Salvador tocaba sin partitura y tenía un repertorio de unas cuantas canciones que se repetían, como un carrusel, a lo largo de la noche. Costaba un tiempo familiarizarse con las peculiares versiones que hacía de las canciones, pero todos terminábamos danzando al son del fuelle de su acordeón. En la época en que todo era música regional, pasodobles, boleros y valses, parecía que el ritmo que Salvador imprimía a su acordeón era el justo. Cuando en los sesenta y tantos comenzaron a llegar los endemoniados ... (ver texto completo)
la tristeza de haberse ido,...... pero yo tengo la esperanza que allí donde Dios les haya llevado se haya encontrado con mi querido hermano (TINO EL PANADERO). ESTOY SEGURA QUE PARA EL CIELO (PUES DESEO QUE ESTÉN ALLÍ) HABRÁ DOS ALMAS MUY """ESPECIALES"""