Cuatro jovenes monjes discutian un día sobre el peor sufrimiento de este mundo.
- Es el amor, dijo uno.
- Es el hambre, dijo el segundo.
- Es el odio, dijo el tercero.
- Es el temor, dijo el cuarto.
Y disputaban y cada uno sostenía su opinión.
De pronto llegó el Buddha y les preguntó el tema de su disputa. Cuando todos le hubieron expuesto su idea, les dijo:
Vuestras razones no van al fondo de la cuestión. Todos los males vienen del hecho de tener un cuerpo. El amor, el hambre, el odio de un enemigo, el temor de una desgracia, y todos los demás sufrimientos, solo alcanzan a un ser porque este tiene un cuerpo. El cuerpo es la raíz y el origen de todos los males, de todas las penas, de todas las preocupaciones.. El egoísmo y su consecuencia, la muerte, la enfermedad, todo esto viene del cuerpo. El peor de los males es tener un cuerpo. Así pues, quien quiera salir del sufrimiento debe buscar, mediante la práctica de la abstención y de la abstración, el reposo final en la extinción,
que es la felicidad suprema.
"Antoño cuatro animales que vivian en una cueva discutian sobre la misma cuestión. El amor irresistible es el más peligroso de todos los males, dijo la paloma. Es el hambre que hace caer en las redes y en las trampas, dijo el cuervo. Es el odio envenenado, dijo la serpiente. Es el temor perpetuo, dijo la gacela... No, dijo un un monje que les había escuchado; el peor de todos los males es tener un cuerpo.
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