Un pajaro de papel en el pecho
dice que el tiempo de los besos no ha llegado;
vivir, vivir, el sol cruje invisible,
besos o pajaros, tarde o pronto o nunca.
Para morir basta un ruidillo,
el de otro corazon al callarse,
o ese regazo ajeno que en la tierra
es un navio dorado para los pelos rubios.
Cabeza dolorida, sienes de oro, sol que va a ponerse;
aqui en la
sombra sueño con un
rio,
... (ver texto completo)