, quizá esté soñando con el dolor y la herida sea el sueño mismo.
- ¿Qué es lo que te pasa, Clara?
-No sé bien si beso o un hálito febril lo que tengo en los labios.
-Quisiera besarte con un beso suave y eterno.
-No sé bien si me duelen los huesos o la carne que los cubre.
- ¿Qué te duele, Clara?
-Acariciame, Juan.
Juan miró instintivamente hacia el techo al oír las palabras de la vieja. Pensó en el Dolor, en la Dicha, en la Inocencia, en la Verdad, en el Amor, como seres orgánicos, vivientes. Miró de nuevo hacia Clara y encontró sus ojos brillantes, como un aleluya. La besó de nuevo. Esta vez en los labios. Percibió un leve suspiro caliente. Nadie decía nada. Ni siquiera el viento. Hizo un gesto para que lo dejaran solo con su mujer. Todos se fueron. Rufo cerró la puerta al salir.
-Hay demasiados pájaros revoloteando por esta alcoba.
En la sala había silencio, pero no lo creía asi la anciana Angustias.
Juan besó a su mujer en la frente y sintío la palidez de su piel en los labios. Clara quiso hablar y no encontró palabras, sólo alguna sílaba suelta, pensamientos, ni siquiera gestos.
La lluvia dejaba la peste del tedio, contaminando el aire, calando los ánimos como un tumor incurable, y los corazones se iban tornando tibios, inevetablemente apáticos. Aquella tarde lucía el sol por encima de Los Pontones y sin embargo aún se masticaba el sabor del tedio del día antes.
-Son como letanías de lluvia que se prolongan en un eco eterno.
Rapida actividad, no largas meditaciones, es la garantia de buen exito.

JOHANN CHRISTOPH FRIEDRICH VON SCHILLER.
La meditacion es el ojo del alma.

VOLTAIRE.
Si no me engaño me parece buena la siguiente proporcion: cinco partes de lectura, cuatro de meditacion, tres de escritura, que la lima reducira a dos, y de estas dos sacar solo una a la luz publica.

JUAN LUIS VIVES.
Nada es imposible al que practica la meditacion, con la meditacion nos hacemos dueños del universo.

LAO TSE.
La meditacion religiosa es el sentimiento mas intimo que el hombre puede experimentar.

MADAME DE STÂEL.
Ten paciencia y persevera en el santo ejercicio de la meditacion.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Quien no medita, es como el que no se mira nunca al espejo. No le importa salir desaliñado, pues, aun sin saberlo, puede haberse ensuciado.

SAN PIO DE PIELTRCINA.
Pronto creceras y seras abeja adulta y produciras miel. Cuando andes mal de tiempo, es mejor la meditacion que la oracion, pues es mas fructuosa.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
¿Por que os afligis si no llegais a meditar tal y como quisierais?

SAN PIO DE PIELTRECINA.
La meditacion no es un medio para elevarse hacia Dios, sino un fin. Tiende a amar a Dios y al projimo. Amad a Dios con toda vuestra alma y sin reservas.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
En los libros se busca a Dios. En la meditacion se le encuentra.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
El que medita, dirige sus pensamientos a Dios, espejo de su alma. Trata de conocer sus defectos. Hace lo posible por conseguirlos. Frena sus impulsos. Ordena su conciencia.

SAN PIO DEE PIELTRECINA.
Determinad cuanto durara la meditacion y no capituleis antes de tiempo, incluso a costa de grandes sacrificios.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Contentate, por ahora, de ser una abeja recien nacida.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Contentate de comenzado poco a poco hasta que tus piernas te consientan correr, mejor todavia, tus alas, volar. Date por satisfecho obedeciendo. Esto no es poco ni facil para un alma consagrada a Dios.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Aunque no logreis hacer una meditacion perfecta, no desistais por ello. Si las distracciones se multiplican, no os desanimeis. Ejercitaos en la paciencia, os enriqueceis lo mismo.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
Amad al projimo como a vosotros mismos y habreis conseguido el fin principal de la oracion.

SAN PIO DE PIELTRECINA.
La meditacion es una forma de contemplar el flujo de la vida desde fuera, de salirte de ti mismo y de ponerte en la posicion del testigo.

SALVADOR PANIKER.
Buscad leyendo y hallareis meditando.

SAN JUAN DE LA CRUZ
Es fundamental dedicar media hora a la meditacion; si estas muy ocupado, entonces precisaras una hora.

SAN FRANCISCO DE SALES.
La filosofia es una meditacion de la muerte.

ERASMO DE ROTTERDAM.
La plegaria es hablar a Dios; la meditacion es escuchar a Dios.

DIANA ROBINSON.
Al meditar no nos alejamos de la sociedad, no nos escapamos de ella, sino muy por el contrario, nos preparamos para reinsertarnos adecuadamente en ella.

THICH NHAT HANH.
La meditacion y la oracion alimentan el alma.

OG MANDINO.
A todo hombre le es concedido conocerse a si mismo y meditar sabiamente.

HERACLITO DE EFESO.
Recogimiento, padre divino de todo lo grande.

FRANZ GRILLPARZER.
Descubri el secreto del mar al meditar acerca de una gota de rocio.

KAHLIL GIBRAN.
La ciencia y la meditacion son los primeros grados del conocimiento y solo el extasis conduce a las verdades eternas.

ANATOLE FRANCE.
Los que leen mucho, mucho saben; pero los que observan y meditan saben a veces mucho mas.

ALEJANDRO DUMAS (HIJO)
Oir o leer sin reflexionar es una ocupacion inutil.

CONFUCIO.
Toda la vida de los filosofos es una meditacion sobre la muerte.

MARCO TULIO CICERON.
Quienes no meditan ni han aprendido a estar solos, viven en prision consigo mismos y tal vez tambien con otros.

THOMAS BROWNE.
La verdad en si misma solo puede ser alcanzada dentro de uno mediante la mas profunda meditacion y conciencia.

BUDA.
La lluvia dejaba la peste del tedio, contaminando el aire, calando los ánimos como un tumor incurable, y los corazones se iban tornando tibios, inevetablemente apáticos. Aquella tarde lucía el sol por encima de Los Pontones y sin embargo aún se masticaba el sabor del tedio del día antes.
Clara Luz Fernandez Moro, la niña de la mirada verde y quebradiza apariencia, la esposa de cuerpo grácil que un día habia sentido la dicha como un presentimiento, seguia esperando, entre carraspeos empalagosos, caricias de rocío y sueños de plata, sobre la cama de níquel y, mientras lo hacia, el verde de sus ojos se iba perdiendo en una lejanía incierta, alarmante, quizá preludio inapelable de la última y fatal indiferencia.
Clara Luz sintió en el zaguán las voces de Juan Damasceno y de su padre. Llegaban de la mina. Estaban negros y sudorosos, pues andaba la tarde calinosa y el aire espeso. Ambos subieron a ver a Clara antes de zambullirse en el agua del barcal.
Aida y Soledad salieron a la calle en busca de sus amigas (Veredigna Costales, Remedios Tuñón, Irmina Alonso y Julita Odalisca). Todas juntas corrieron hacia la Ermita para jugar a la cherrasquina o a la cochapeza o a zurriágame la melunga, bajo la higuera centenaria (que muchos eran los juegos que inventaban los niños de Peñafonte, quizá para espantar el tedio insufrible que acechaba en el aire y del que ellos aun no tenían noticia, indiferentes ante la indiferencia misma.
La anciana Angustias tenia la voz afilada y menuda, como el canto de un gorrión, salpicada de residuos de aire mal respirado.
-Son, Aida, como los sentimientos. Algunas, enardecidas con el calor de la danza, se tornan generosas y salen a prender su amor en algunos corazones apacibles. Otras, perfidas y maliciosas, recorren caseríos y poblados buscando a los niños más hermosos, transformándose en cuélebres (si su enfado es grande), pregonándoles el futuro infausto a las gentes, tornándose lavanderas para, mezcladas entre las jóvenes vírgenes, chapotear en el agua y acabar así confundiendo sus quereres.